Las cámaras que agrupan a los comercios y las empresas de tarjetas de crédito firmaron ayer un acuerdo para reducir los aranceles que las emisoras cobran por el procesamiento de las operaciones. El Gobierno promocionó el convenio como “un paso más hacia la trasparencia y el avance de la competencia en el mercado” y detalló que implicará una transferencia de recursos del orden de los 5 mil millones de pesos al año desde las tarjetas hacia los comercios. En cambio, no se espera que haya cambios notorios en los precios al consumidor. El acuerdo consiste en un compromiso de buena voluntad al que se someten las empresas y no involucra posibles sanciones ante casos de incumplimiento. Las tarjetas cedieron algo de rentabilidad ante la amenaza de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) de aplicar sanciones a Visa Argentina por presunto abuso de posición dominante. También hay en el Congreso dos proyectos de ley que proponen una reducción más drástica de los aranceles que pagan los comercios en relación a la que voluntariamente ofrecieron las tarjetas. De todas formas, esas iniciativas difícilmente prosperen porque no cuentan con el apoyo parlamentario de parte del oficialismo. 

Como anticipó este diario, ayer se firmó el acuerdo para reducir los aranceles que pagan los comercios para operar con tarjetas. La comisión actual se encuentra en el 3 por ciento para la operatoria con tarjeta de crédito y 1,5 por ciento para las de débito. El compromiso consiste en una reducción inmediata del 3 al 2,5 por ciento en tarjetas de crédito y del 1,5 al 1,2 por ciento en las de débito. En 2018, bajarían al 2,35 y al 1,1 por ciento y al 2,15 y 1 por ciento en 2019, respectivamente. En 2020, las tarjetas de crédito cobrarían el     2 por ciento y las de débito, el 0,9 por ciento y en 2021, el 1,8 y 0,8 por ciento. El acuerdo fue suscripto por la Cámara Argentina de Comercio (CAC) y la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) y las empresas Prisma (licenciataria de VISA), First Data (Mastercard), Cabal, Tarjeta Naranja, Italcred y Tarshop.

El trasfondo de la rebaja de aranceles es la doble presión que estaban recibiendo las tarjetas de crédito, en particular la empresa Prisma, que maneja Visa Argentina. Prisma es propiedad de los 14 bancos más grandes del país. Entonces la porción de los aranceles que usualmente cobra la emisora la terminan embolsando los propios bancos. En consecuencia, las entidades bancarias tienen un fuerte incentivo a emitir las tarjetas Visa en contra de, por ejemplo, Mastercard. En la investigación de la CNDC consta que las comisiones que deben afrontar los comercios por cada operación con tarjeta de crédito están un punto porcentual encima de las que se cobran en Colombia y México, 1,5 punto en relación a Canadá, Nueva Zelanda y Brasil y dos puntos por arriba de los países europeos. También hay en el Congreso proyectos para rebajar por ley los aranceles de las tarjetas. Prisma confirmó al Gobierno que iniciará un proceso de desinversión, de modo que los bancos dejen de estar detrás de Visa Argentina.