Desde Roma
Mientras el comisario europeo para la economía, Paolo Gentiloni, asegura que la Unión Europea (UE) ha entrado en la crisis económica más profunda de su historia y habla de una contracción de la economía UE del 7,7% en 2020 --más que en la crisis del 2009-, dos temas candentes surgieron además en el caos italiano generado por el coronavirus: el pedido de legalización de los migrantes que trabajan en semi esclavitud en la agricultura y la detención domiciliaria concedida por la pandemia a los mafiosos condenados.
Y son temas que se tocarán entre sí, si no se toman medidas eficaces porque los mafiosos y traficantes de droga podrían escapar de su detención domiciliaria o, de todas maneras, reorganizar sus tráficos y negocios aprovechandose de la crisis económica para lavar su dinero ilegal, comprando empresas comerciales, inmuebles de todo tipo, fábricas, etc. Pero también pueden enganchar como micro traficantes de droga y de otros productos ilegales, a los inmigrantes que no han podido legalizar su residencia en Italia y que tendrán, dada la crisis, más necesidad de dinero para sobrevivir.
Sobre el tema migrantes, la polémica comenzó con una propuesta hecha por la ministra de la Agricultura, Teresa Bellanova, de Italia Viva, el partido creado por el ex primer ministro Matteo Renzi cuando dejó hace algunos meses el Partido Democrático (centroizquierda). La intención de Bellanova es regularizar unos 600.000 migrantes, muchos de los cuales trabajan en la agricultura pero otras son empleadas domésticas y personas que se ocupan de los ancianos. Se trata de concederles un permiso de estadía temporario en Italia, válido por seis meses y renovable por otros seis. Está dirigido a las familias y empresas que quieran regularizarlos. “Se trata de personas super explotadas - recordó la ministra - a las que se les paga 3 euros la hora”, lo que implica una “competencia desleal con las empresas que respetan las leyes”.
Para la ministra del Interior, Luciana Lamorgese, “es necesario hacer emerger a los trabajadores en negro, no sólo para garantizar los derechos de las personas sino también por exigencias de seguridad sanitaria que en este momento son muy necesarias”.
Pero el primero en oponerse a la propuesta de la ministra de la Agricultura fue el jefe político del Movimiento 5 Estrellas (M5S), Vito Crimi, de quien algunos dicen que extraña al derechista Matteo Salvini en el gobierno. El tema migrantes siempre ha sido motivo de divisiones internas en el M5S. Algunos apuntan contra el trabajo en negro que debe ser eliminado, no importa si referido a inmigrantes o a italianos. El senador Matteo Mantero, del M5S, fue muy crítico con la posición oficial de su partido. “Nos gusta comprar tomates a 1.99 euros pero no queremos saber nada de quien se rompe la espalda para recogerlos. No podemos vivir en el miedo de lo que dirá la Liga de Salvini. La propuesta de la ministra es lógica y daría un poco de dignidad a estos trabajadores”. El senador Pietro Grasso, del grupo parlamentario progresista Liberi e Uguali (Libres e Iguales), se manifestó estupefacto de la posición del M5S. “Quien se opone a la legalización de los migrantes no valora la importancia que tienen para nuestra economía miles de personas que hoy son invisibles, que trabajan y se ocupan de nuestros familiares”.
Según estimaciones del ISPI (Instituto para los Estudios de Política Internacional) los migrantes irregulares, que son unos 600.000, viven muchos juntos compartiendo habitaciones, pequeñas casas o departamentos y, en caso de enfermedad, son reticentes a ir al hospital por que tienen miedo de que los denuncien y los expulsen del país. Muchos de ellos trabajan en el sector agrícola, pero también son artesanos y obreros especializados. Casi el 73% de ellos trabaja como empleadas domésticas, cuidadoras de ancianos y en los pequeños comercios de las grandes ciudades, todos ilegalmente.
Muchos expertos dicen que no se trata hoy de motivaciones sólo humanitarias sino también sanitarias, de seguridad, económicas y sociales y sugieren que ésta es la mejor oportunidad para legalizar a los migrantes irregulares. Otros aseguran que legalizándolos, la criminalidad disminuirá al menos un 50%.
Como era de esperar, la derecha se manifestó completamente contraria a la legalización de los migrantes. En particular el exministro del Interior y líder de la derechista Liga, Matteo Salvini. “A un sector estratégico como la agricultura le hace falta una ayuda del estado y lo no legalización de los irregulares”, dijo. Para Maurizio Gasparri, exponente de Forza Italia, el partido de Silvio Berlusconi, “la ministra Bellanova piensa en los migrantes y deja de lado a los italianos”, argumento que siempre es levantado por la derecha pero que poco tiene que ver con la realidad. Como han demostrado algunos investigadores que han hecho estudios sobre el tema, la mayoría de los italianos no iría jamás a recoger verduras a los campos, pasando horas agachados, como hacen los migrantes. El gobierno, e todas maneras, deberá tomar una decisión en los próximos días.
De mafias y algo más
La decisión de la Magistratura italiana de poner en arresto domiciliario por el peligro de contagio del coronavirus a 376 mafiosos y traficantes de droga - varios de la mafia de Sicilia, de la ‘ndrangheta de Calabria y de la camorra de Nápoles- que estaban en difíciles condiciones de salud y después de varias rebeliones en distintas cárceles del país, ha desencadenado una marea de críticas contra el Ministro de Justicia, Alfonso Bonafede. El Ministerio de Justicia debería haber controlado el accionar de la Magistratura en principio. Se trata de una medida insólita que hace volver a los mafiosos a su lugar de origen, a su lugar de poder, con todo lo que esto podría desencadenar.
Al parecer el ministro Bonafede ahora está elaborando un plan para hacer volver a todos esos mafiosos a la cárcel, sobre todo ahora que ha empezado la Fase 2 del programa de recuperación de la pandemia y que las cosas en materia de contagios han mejorado en casi toda Italia. Pero la oposición le hecha la culpa al ministro de Justicia y Salvini anunció que presentará una moción de desconfianza contra el ministro en el Parlamento, lo que podría llevar a su destitución. “Un ministerio así de importante debe garantizar que los mafiosos sean llevados a la cárcel, no fuera de la prisión”, dijo Salvini.
El martes, Bonafede deberá presentarse en el Parlamento para dar explicaciones. La lista de los “domiciliados” y de otros candidatos a ser trasladados al arresto domiciliario, fue enviada por el Departamento de Administración de las Cárceles (DAP), del ministerio de Justicia, a la comisión parlamentaria antimafia que la estudiará. En tanto, ante el escándalo generado, el ministro destituyó al director del DAP que no logró soluciones alternativas al arresto domiciliario, por ejemplo alojando a los mafiosos en los centros médicos penitenciarios. Bonafede puso en su lugar a dos ex magistrados antimafia, Roberto Tartaglia y Dino Petraglia. La preocupación mayor de los jueces antimafia es el retorno de los mafiosos en sus propios territorios. “Los arrestos domiciliarios son absolutamente no indóneos para sujetos de alta peligrosidad”, subrayan.