Los llamaron “los Beatles queer”, “una versión degenerada de Pimpinela” y “música popular disidente”. Para algunos son folkloristas. Para otros, tangueros. O un dúo de cumbia. Los comparan con Les Luthiers o con Liliana Felipe. Y hay quien en todo eso lee pura actitud punk. Ellos se ríen bastante de todo eso: en BIFE se evitan las etiquetas para su música, así como las eluden en sus vidas Ivo Colonna y Javiera, dos personas trans no binarias que pasan por cuanto género musical puedan habitar para contar lo que les pasa.

“Ese deseo de no etiquetarnos ni limitarnos a una sola cosa es una resistencia que tenemos también para poder ir habitándonos y habitando el mensaje que queremos transmitir”, reflexiona Ivo, en un ida y vuelta de mensajes con el NO. Javiera destaca que, desde el comienzo, priman “las ganas de moverse libremente, de expresarse con soltura en la búsqueda y construcción“ de quiénes son, de sus identidades. Y, en el mismo impulso, buscan “investigar las posibles fisuras en los muros que nos aprisionan”.

 

“Todo eso lo sentimos como un impulso estético que nos arremolinó a las dos en un trabajo creativo y performático bastante desenfrenado –agrega Javiera–, y algo que coloreó estas búsquedas y pulsiones como un denominador conceptual común fue transitar el surco local.” Ser quienes son, cantar y componer desde donde están. Por eso aparece el tango, y el temazo Zamba porteña (que a Ivo lo lleva a imaginarse en un subte repleto, incluso en plena cuarentena). Y también cantar como hablan: coloquial y con mucho humor.

“BIFE trata de mantenerse en la simpleza y en una dirección que quiere interpelar al público: dejar ideas, propuestas, preguntas”, explica Colonna. “Lo que más disfruto de dar un show es compartir las canciones y ver que la gente las canta con nosotres, que son parte de su cotidiano, sus vínculos, sus amores, sus procesos vitales. Que nos definan como quieran: siempre vamos a proponer desmarcarse como búsqueda, pero está bueno que si necesitás una etiqueta para poder acercarte, la uses. Después te vamos a decir que a nosotres no nos hace falta”, agrega.

A los bifes con las etiquetas

Javiera destaca (y celebra) lo polisémico del lenguaje, que el dúo explota a favor de sus recursos expresivos y musicales, incluso desde el nombre. “Es algo completamente local, como lo es la actitud porteña del doble sentido en todo, el sobreentendido y a la vez la violencia cruda de la muerte y el golpe”, traza la mirada. “Echamos mano de cuanta influencia cercana o remota viniera a nuestra memoria asociada a lo que queríamos decir. Todo en BIFE está intertextualizado, porque es parte de la idea que necesitábamos transmitir: que nada existe separado de todo lo demás, que cada canción es un comentario al corpus universal de las canciones preexistentes.”

 

Javiera compone y juntes arreglan los temas. “Para hacer nuestra música no tenemos que pedirle permiso a ninguna autoridad”, explica Javiera. “Esta actitud sentimos que impregna la obra y se constituye en una especie de tufo general, que por ahí no está escrito en ningún lugar pero se siente por todas partes: podés ser libre y ser, a partir de lo que tenés, ahora y acá, como puedas y quieras. Por ahí podríamos decir que todo en BIFE es folclore, aunque suene a tango, cumbia, pop, rock o folclore; porque es bien nuestro y bien de acá. Pero también nos interesó estar más atentos a crear que a definir.”

En esa búsqueda de fidelidad a sí mismes, en BIFE también se plantean fisurar un poco esos géneros musicales que transitan (y habitan). Les gustaba el tango pero no se reconocían en sus letras, así que compusieron los propios. Ivo ahora también canta en el quinteto tanguero Alto Bondi, y Javiera tira un par de puntas rápidas que dejan clarísimo que también conoce muy bien todas las posibilidades del género. Y si les gusta el folklore y quieren cantarlo, también lo hacen desde Buenos Aires. “La elección va en consonancia con el contenido y esas ganas de un poquito querer molestar y también impunemente habitar el género”, guiña Ivo.

Su compañera señala que les pareció que podían elaborar ”una herramienta liberadora de ciertas hipocresías o cepos creativos que se cierran sobre las conciencias y luego afectan o infectan todo: lo emocional, lo intelectual, lo político”. ¿Y eso de qué manera? ”Por ejemplo, desatendiendo el mandato de producir solo un tipo de música, o mejor dicho actuando impunemente como si esas divisiones no fueran reales, señalando su artificialidad”, explica. Y propone, tajante: “Dinamitar las imposiciones temáticas de los géneros acompaña la actitud de buscarnos a nosotrxs mismos, de intentar reunir las herramientas que tenemos para ejercer el poder, y compartirlas libremente.”

#QuedateEnCasa como Javiera e Ivo Colonna, de BIFE, un dúo de géneros fluidos. Fotos: Cecilia Salas.