¿Si te ganaras la lotería seguirías trabajando? El comediante Jerry Seinfeld se quedó con el premio mayor tras las nueve inolvidables temporadas de su comedia, que lo consagraron en lo más alto del humor norteamericano. Sin embargo, sigue trabajando. O algo parecido. En "Comedians in cars getting coffee" parece haber más placer que trabajo.
Fanático de los autos, Jerry elige uno de su colección o prestado y pasa a buscar a algún comediante por su casa, para luego ir a tomar café juntos y hablar sobre la vida. En eso consiste el show. No, no es un ciclo de entrevistas. Tampoco está guionado. Es difícil de catalogar. De a ratos son encuentros entre amigos, otras veces son diálogos arbitrarios con extraños. Sigue fiel a la premisa de Seinfeld: es otra serie sobre la nada, aunque ya sin la necesidad de una historia de ficción para hilvanar escenas.
Seinfeld es el creador, productor ejecutivo y protagonista de esta bizarra serie web, que arrancó en Crackle pero después se mudó a Netflix. El comediante contó alguna vez que el concepto del programa nació de un material extra que hizo en DVD para su documental Comedian, sumado a un viaje que compartió con un amigo después de comprar un viejo VW Beetle en New México, en el que se filmaron durante la travesía de vuelta a casa. Cuando le preguntan por la serie, él confiesa que nació “de puro experimento”.
Los episodios son breves. Duran entre 12 y 20 minutos (salvo Jimmy Fallon y Ricky Gervais, que hicieron episodios dobles). El ritual se repite casi sin modificaciones. El auto, el entrevistado, las calles, el café, las risas. Siempre en movimiento. Una charla en la que -sin escalas- se pasa de hablar pavadas a filosofar profundamente sobre la vida.
En sus once temporadas, hubo momentos geniales y otro algo más aburridos, pero todos dignos de ver. Hubo debate sobre paternidad con Sarah Jessica Parker, regreso al pueblo que lo vio nacer junto a Alec Baldwin, análisis del caso Cosby junto a Seth Rogen, risas cómplices con quien fuera su coestrella Julia Louis Dreyfuss, chistes incómodos junto a Amy Schummer y la lista continúa.
La joyita que no integra la colección de Netflix es la protagonizada por Jerry y Jason Alexander, quien se volvió a poner en la piel de George Costanza para charlar sobre las reglas de etiqueta para ir al Super Bowl, esperada final de fútbol americano. Pero la colección sí incluye otra rareza: la imperdible visita de Seinfeld a la Casa Blanca para tomar un relajado café con Barack Obama. No, Obama no es comediante pero poco importan las reglas en este show demente que hace delirar a los fans de la comedia.
Comedians in cars getting coffee, disponible en Netflix