El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro , nombró al comisario Rolando Alexandre de Souza como nuevo director de la Policía Federal (PF) en lugar de Mauricio Valeixo, cuya destitución provocó la renuncia del exministro Sergio Moro por supuesta "interferencia política". De Souza, que hasta el momento se desempeñaba como secretario de Planificación y Gestión de la Agencia Brasileña de Inteligencia, es la mano derecha de Alexandre Ramagem, quien había sido previamente nombrado en el cargo tras la polémica expulsión de Valeixo.
Por la cercanía con la familia del presidente y las denuncias de Moro, un juez anuló el nombramiento de Ramagem y obligó al mandatario a buscar otro nombre. Las insinuaciones de Moro llevaron a la Fiscalía General a investigar al propio exministro por una supuesta calumnia, pero también a Bolsonaro por presuntas irregularidades en el cargo.
"El presidente de la República nombra a Rolando Alexandre de Souza para ejercer el cargo de director general de la Policía Federal en el Ministerio de Justicia y Seguridad", reza el decreto publicado en el Diario Oficial de la Unión el lunes por la mañana. El nuevo mandato se firmó en una ceremonia reservada en la oficina privada que Bolsonaro posee en el Planalto.
Amigo de un amigo
De Souza abandonó el Palacio del Planalto alrededor de las 11.30 de la mañana y se negó a hablar con la prensa. "Firmé el mandato y ahora estoy yendo al edificio de la Policía", se limitó a decirle a los periodistas que se le acercaron. De Souza ocupaba hasta el momento el cargo de secretario de Planificación y Gestión de la Agencia Brasileña de Inteligencia. Fue además superintendente de la PF en el estado de Alagoas entre 2018 y 2019. Se desempeñó como jefe del Servicio de Represión al Desvío de Recursos Públicos, y ocupó cargos de dirección en la división de combate a delitos financieros en la superintendencia del estado de Rondonia.
Su elección al mando de la policía es vista sin embargo como una "medida temporal". Para Estadão, su nombramiento es una herramienta para que el presidente mantenga la influencia de Ramagem, cercano a la familia Bolsonaro, en la policía. De Souza no es del entorno íntimo de los Bolsonaro, pero sí es conocido por ser la mano derecha de Ramagem, quien según fuentes oficiales sugirió su nombre.
Randolfe Rodrigues, jefe de la bancada opositora en el Senado y uno de los que pidió anular el nombramiento de Ramagem, afirmó que ahora, con de Souza, el mandatario "continúa intentando que la PF se transforme en una policía política para interferir en investigaciones, mientras mueren miles (de personas) por covid-19 en el país".
En el bolsonarismo, el nombramiento fue recibido de inmediato con elogios, apoyándose en la larga trayectoria del comisario en la PF y como especialista en el combate a delitos financieros. "Dueño de un gran currículum, tiene nuestros votos para ejercer un buen trabajo", manifestó el diputado e hijo del presidente, Eduardo Bolsonaro en su cuenta de Twitter.
Alexandre Ramagem llegó a ser designado como jefe de la PF antes que de Souza, pero su nombramiento fue impedido por un magistrado del Tribunal Supremo, quien atendió una demanda que denunciaba los estrechos lazos de amistad que unen al comisario con la familia Bolsonaro. Se objetó que asumiera un organismo al que la Constitución le reserva autonomía.
Bolsonaro optó por revocar la designación de Ramagem pero acusó al máximo tribunal de tomar una "decisión política" contra un presidente que "hace todo lo posible por su país". "La amistad no está prevista como cláusula para impedir que alguien tome posesión", subrayó.
La dirección de la policía era ocupada hasta hace dos semanas por Mauricio Valeixo, cuya destitución por parte de Bolsonaro motivó la renuncia al ministerio de Justicia de Sergio Moro. En manos de la PF están algunas investigaciones que afectan a dos de los cuatro hijos de Bolsonaro, el senador Flavio y el concejal de Río de Janeiro, Carlos.
Pero el cuerpo policial también será responsable de una nueva investigación, pedida por la Fiscalía General y autorizada por el Tribunal Supremo, referida a las acusaciones de "interferencia política" y otras presuntas irregularidades que Moro vertió sobre el presidente Bolsonaro al anunciar su renuncia.
El exmagistrado acudió el pasado sábado a la dependencia de la PF en Curitiba para prestar declaración durante un interrogatorio que se extendió por 8 horas. Si hubiera indicios suficientes contra Bolsonaro, la Fiscalía General podría presentar una denuncia formal ante la Corte, que solo podría abrir un juicio si así lo aprueba una mayoría de dos tercios en la Cámara de Diputados.
Pero allí no terminan los problemas para Bolsonaro. Hay otra investigación abierta por el ministro del Tribunal Supremo, Alexandre de Moraes, por "hechos en tesis criminales" que involucran la organización de actos antidemocráticos. De Moraes tomó la decisión luego de que Bolsonaro participara de dos polémicos actos contra la Corte Suprema y el Congreso que convocaron a miles de brasileños.