En primer lugar es ofensivo afirmar tranquilamente que desde Antígona no se habían "abandonado en nombre de un riesgo a los seres queridos". No necesito nombrar aquí los distintos genocidios que sumergieron al ser humano en esa tragedia, solamente señalaré que Agamben es sumamente ambiguo cuando se trata de esclarecer lo que él llama el "riesgo".
En su imputación culpabilizante donde los familiares no se despiden de su ser querido ya fallecido, no se trata solamente del riesgo de cada uno, lo que está en juego es la responsabilidad con la salud de la comunidad. Pero luego, Agamben no solo se escandaliza con los "cobardes "que no se acercan al muerto, ¿también la Iglesia es esta vez tratada como "sierva de la ciencia "? Como si la iglesia, la ciencia, los familiares afectados estuvieran todos dominados por un dispositivo técnico que separa la biología corpórea de su existencia cultural. ¿Acaso estamos siempre unificados?
En suma, Agamben envuelve todo lo que ocurre con la cuarentena y con los enfermos a los que se intenta reanimar con su teoría de la "nuda vida”. Recordemos que uno de sus ejemplos preferidos es el enfermo en estado de coma, reducido a su puro ser biológico. Ejemplo que no tiene nada que ver con lo que ocurre en este episodio de la pandemia.
Luego, ya decidido a situarse en está pendiente, habla del "distanciamiento social " como el nuevo principio de "organización social " que ya pone en acto el "estado de excepción” que se nos ha impuesto. ¿Conocerá Agamben un verdadero estado de excepción o exclusivamente lo captó a través de los textos?.
Por último, después de vindicar a los mártires y su sacrificio por amor (Antígona no era una mártir sino la encarnación de una posición de alguien que no cede sobre su deseo en la escena pública) termina con el Fuhrer y con Goebbels para dar cuenta de aquello a lo que estamos sometidos. Para Agamben rige el estado de excepción y no una cuarentena que protege a los más débiles y vulnerables de una enfermedad terrible en la época de un capitalismo sin reglas.
Sin embargo, lo que desconcierta de Agamben no es en este caso su mala lectura, sino su deseo inconsciente de degradar éticamente a aquellos que perdiendo a un ser querido ahora son culpables de no haber asumido el "riesgo del sacrificio"
*Próximamente en mi e-book sobre capitalismo y pandemia.