El dolor que sigue latiendo ante el crimen del histórico futbolista Tomás Felipe Carlovich, el Trinche, se vio acompañado en las últimas horas de fuertes repercusiones en torno a la polémica despedida que se le realizó al futbolista este sábado: un millar de personas se hicieron presentes en el estadio Gabino Sosa de Central Córdoba de Rosario, Santa Fe, para darle su adiós al ídolo en un acto en el que no se respetaron ni el aislamiento social ni otras normativas establecidas por el Gobierno Nacional para contener la pandemia de coronavirus y en el que, en palabras de la propia Secretaria de Salud santafesina, se "puso en riesgo lo que se viene haciendo".

Sonia Martorano, Secretaria de Salud de la provincia de Santa Fe, intentó comprender el episodio en toda su compliejidad, aunque no pudo evitar dar a conocer su preocupación respecto de sus consecuencias sanitarias. "Esperemos que no traiga consecuencias. Creo que la emoción superó a las personas. El dolor, la indignación por lo que pasó con Carlovich hizo que pasara esto. Tendrían que haber acudido con cuidados, distanciamiento. Es un tema que pone en riesgo lo que uno viene haciendo", fue la opinión de la funcionaria santafesina, quien se expresó en diálogo con el programa Radiópolis weekend, por Radio 2 de Rosario.

En las redes sociales, más allá de la congoja por la inolvidable figura de Central Córdoba, las miradas se detuvieron en las imágenes multitudinarias que poblaban el estadio del Charrúa (como se conoce al equipo rosarino), mientras el féretro recorría el césped en manos de un numeroso grupo de personas, algunas de ellas sin siquiera un tapabocas cubriendo su rostro. El ataúd, cubierto por una bandera del Charrúa con una pelota encima, fue recibido con una ovación de los fanáticos del Trinche.

Algunos de los miles de hinchas que asistieron a la despedida del ídolo.

La comisión directiva del club decidió abrir las puertas de su predio para que los socios y los hinchas pudieran despedir al icónico jugador, que falleció el viernes con 74 años, tres días después de un brutal asalto mientras andaba en bicicleta . Carlovich no superó la intervención quirúrgica a la que fue sometido a raíz del edema cerebral que padecía, a causa de la agresión ocasionada por el grupo de jóvenes que lo asaltó en la zona de las vías férreas de la Estación Rosario Oeste.

Una bandera con los colores del equipo que milita en la Primera C del ascenso y la leyenda "ADN 100% charrúa" enmarcaba los aplausos que hinchas sentidos le regalaban al futbolista, mientras se mezclaban gritos de "justicia, justicia" y "Trinche, Trinche" cayendo desde las gradas del estadio del barrio Tablada, en el sudeste de la ciudad.

Las imágenes que retrataron el doloroso y polémico adiós al jugador admirado hasta por Diego Maradona dejaron en claro, pese a lo genuino del dolor y la impotencia, que parte de la población no comprende aún la gravedad de las advertencias sanitarias que impusieron los distintos niveles del aislamiento social preventivo y obligatorio. Los flashes capturaron a las tribunas cumpliendo casi en su totalidad con el uso del tapabocas, pero no así respetando la distancia sanitaria de al menos un metro y medio entre sí, cuando han sido numerosas las advertencias de que las medidas y protocolos son complementarios y no excluyentes si se trata de mitigar el impacto de la covid.

La secretaria de Salud de Santa Fe, en ese sentido, también se expresó respecto de estos tiempos de nuevos hábitos culturales. "El modo de despedir ahora es otro, no se pueden hacer velatorios. Esto se escapó de las manos. Me preocupé, esperemos que no traiga consecuencias", agregó Martorano.

Lo cierto es que la polémica despedida del adorado Trinche, en tiempos de cuarentena obligatoria en nuestro país y a partir de la fuerte repercusión de lo sucedido en redes sociales, activó un accionar judicial desde la provincia. Según informó el medio Rosario 3, la Unidad Especializada Covid-19 del Ministerio Público de la Acusación (MPA) de la provincia "solicitó información a la Unidad Regional II para establecer si se violó el aislamiento social, preventivo y obligatorio" con el fin de "determinar si hubo intervención policial o aviso a alguna autoridad".

Citadas por el portal, fuentes del MPA informaron que "si bien se comprende la necesidad de la gente de expresarse y despedir al ídolo, en las actuales condiciones no se puede justificar una excepción que ponga en riesgo todas las medidas de salud".

Mientras este domingo un inédito video del futbolista rosarino se viralizaba en las redes sociales aún conmovidas por su ausencia y se confirmaba la prisión preventiva para el hombre acusado del asesinato , también empezaba a investigarse lo sucedido en el Gabino Sosa, desde la mirada sanitaria ante una pandemia que amenaza al mundo con más de cuatro millones de casos confirmados y más de 282 mil fallecidos.

También es cierto que así como el aislamiento social por el coronavirus enmarca la polémica sobre el multitudinario adiós al Trinche, del mismo modo, el contexto de tal polémica es, justamente, el dolor popular. Carlovich es considerado un emblema del fútbol de Santa Fe, a pesar de haber forjado su trayectoria por fuera de la máxima categoría del fútbol argentino, reconocido incluso por el propio Maradona, quien hace poco le obsequió una camiseta con la frase: "Trinche, vos fuiste mejor que yo".

El Trinche, emblema también de unos modos románticos de concebir la pasión por el juego y el fútbol, inició su carrera a finales de la década de 1960 en las categorías inferiores del Rosario Central (con el que llegó a debutar en el primer equipo) y, tras un breve paso por Flandria, en 1972 llegó a Central Córdoba, club en el que se convirtió en ídolo y por el que atravesó diversas etapas de su vida.

A la humanidad del Trinche la despidieron entre lágrimas los fanáticos de Central Córdoba, también aquellos que lo vieron despuntar su magia ante la Selección Argentina que se preparaba para el Mundial de Alemania de 1974 y a su vez quienes sólo conocieron el mito, que quedará en la retina del imaginario futbolístico argentino para siempre, mientras dure la cuarentena y también cuando termine y al fin los dolores puedan volver a superarse con sus necesarios abrazos.