Mantener distancia interpersonal de al menos un metro y medio. Usar tapaboca. Lavarse las manos con agua y jabón o untarlas con alcohol en gel. Lavar la ropa con la que uno transitó la calle. Mantener la higiene del hogar con preparados de agua y lavandina especialmente recomendados. La mayoría de los consejos que los Estados y expertes han venido volcando hacia la sociedad desde que el coronavirus se convirtió en una amenaza mundial han hablado sobre los comportamientos que mantenemos los seres humanos a diario, en nuestras vidas cotidianas. Pero, ¿qué pasa con las personas que fallecen producto del virus? ¿qué precauciones hay que tener con el manejo de esos cuerpos? ¿qué cuidados deben guardar aquellos que desean despedirla?

El Equipo Argentino de Antropología Forense notó este agujero en la circulación de información y decidió realizar un aporte para cerrarlo: recopiló en una biblioteca digital forense protocolos que en diversos lugares del mundo han sido elaborados en relación con el manejo y la gestión de los restos de las víctimas fatales de la pandemia y los puso a disposición “para que las autoridades que se encargan de este tipo de tareas puedan ver las opciones que circulan y adecuarlas” a la realidad de cada lugar, postuló Luis Fondebrider miembro fundador y Director Ejecutivo del EAAF.

La iniciativa, que por partida doble ofrece los protocolos de acción existentes hasta el momento y mantiene abierta la convocatoria para sumar aquellos que vayan surgiendo en el futuro, tiene como objetivo el “promover el derecho a un tratamiento digno y respetuoso para las familias y los fallecidos” así como también “compartir pautas seguros en el manejo de los cuerpos para el personal de salud, forense y funerario”. Está dirigida a las autoridades que, en cada país, trabajan coordinando las áreas vinculadas con el tratamiento de víctimas de coronavirus.

“Son los Estados y sus autoridades quienes deben interpretar, acordar y coordinar en una mesa de trabajo que involucre a personal médico, trabajadores de funerarias y cementerios y personal forense, entre otros, cómo se implementan los protocolos, que no son más que herramientas de acción, así como controlar su cumplimiento. Sin embargo, la información que contienen interesan a toda la sociedad”, apuntó el forense miembro del colectivo que surgió en Argentina con el rol fundacional de identificar los restos de las víctimas de la última dictadura cívico militar y hoy es reconocido a nivel mundial.

La realidad es que aún no hay un consenso establecido ni información fehaciente y verificada respecto de cuánto dura el virus en el cuerpo de una persona que murió producto de su accionar. Sin embargo, los protocolos elaborados y circulantes proveen la información que existe hasta el momento sobre el tema, dan instrucciones sobre las precauciones a tomar por parte del personal médico, forense, funerario y los deudos y sugieren comportamientos preventivos en velorios y entierros, tanto respecto al número de personas como al tipo de ceremonia. Los protocolos también tratan temas como el transporte seguro de los restos de víctimas de la pandemia y el modo de enterrarlos o cremarlos; también abordan los riesgos y precauciones para casos de autopsias en estos casos. “Los documentos nos dicen, además, lo que podemos aprender del COVID 19 al testear restos de personas fallecidas por COVID o sospechosas de haber fallecido por el virus”, puntualizaron, por último, desde el colectivo de expertos.

“La variedad de respuestas desde los Estados, con protocolos locales, nacionales e internacionales, con áreas aún poco claras, y la variedad de prácticas culturales y religiosas con el tratamiento de los muertos, hacen necesario que la información disponible hasta el momento se concentre en un sitio web accesible para quien le interesa”, añadió Fondebrider.

“Si bien los mayores esfuerzos están puestos en atender a las personas vivas, las personas fallecidas por Covid-19 y sus familiares tienen derecho a un tratamiento digno y respetuoso a lo largo de toda la gestión del cuerpo”, sumó su colega y directora del EAAF para Centro y Norte América, Mercedes Doretti.

Los expertos del EAAF identificaron “cierta dispersión” en la información vinculada con los protocolos existentes a lo largo y ancho del mundo para tratar a las víctimas de la pandemia, que se cuentan de a cientos de miles. Entonces, los reunieron en una biblioteca digital. Al momento, reunieron más de 60 documentos que se pueden consultar en la sección “Proyectos” de la página web del EAAF: (https://eaaf.org/covid-biblioteca-forense/ ). Incluyen los de organizaciones internacionales, como el Comité para la Cruz Roja Internacional --el principal y más importante, según la institución-- o Naciones Unidas, así como protocolos aplicados en distintos países, como Argentina, México, Estados Unidos, Reino Unido, España, Italia entre muchos otros y elaborados por diversas instituciones dentro de cada país.