La empresa de electrodomésticos Longvie no pagó intereses de su deuda y se agregó a la lista de empresas privadas que recientemente entraron en default, en donde sobresalen Grimoldi y Ribeiro. La firma atribuye la medida adoptada al impacto de las restricciones sanitarias, que “han producido la paralización casi absoluta de la cadena de distribución y los canales de venta de los productos de la Sociedad, afectando la cadena de pagos y la cobranza de las operaciones ya concertadas”. El vencimiento que debía haber sido abonado este jueves ascendía a 13,8 millones de pesos, junto a casi 5 millones de debían haber sido capitalizados.

De acuerdo a datos de consultoras especializadas, la venta de electrodomésticos se desplomó alrededor de un 80 por ciento en el período de cuarentena frente al contexto normal de mercado. Si bien el canal online permitió continuar con las operaciones, al segmento de electrónica le fue bastante mejor que a electrodomésticos, que es el rubro de Longvie.

La empresa venía mostrando malos resultados desde antes del comienzo de las medidas de restricción sanitaria, como ocurrió con la mayoría de las compañías de consumo masivo desde 2018, cuando empezó una fuerte recesión. El año pasado, Longvie registró una pérdida neta de 110 millones de pesos y el anterior, de 236 millones de pesos. “Finaliza un año con una economía inmersa en una recesión que no muestra signos de recuperación y con todas las variables macroeconómicas impactando de manera negativa en el nivel de actividad general, particularmente en el mercado de los bienes durables en el que participamos. Mantenemos activo un plan de suspensiones en todas las fábricas, realizando los mayores esfuerzos para minimizar los ajustes de dotación en todos los niveles de la estructura de la compañía”, dice el último balance contable, cerrado al 31 de diciembre de 2019.

Una fuente de graves problemas en el sector de fabricantes es la crisis de los clientes, Garbarino, Ribeiro y Musimundo, cuyos problemas para pagar impactan en la liquidez de los proveedores. Hace poco más de un año, Longvie cerraba un acuerdo de reestructuración de su deuda financiera de Obligaciones Negociables y también con las entidades bancarias.

En una comunicación enviada a la Comisión Nacional de Valores (CNV), la empresa ahora advirtió que a partir de la cuarentena “se ha producido la paralización casi absoluta de la cadena de distribución y los canales de venta de los productos de la Sociedad, afectado la cadena de pagos y la cobranza de las operaciones ya concertadas. Se decidió el cierre temporal de las tres plantas de producción de la Sociedad y también las cadenas de electrodomésticos, principales demandantes de los productos de la Sociedad, se vieron impedidas de abrir sus sucursales al público, reduciendo sus operaciones solamente a las realizadas online”. A partir de esa argumentación, Longvie justificó el no pago de los intereses de las Obligaciones Negociables.