Para conmemorar el día de la desaparición forzada del poeta Haroldo Conti a manos de la última dictadura cívico-militar, hoy martes a las 22 la TV Pública pondrá en pantalla el documental Haroldo Conti, Homo Viator (2009) realizado por Miguel Mato, en el marco de la semana dedicada al Nuevo Cine Argentino. Este ciclo contará, además, con producciones de cuatro directoras: El sexo de las madres (Alejandra Marino), Rosita (Verónica Chen), A oscuras (Victoria Chaya Miranda) y Alpatrum (Ana Piterbarg). La película de Mato cuenta con las participaciones de Darío Grandinetti, Ana Yovino, Carlos Santamaría y Alicia Berdaxagar, y recupera la voz del escritor para dar a conocer una vida signada por el compromiso con el lenguaje y la coherencia intelectual. Los relatos del protagonista, su voz rescatada de los archivos y la recreación ficcional de anécdotas y personajes guían la narración del film y reconstruyen el sentido de una ética intachable, muy difícil de igualar.
Autor de novelas fundamentales como Sudeste (1962), Alrededor de la jaula (1966) y Mascaró el cazador americano (1975), Haroldo Conti fue uno de los grandes escritores nacionales y también ejerció --como en muchos otros-- una gran influencia en la carrera de Tom Lupo (ver nota principal), quien murió un día antes de que se conmemorara el aniversario de su desaparición. Para homenajear a ambos, Ernesto Conti –hijo del escritor– recordó la anécdota contada una vez por el propio Lupo: “Un día, cuando yo estaba en la escuela secundaria, entró un señor y nos dijo que era el profesor de Educación Democrática, pero que si no le contábamos a nadie, si no lo traicionábamos, nos aprobaría a todos y nos leería literatura latinoamericana. Ese señor se llamaba Haroldo Conti, el gran escritor desaparecido por la dictadura”.
A propósito de su labor como comunicador a través de la radio, el periodista señaló: “Haroldo Conti se estaba jugando por nosotros como se jugó años después en un movimiento revolucionario. Tiene que haber en la vida un maestro que te estimule en el momento adecuado. Por eso creo que, salvando las distancias, yo estaba devolviéndole un favor y tratando de hacer lo mismo con otros jóvenes”. Antes de ser secuestrado, Conti dejó en su escritorio un cartel con una frase en latín que decía: “Este es mi lugar de combate y de aquí no me moverán”. Ese nivel de compromiso es el que unió en vida a dos grandes de la cultura argentina.