Antes de saltar al drama puro en Guasón, una de sus mejores obras, el director Todd Phillips comenzaba a mostrar una inclinación hacia ese género en su anterior película, Amigos de Armas. Si bien en este film de 2016 mantiene el tono de humor y del absurdo que caracteriza a su filmografía previa, los utiliza como recursos para tratar temas como  la venta y el tráfico de armamento militar.

Basada en el artículo periodístico “Arms and the Dudes”, escrito por Guy Lawson para Rolling Stone, la película cuenta la historia real -con las necesarias licencias narrativas- de dos jóvenes veinteañeros que, sin tener una buena preparación académica o buenos contactos, decidieron dedicarse a la venta de armamento e inesperadamente consiguieron un contrato exclusivo y bastante redituable con el gobierno de Estados Unidos para abastecer a las tropas que se encontraban en Afganistán. 

Phillips logra presentar una entretenida comedia dramática a base de humor negro, ironía, situaciones absurdas y un poco de acción, al mismo tiempo que lanza una crítica al negocio que se monta alrededor de una guerra, siempre avalado (e incitado) por el gobierno y las fuerzas militares estadounidenses, situación que permite la aparición de personajes tan excéntricos y particulares como los dos protagonistas del relato, que son interpretados por Jonah Hill y Miles Teller. Ambos actores ponen al servicio de sus caracterizaciones tanto sus dotes para la comedia como su capacidad de volcarse hacia el drama y generar momentos más profundos. 

Amigos de Armas, de Todd Phillips, se encuentra disponible en Netflix.