En plena pandemia, la elefanta Mara, que fue una de las principales atracciones del exzoo porteño, emprenderá viaje este sábado a su nuevo hábitat. Un equipo de veterinarios y entrenadores del Ecoparque iniciará el traslado al Santuario de Elefantes en el estado brasileño de Mato Grosso, luego de tres años de arduo trabajo en un desplazamiento considerado como un “hito histórico” en la materia, dada su complejidad sanitaria, logística y administrativa.
De acuerdo a lo previsto por los especialistas, a partir del mediodía se activará el “protocolo de traslado”, mediante el cual seguirán los pasos necesarios para que Mara esté en condiciones de comenzar su viaje y dejar definitivamente su recinto del Ecoparque del barrio porteño de Palermo a las 18.
Si el recorrido se mantiene de acuerdo a los parámetros estipulados, la elefanta y el equipo de veterinarios y cuidadores cruzarán la frontera el lunes y llegarán al santuario, ubicado en la ciudad de Chapada dos Guimarães, el miércoles.
“Si bien el Ecoparque ya derivó con éxito más de 850 animales desde su creación, este traslado marcará un hito en su historia por la complejidad sanitaria, logística y administrativa que supone”, indicó el secretario de Ambiente de la Ciudad de Buenos Aires, Eduardo Macchiavelli. En este sentido, remarcó que “hemos tomado todas las medidas de seguridad posibles, hemos realizado una planificación exhaustiva y contamos con un personal técnico muy preparado para lograrlo con éxito”.
En cuanto al traslado, además la compleja logística que tiene un traslado en un trayecto tan largo y de un animal de las dimensiones de un elefante, se le agregaron protocolos exclusivos apuntados a prevenir el contagio de covid-19, que minimiza “el riesgo frente a la pandemia que estamos viviendo”, aseguró el Ecoparque.
Entre las medidas más destacadas se realizaron estudios médicos a todos los “acompañantes” de Mara. Todos ellos deberán utilizar los “elementos de protección personal: barbijos, protección ocular, guantes y variadas soluciones destinadas a desinfectar constantemente las superficies de uso frecuente y vestimenta cada vez que se desciende de los vehículos”.
Además, las interacciones serán reducidas al mínimo y todos los participantes del viaje deberán guardar distancia prudencial entre ellos.
En cuanto a la salud de Mara, el subsecretario a cargo del Ecoparque, Federico Iglesias, dijo que “se encuentra muy bien física y comportamentalmente, transitó muy tranquila la cuarentena dispuesta por las autoridades sanitarias que se realizó en conjunto con el Senasa y está en buenas condiciones para realizar el viaje”.
Mara es una elefanta asiática de 50 años --el promedio de vida de esta especie en cautiverio es de 75-- y comparte su recinto con dos elefantas africanas, Kuky y Pupy, que son hermanas y nacieron en el Parque Kruger de Sudáfrica. Mara llegó al entonces Zoológico de Buenos Aires, el 16 de octubre de 1995, a consecuencia de un decomiso judicial por la quiebra del Circo Rodas.
Para el traslado, deberá entrar voluntariamente a una caja de 5 metros de largo por tres de alto, especialmente acondicionada, propiedad del santuario brasileño, en la que se colocará su comida favorita. Una vez adentro, y con ayuda de una grúa, será subida al camión de transporte.
Mara será monitorizada permanentemente por sus cuidadores a través de un sistema de ventanas, también se la alimentará como habitualmente con más de 100 kilos diarios de frutas, verduras y forraje, se le ofrecerá agua y se la acompañará durante la travesía.