Tras cuatro meses con los colegios cerrados los estudiantes de último año de las escuelas secundarias de Wuhan, epicentro del coronavirus en China, volvieron a clases. Dentro de las medidas que tomó el gobierno para la vuelta a las aulas están el uso obligatorio de barbijos, detectores de temperatura y cumplir con el distanciamiento social. En paralelo, el embajador de China en las Naciones Unidas Chen Xu manifestó que no es el momento para investigar el origen de la pandemia. De esa manera respondió al reclamo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su Secretario de Estado, Mike Pompeo, quienes sostienen que el coronavirus fue creado por China. Desde hace diez días que el país asiático no reporta nuevos muertos por la covid-19. En las últimas 24 horas se informaron dos nuevos positivos provenientes del extranjero.
Pupitres anticontagio
Cuando llegó el coronavirus al China el ciclo lectivo ya se encontraba paralizado por las festividades de año nuevo. La jornada del miércoles marcó el regreso a las aulas para los alumnos de Wuhan que se vieron cara a cara por primera vez en el año. Sin embargo tuvieron que llevar barbijo y pasar por cámaras infrarrojas para detectar posibles casos de fiebre. En algunos colegios los pupitres fueron revestidos con biombos de acrílico para evitar contagios. Además, alumnos, maestros y personal no docente estuvieron en aislamiento durante las dos semanas precias a la reapertura.
Los adolescentes se mostraron contentos con al vuelta a clase. "Por fin recomienza la escuela", dijo una alumna en la red social Weibo. "Es la primera vez que estoy tan contenta de volver a clases, a pesar de que tengo examen en dos días", agregó. Los jóvenes de Wuhan se encontraron con una nueva disposición de las aulas por la pandemia: tuvieron que sentarse en mesas individuales separadas un metro una de otra, de frente a sus profesores. Además, se les entregarán dos barbijos por día. Los aulas fueron acondicionadas para que solo entren 30 personas. Desde enero que las escuelas permanecían en receso, antes de que se decretara la cuarentena en Wuhan y en toda la provincia de Hubei, ubicada en el centro de China. Como en el resto del país, desde aquel entonces los estudiantes seguían los cursos por internet.
Sin embargo las autoridades de Hubei reanudaron las actividades escolares de manera diferenciada. La fecha de inicio de las clases para las otros años de la secundaria, así como para los alumnos de la escuela primaria, aún no fue anunciada. También en las gigantescas metrópolis de Beijing y Shanghái sólo los estudiantes del último año de la secundaria volvieron a las aulas. Deberán ponerse al día para los exámenes finales cuyas fechas fueron postergadas un mes, hasta principios de julio.
Los casos declarados de coronavirus se redujeron de manera drástica en China las últimas semanas. Los número totales parecen estancados en tormo a los 82.883 casos positivos y 4.633 muertos. La Comisión Nacional de Salud informó que 395 personas siguen hospitalizadas por la enfermedad. Otras 949 se encuentran bajo aislamiento y en observación por tratarse de casos que dieron positivo al coronavirus pese a no mostrar síntomas, según informó la agencia de noticias china Xinhua. Wuhan había permitido la entrada y salida de personas de la ciudad el pasado 8 de abril, tras 76 días de aislamiento. Las autoridades de Salud de la provincia informaron que allí no hay nuevos casos de la covid-19 desde hace 32 días.
El debate por el origen
Asimismo, China respondió a las acusaciones de Estados Unidos sobre el origen de la pandemia. El gobierno asiático pidió a la comunidad internacional concentrase en combatir al coronavirus. "Creo que por el momento la primera cosa, la mayor prioridad, es salvar vidas”, dijo Xu, embajador ante la ONU en Ginebra. El funcionario resaltó que el contexto actual no es propicio para realizar análisis serios. “Si hablamos de investigaciones o de evaluaciones necesitamos una buena atmósfera, no se pueden permitir críticas motivadas por razones políticas. Esto es un virus político que se disemina y que hay que parar”, sostuvo Xu.
En los últimos días, tanto Trump como Pompeo habían declarado que su gobierno contaba con pruebas de que el nuevo coronavirus no tuvo origen animal, sino que fue fabricado en un laboratorio. Pero la Organización Mundial de la Salud desmintió varias veces que el virus haya sido manipulado genéticamente. Por su parte, el embajador chino sostuvo que las acusaciones norteamericanas no contribuían a combatir la pandemia. "Es mentalidad en la clase política de Estados Unidos que culpa a China de todo", sostuvo el funcionario. También enfatizó que el gobierno norteamericano estaba buscando desviar la atención de su fracaso en el combate a la covid-19. "Si el presiente Trump o el señor Pompeo tienen pruebas, que las presenten al mundo entero en vez de señalar con el dedo (...) Son los científicos los que pueden responder a estas cuestiones", afirmó Xu. Además sostuvo que aún no podía saberse si el virus había nacido en Wuhan u otra parte del mundo. “Algunos mencionan que en Francia se reportaron casos en diciembre, pero no podemos sacar así de fácil la conclusión de que el primer caso se originó allí", explicó el funcionario.