La temible pesadilla del pobrecito Scottie Ferguson, el protagonista de Vértigo, se hace carne en las fotografías últimas del artista húngaro Balint Alovits, cuya serie Time Machine debiera venir con destacada advertencia: ¡No apta para quienes padecen acrofobia! Finalmente, vahídos asegurados bien podrían causar sus hipnóticas imágenes de espiraladas, desconcertantes, inquietantes escaleras de Budapest, tan simetría y perspectiva central como (estilos) Bauhaus y Art Déco. “Aunque las imágenes hablan de movimientos arquitectónicos específicos, la espiral presente en todas ellas evoca continuamente la idea del infinito”, asegura el especializado sitio Design Boom, no sin antes aseverar que “las obras crean una nueva dimensión dividiendo el espacio y el tiempo”, manteniéndose -eso sí- dentro de los límites visuales del concepto del proyecto. Que en resumidas cuentas sería: retratar escaleras caracol buscadas y encontradas en la capital de Hungría, explorando espacios, estética y armoniosas capas de ambientes fabricados, deteniendo las horas en precisas y sencillas tomas geométricas, hallando un vórtice infinito que pareciera de otro mundo. “Muevan el interruptor de sus mentes y estarán mirando fijamente un portal de tiempo salido directamente de una película de ciencia ficción”, presenta el entusiasta Alovits, que se propone poner foco en “obras maestras arquitectónicas que pasan desapercibidas”; y que -evidentemente- no sufre de mareos.
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