Desde Londres

Entre la presión de los grupos económicos, la resistencia de los sindicatos y la oposición de los halcones de su gabinete y su partido, Boris Johnson eligió patear la pelota hacia adelante. En un mensaje televisado a la nación el primer ministro esbozó las tres nuevas fases de un plan que terminó confundiendo a tirios y troyanos. Nada expresó mejor la confusión que el cambio de slogan de esta supuesta nueva etapa. En vez del “stay at home, save the NHS, save lives” del comienzo de la cuarentena el 23 de marzo, Johnson terminó su alocución con un nuevo mensaje: “stay alert, control the virus, save lives”

En la previa al anuncio, ningún miembro del gobierno pudo clarificar qué significaba este nuevo slogan. ¿Es “stay alert” quedarse en casa?, y si lo es, ¿por qué no dejar el slogan original? En caso contrario, ¿significa que se puede salir sin más a la calle? Además, ¿qué significa “estar alerta” ante un virus que, además, en muchos casos, es asintomático?

En un twitt la creadora de Harry Potter, J.K. Rowling, que tiene alguna idea de pases de magia y que padeció el coronavirus, ironizó sobre la nueva creación de un gobierno que acumula desatinos. “¿Está el coronavirus disfrazado? ¿Si bajamos la guardia nos va a intoxicar? ¿Qué diablos quiere decir mantenerse alerta?” (“What the hell is “stay alert” supposed to mean?”)

Johnson intentó clarificar las cosas con los lineamientos generales de su plan. “No es el momento de dar por terminada la cuarentena, pero sí de dar los primeros pasos. El primero será un cambio de énfasis. Hasta ahora dijimos que el que puede trabajar desde casa que lo haga y que solo fueran al trabajo los servicios esenciales. Ahora decimos que el que no puede trabajar desde casa como son los del sector manufacturero o construcción, deberían ir al trabajo si pueden, evitando usar el transporte público si es posible y siempre manteniendo la distancia social. Para esto estableceremos nuevas guías para los empleadores”, dijo.

Como se ve esta primera fase a nivel económico es extremadamente condicional: los trabajadores "deberían", todo dependerá del transporte público y la distancia social o de la posibilidad de "viajar en bicicleta o ir a pie" ("if possible"). A nivel social es más simple. Los ingleses, que se han manejado con una cuarentena más suave que Italia, España o Argentina, podrán salir a hacer ejercicios desde el miércoles “todas las veces que quieran” (hasta acá se permitía una salida diaria, además del supermercado y las farmacias) y tomar sol en los parques “siempre y cuando mantengan la distancia social”.

La segunda etapa comenzaría el 1 de junio con la apertura de algunos negocios y la escuela primaria. “Esto se hará en etapas y siempre que veamos que se está progresando como queremos. En la tercera etapa, el 1 de julio si fuera posible, esperamos poder abrir parte de la industria hotelera y otros lugares públicos, siempre que respeten la distancia social”, señaló Johnson.

El paso de una etapa a otra se activará en base a un sistema de alertas de uno al cinco, similar al que se usa para las amenazas terroristas: libre de peligro es el 1 de color verde, máximo riesgo es 5, rojo, con el sistema de salud desbordado. Según Johnson el país se encuentra en el estadio 4 de alto riesgo, pero moviéndose hacia el 3, de riesgo más moderado “gracias al sacrificio que ustedes han hecho”. El paso a la fase 3 dependerá de dos cosas: “revertir la epidemia en las residencias de ancianos y tener un sistema de testeo y rastreo de personas”

El primer ministro defendió la política seguida por el gobierno señalando que enfrentaron una enfermedad “que no conocíamos ni entendíamos”. La frase es particularmente apropiada para el mismo Johnson que en marzo declaró que había estrechado la mano de todo el mundo en un hospital con pacientes de coronavirus y que poco después fue a un partido internacional de rugby y a los días anticipó que morirían muchos seres queridos con la pandemia, pero que había que resignarse porque la única estrategia era la “inmunidad de manada”.

Entre el primer paciente muerto en el Reino Unido el 5 de marzo y los casi 32 mil que figuran en los registros oficiales hoy, el mismo primer ministro tuvo un “roce con la muerte” cuando permaneció tres días internado en terapia intensiva a principios de abril. El Boris Johnson que enfrentó anoche las cámaras no parecía al margen de la experiencia personal y directa del coronavirus. Pero además el país quedó transfigurado en estos dos últimos meses: el martes el Reino Unido se convirtió en el país europeo con más muertes y el segundo a nivel mundial. Los años de batalla por el Brexit (salida británica de la Unión Europea) que polarizaron a los británicos parecen hoy un recuerdo remoto.

Complicando más el panorama, las zonas autonómicas del Reino Unido - Escocia, Gales e Irlanda del Norte – decidieron mantener la cuarentena tal como estaba. En vez del “stay alert”, se manejarán con el inequívoco mensaje previo: “stay at home”. “Me parece catastrófico abandonar este mensaje dado el frágil progreso que hemos hecho. No voy a abandonar un mensaje claro, por otro vago e impreciso”, dijo la primera ministra de Escocia Nicola Sturgeon.

 Las encuestas muestran que los británicos apuestan más a la seguridad sanitaria de la cuarentena (73%) que a la recuperación de la economía (13%). Al mismo tiempo, como se vio en los últimos días con una primavera memorable, los parques se vieron inundados de pequeñas multitudes, chicos jugando al fútbol y celebraciones barriales del “V day” (75 años de la victoria sobre el nazismo el viernes pasado). En un twit con fotos de un parque de Hackney, un barrio popular del este de Londres, la policía metropolitana reconoció que “estamos perdiendo la batalla. Literalmente hay cientos de personas reunidas comiendo pizza, tomando cerveza o vino”.

El lento relajamiento de la cuarentena se viene notando desde hace unas tres o cuatro semanas: más gente en las calles, más vehículos, menos respeto de la distancia social. Pero no es casualidad que el viernes, feriado por el “V Day”, y el sábado mostraran el máximo nivel de relajamiento. Un día antes del fin de semana largo, media docena de diarios sacaron títulos hiperbólicos de tapa como “Libertad a la vista”, “Magic Monday”, “Firsts steps to freedom”, “Happy Monday”. Los titulares no eran casualidad tampoco: la filtración de un cambio radical de política había venido del sector duro del gobierno.

En este sentido el nuevo slogan oficial parece destinado a confundir y bajar la guardia. El primer ministro repitió que el progreso de estas etapas dependerá de que no haya un retroceso. “En ese caso no dudaremos de aplicar el freno o dar marcha atrás”, señaló. El cambiante clima británico le puede dar una mano esta semana con una temperatura más otoñal que de primavera. La vida siempre da sorpresas: un plomizo cielo nublado en estas islas será, por primera vez en la experiencia de este cronista, una buena noticia.