La pandemia generó, en estos pocos meses, nuevos usos y costumbres en distintas partes del planeta. En lo que refiere a ciertos consumos culturales, por ejemplo. Frente al impedimento de reunirse físicamente para presenciar un concierto, se propagaron las emisiones en streaming: shows pospuestos que se concretaron desde la casa de los artistas y en las pantallas del público, grupos que decidieron liberar grabaciones, o eventos solidarios en línea que, al reunir a diferentes personalidades, proponían pasar mejor el tiempo de encierro y, tal vez, recaudar fondos para alguna causa particular.

Al cabo de esta serie de experiencias, como incluso ocurrió con el festival online One World: Together at Home que organizaron la OMS y Global Citizen desde Estados Unidos hace menos de un mes, Quilmes recogió el guante y resolvió reeditar su reconocido evento, cuya última edición databa de 2013. Esta vez, de manera virtual y en streaming. Con la conducción central de Bebe Contepomi y equipo desde un estudio de grabación especialmente adaptado, la productora PopArt extendió recursos para concretar una entrega especial del festival creado en 2003, que fue transmitida libremente a través de YouTube, más otras plataformas televisivas, como Flow. Según la organización, al cabo de la jornada, más de 400 mil personas habían participado del Quilmes Rock 2020 a través de sus pantallas.

Como se remarcó sin descanso a lo largo del envío -que ocupó desde las 18 hasta pasadas las 22, y repite hoy en mismo horario-, el objetivo manifiesto fue la recaudación de donaciones destinadas a familias en situación de vulnerabilidad, y a trabajadores de la música imposibilitados de ejercer por las circunstancias: plomos, sonidistas, iluminadores, transportistas y demás actividades del rubro. “Hay muchísimas familias que trabajan detrás de la música, hasta los que hacen el catering para un festival. Son el valor agregado”, subrayó Contepomi. “Con mucha alegría, y con mucha conciencia, tratamos de llevar la música desde las casas, para que algún día esto pase”, destacó, ya más cercano al cierre.

El extrañamiento de no poder estar en contacto directo con otros, sin la energía inimitable de un show, sin la adrenalina, también sin barriales, largas filas o gastronomía a sobreprecio, se intentó paliar entonces con esta emisión especial. El formato pisó sobre dos grandes columnas: música en vivo desde las casas de los artistas y recuerdos de viejas ediciones. Así pasaron clásicos de la escena local como Las Pelotas (“Personalmente”), Los Tipitos (“Silencio”), Los Cafres (“La Receta”) o Vicentico (“Sólo un momento”), junto con artistas emergentes como Conociendo Rusia (“Cabildo y Juramento”), Julieta Rada (“Sencillo”) o Celli (“Sincero”).

El espacio para los recuerdos tuvo sus momentos con Catupecu Machu (“Magia veneno”, con Daffunchio y Martínez de Las Pelotas) y el debut de Ciro y Los Persas en el festival (“Vas a bailar”). Pero existió un hilo conductor a lo largo de prácticamente todo el programa y fue el homenaje a Charly García, quien había formado parte del lineup del Quilmes en 2004 y 2012. “Inspiró a muchas generaciones, es uno de los pilares de la cultura del rock argentino. Formar parte en algún momento de su banda solista es un regalo que me dio la vida”, reconoció Hilda Lizarazu desde su casa, después de su interpretación de “Buscando un símbolo de paz”.

En el estudio asomó también Juanse, quien al frente de Los Ratones Paranoicos había sido partícipe diferentes ediciones, y le comentó al conductor que la música es un estupendo lugar para refugiarse en estos tiempos: “La solidaridad es muy importante, no tanto por mostrar que ayudamos, sino en hacer lo posible para que ese intercambio de afectos, trabajo y unión que existe en la música no se vea afectado por el aislamiento, que es hoy la única alternativa que tenemos”. También recordó andanzas junto a García dentro del festival, como cuando compartieron “La sal no sala”, en 2008, en River.

El homenaje se extendió con “Hablando a tu corazón”, en versión de Rayos Láser y Emme, más escenas del músico en el Quilmes Rock. Entre ellas, una que quedó para la historia: la memorable versión de “Seminare” bajo un diluvio en la cancha de Ferro, en la edición de 2004. También se lo recordó a Gustavo Cerati. Para eso, Fabiana Cantilo aportó “Zona de promesas” y le pegó la personal “Ya fue”, mientras que Limón se sumó con “Beautiful”, pieza del disco Bocanada.