Desde que el gobierno nacional dispuso el aislamiento social preventivo y obligatorio como resultado de la aparición de la covid-19 en Argentina, las situaciones de confinamiento agravan escenarios preexistentes, en particular, el de la violencia de género. Tal como expresó la ministra Elizabeth Gómez Alcorta, es fundamental “no descuidar a las mujeres o personas LGBT que se encuentran en riesgo”. Al mismo tiempo, el aumento de casos de abusos sexuales a niños, niñas y jóvenes podría resultar factible a razón de un mayor tiempo de convivencia en los ámbitos domésticos, espacios en donde mayormente se desarrollan dichas vulneraciones.
A pesar de la suspensión de la enseñanza presencial, la Educación Sexual Integral debe garantizarse aún bajo la modalidad virtual con el objetivo de que las familias, los estudiantes y los docentes puedan prevenir situaciones de violencia. En tal sentido, y considerando las limitaciones que supone el acceso a una educación a distancia, la tecnología se presenta como una potencial opción para acompañar la educación escolar.
CrESI (Crecer ESI) es la primera aplicación centrada en educación sexual en el mundo y desarrollada por y para los jóvenes. La misma surgió durante un taller de programación del colegio “Mano Amiga” en Pilar en el cual se propuso a los y las estudiantes utilizar la tecnología como herramienta para abordar problemáticas locales. El embarazo adolescente resultó ser el eje de mayor preocupación. Así emergió la idea de crear una app sobre ESI que condensara situaciones e inquietudes transversales a estudiantes secundarios.
La elaboración de CrESI (disponible en Playstore y en su versión web) requirió un arduo trabajo. Los mismos estudiantes hicieron una encuesta en el colegio para saber cuáles eran las dudas más comunes de sus compañeros. De este modo, se eligieron 100 preguntas para poner en el primer prototipo. La Aplicación se presentó en un evento en Tecnópolis en el que “los alumnos tuvieron que exponer el proyecto ante expertos”, según relata el docente Andrés Obregón, quien junto a Gladys Cabral coordinó el proyecto.
En 2016 la primera versión fue subida a Playstore y el trabajo fue expuesto en la sede de la CEPAL de Chile frente a embajadores de distintas partes del mundo, como parte del evento Concausa organizado por América Solidaria. Además, se brindaron talleres en diversas escuelas de la zona a partir de lo cual se aumentó el número de preguntas que conforma la base de datos.
Pero para comprender la trascendencia actual de CrESI resulta oportuno recuperar el rol de la tecnología -como una herramienta cercana a los jóvenes- a la hora de reflexionar sobre la educación sexual. La aplicación no sólo es portable en los teléfonos celulares con sistema operativo Android, sino que también se desarrolló para Appstore de la mano de Intive, empresa que intervino en su concreción.
La Directora de Marketing, Eugenia Laguna, expresa: “Desde Intive apoyamos distintos proyectos educativos. Entre otros, brindamos colaboración a ¿Quién es esa científica? promoviendo el estudio y la investigación de científicas argentinas en colegios primarios. También apoyamos el Programa Mujeres en Data Science el cual capacitó a más de 50 chicas con herramientas de ciencias de datos”.
Agustín Palmeira, Ingeniero en Software de Intive y a cargo de la programación de la app para Iphone, comenta que si bien previamente realizó aplicaciones con incidencia social, antes de CrESI no había tenido la posibilidad de realizar un proyecto que ayudase a los y las jóvenes en un tema tan indispensable como lo es la educación sexual.
CrESI permite la interconexión entre diversos actores que pretenden que la ESI se encuentre presente en todos los ámbitos posibles. “La tecnología potencia el alcance que le podemos dar a la Educación Sexual Integral. Después de varios prototipos, se decidió desarrollar la aplicación en formato de juego de trivia, para que la juventud pudiera aprender jugando” manifiesta Andrés Obregón. A su vez, comenta que han encontrado un importante aliado en este proyecto: los docentes de distintos lugares del país que utilizan la CrESI en sus clases.
La implementación de la Ley N° 26. 150 cobra sentido cuando docentes y estudiantes la inscriben en la cotidianeidad de sus casas, sus barrios y sus comunidades. En tanto la experiencia social de reclusión se configura como dispar, garantizar su enseñanza habilita tejer nuevas relaciones de solidaridad y contención ante posibles escenarios atravesados por violencia de género.
A la par de la campaña “barbijos rojos” y el robustecimiento de la línea 144, la utilización de CrESI se asume como una herramienta pedagógica que posibilita dialogar y trabajar contenidos desde la óptica de un presente surcado por la distancia física y la virtualidad. El trabajo conjunto entre autoridades gubernamentales, escuelas y familias permitirá sobrellevar los desafíos sociales que rodean a la ESI en el difícil camino que se abre.
Florencia Vallone es Licenciada en Comunicación UNQ
Ailin Basilio Fabris es Licenciada en Ciencias Sociales UNQ