Asumió a finales de enero, dijo que se encontró con un Pami “devastado y desorganizado administrativamente” y cuando comenzaban a acomodarse, el coronavirus arrasó con lo que se había reconstruido, sobre todo para una obra social que debe pensar en el grupo más vulnerable a esta pandemia.

En su despacho cuelgan los cuadros de René Favaloro y del ex gobernador y también médico Miguel Ragone, justo por debajo del de Alberto y Cristina. “La salud es un derecho humano, no un negocio, y acá la política pública y la gestión se hacen con valores, tiene que ser para todos y de inclusión”, explicó al describir cuál será su perfil en el nuevo Pami.

La abogada y militante de La Cámpora contestó que no se esperaba la designación y que nunca la buscó, pero se ilusiona con ser parte de una transformación de la obra social que la ubique entre las mejores del país “como fue alguna vez”.

- ¿Con qué te encontraste?

- Con un Pami devastado y desorganizado administrativamente. Eso repercutía cotidianamente en la atención a los afiliados. Había muchos trámites que estaban sin dar curso, y ordenar eso ahora se hace bastante complicado. Estamos implementando un sistema nuevo que es el SRM, un sistema interno de los reclamos que se realizan vía web o telefónica, que nos da la alerta inmediata para dar respuesta rápida a todas las demandas, pero va a llevar tiempo volver a ordenar todo esto internamente, se hizo mucho daño.

- ¿Y cuánto tiempo estiman que puede llevar volver a una situación normal?

- Nosotros ahora (en el marco de la cuarentena) estamos trabajando con una dotación de emergencia, tenemos muchos trabajadores que integran grupos de riesgo. De todas maneras, estamos dando respuestas por Pami Escucha (número telefónico 138) o por las cargas de SRM (www.pami.org.ar), para que los llamemos y les solucionemos sus problemas y de esa manera los afiliados no tengan que venir a las agencias, ni a la del centro ni a las del interior.

- La herencia de personal con altos rangos administrativos que dejó Cambiemos

- Tenemos varios nombramientos con cargos altos, que hoy están cumpliendo funciones en lugares que necesitamos en el Instituto, no se echó a nadie, pero hay una dotación importante de empleados que tienen licencias por cargo de mayor jerarquía. (NdR: entre ellos la ministra de Salud, Josefina Medrano).

- Uno de los pilares de la campaña de Alberto Fernández fue el de los adultos mayores ¿Cómo se están cumpliendo esas promesas? ¿Ya se están entregando los medicamentos gratuitos de los que habló?

- Sí, se están entregando los medicamentos con el Vademécum. Es una serie de medicamentos que se da a todos los afiliados del Pami. La entrega la manejan los médicos de cabecera, que son los que hacen las recetas, que hoy desde que surgió el peligro de contraer Covid-19 son digitales. El médico hace la receta y le pone un Código Vademecum, que tiene un número que impacta directamente en el sistema de la Farmacia. Por lo que no hace falta que vayan al médico a pedir la receta ni que vengan a Pami a imprimir ningún papel. De esa manera, el afiliado, o alguien de su confianza, puede pasar con su carnet a retirar el medicamento de manera gratuita.

- ¿Cómo los agarró el coronavirus? 

- Fue todo muy agitado. Nosotros decidimos no cerrar en ningún momento, sí utilizar todos los protocolos y cuidados posibles. Pero consideramos que esta obra social es un puente entre el sistema de salud y el afiliado, o sea que si al puente lo frenábamos, considerábamos que podía haber muchos conflictos, y más en una pandemia con los problemas de salud que podían surgir. Tuvimos que cruzar una serie de protocolos interesantes para cumplir y en todos los aspectos. Internación domiciliaria, los sistemas de primero y segundo nivel, los médicos de cabecera, las internaciones, las Farmacias con las vacunaciones, entre otras.

Y el desafío mayor fue la atención al público, cómo implementarla, y ahí se dio mucha importancia a lo digital, las llamadas por el 138 y por la página de pami.org.ar. De ahí que nacen muchos programas y sistemas para trabajar desde casa con la particularidad de que Salta tiene algunos sectores con muy poca conectividad, por lo que por momentos se dificulta mucho. Esa complicación hacía que siga viniendo gente por demanda espontánea, si bien disminuyó, porque en situaciones normales atendíamos entre 700 y 800 personas por día y hoy vienen entre 100 y 200. Todavía viene gente por muchos motivos y no podemos dejarlos sin respuestas.

- ¿Quiénes reciben bolsones alimentarios y hubo sobreprecios en la compra de los alimentos?

- Aquí el bolsón siempre se dio, históricamente a un grupo de afiliados con características y necesidades particulares, no es para todos, es un Programa específico que se llama Pro Bienestar. Esta vez se complicó porque siempre se dio a través de los Centros de Jubilados, y son ellos los que compran la mercadería para entregarla. Esta vez tuvimos que colaborar con la logística para que estos espacios no abran o lo hagan de manera ordenada y cumpliendo protocolos. Por eso coordinamos con los municipios para que nos ayuden a hacer esas entregas en cada lugar.

Pero en cuanto a los sobreprecios era muy difícil, porque al ser una obra social, hay cosas de la política pública que no tenemos incidencia. Sí hacemos recomendaciones o acompañamos a los centros de jubilados, pero no tomamos decisiones en cuanto a las compras o a los precios, por ejemplo.

- ¿Cómo fue la designación y qué  desafíos y metas se plantean?

- No me la esperaba, no estaba esperando un cargo, pero es un desafío y una responsabilidad enorme que asumimos con un grupo de personas que me acompañan para mejorar día a día la prestación a los afiliados y las condiciones de los trabajadores. Pero desde el 22 de enero hasta ahora no paramos ni un solo día.

- Veo los cuadros del ex gobernador Miguel Ragone y el médico René Favaloro ¿Cuál va a ser su perfil de gestión?

- La salud es un derecho humano, no un negocio y acá la política pública y la gestión se hacen con valores, tiene que ser para todos y de inclusión. Esas dos personas (Favaloro y Ragone) son dos pilares fundamentales de la salud que dieron hasta su vida para que sea para todos, por lo que cada uno que venga a esta institución, ya sabe con qué se va a encontrar, Pami es distinto. Está en un proceso a nivel local y nacional dedicado al afiliado y que quiere volver a ser una de las mejores obras sociales como fue en su momento y es importante tener una visión política de transformación para todos y no sólo para un sector. Pami da muchos beneficios y anteriormente eran solo para un sector, tanto para prestadores como para médicos que antes no podían acceder a ser prestadores porque era sólo para un grupo de profesionales.