A fines de la semana pasada, los murales y baldosas que, desde el edificio en donde funcionan las escuelas Nomal 7, Comercial 8 y Nacional 25 así como el centro cultural La Casa de Teresa, recuerdan a un grupo de mujeres víctimas de la última dictadura cívico militar, amanecieron escrachados: con aerosol negro alguien tachó los nombres de las detenidas desaparecidas y escribió “zurdos” y “Videla” sobre los dibujos que adornaban las paredes hacia la calle. Organizaciones locales que trabajan en el fortalecimiento de la memoria colectiva, organismos de derechos humanos y organizaciones sociales y políticas repudiaron el hecho y lo vincularon con “la ola negacionista que se reinstaló en 2016” y la acusación al Gobierno nacional de “comunista” por las acciones implementadas para prevenir el avance del coronavirus.

Los primeros ataques sucedieron la noche del miércoles y fueron en contra de dos baldosas ubicadas en la puerta del edificio que comparten las Escuelas 7, 8 y 25, a la altura de Corrientes 4261, y que recuerdan a estudiantes de esos establecimientos detenidas desaparecidas. Las letras blancas que sobre fondo verde resumen en un par de líneas qué pasó con Liliana Esther Aimetta, Dora Falco, Silvia Beatriz Gallina, Teresa Israel, Maria Delia Leiva y Mónica Beatriz Teszkiewicz fueron tachadas con aerosol negro. Personal directivo descubrió los daños en la mañana del jueves.

Las baldosas fueron elaboradas entre los vecinos de Almagro y Balvanera que desarrollan en esos barrios porteños el proyecto Barrios por la Memoria para recordar a quienes nacieron, vivieron o estudiaron allí y fueron víctimas de la última dictadura. A partir de un proyecto conjunto con la comunidad educativa de las tres escuelas, fueron construidas el 16 de septiembre de 2016, para recordar a las jóvenes que habían estudiado allí en conmemoración de la Noche de los Lápices. Y colocadas dos meses después, el 16 de noviembre siguiente.

El viernes aparecieron más pintadas fascistas. Con la misma tinta habían tachado algunos de esos nombres que figuran en un mural histórico del Polideportivo de esas instituciones educativas, ubicado en Sarmiento casi Medrano y habían escrito la palabra “zurdos”. En tanto, los murales que rodean La Casa de Teresa, un centro cultural y de la memoria que funciona en su homenaje desde 1985 también fueron vandalizados. “Videla” escribieron allí, también con aerosol negro.

Los repudios llegaron desde diferentes espacios, que en su mayoría relacionaron los hechos con las diversas campañas de cacerolazos, marchas y otras acciones en contra de las medidas de prevención que está llevando a cabo el Gobierno contra el coronavirus.

Así, por ejemplo, opinó Mirta Israel, la hermana de Teresa. “Lo relaciono a esta movida de salir con los barbijos contra el comunismo porque fue en la misma fecha y Teresa militaba en la Federación Juvenil Comunista. Y también porque me parece que en esto momentos hay una presión de la derecha para abandonar la cuarentena y volver a tener sus ganancias”, apuntó. En ese sentido, agregó que las pintadas “también sirven para atemorizar, como si la memoria se pudiera borrar por tachar un par de murales”. Mirta siente “bronca, indignación e impotencia” por la imposibilidad concreta, hoy, de salir ya y reconstruir” la pintura. Confía en que “pronto vamos a poder hacerlo”. Mientras, junto a Adriana Leiva y Silvia Falco, hermanas de Dora y María Delia, radicarán una denuncia ante el Ministerio Público Fiscal. Estarán acompañadas de las Madres de Plaza de Mayo Mirta Baravalle, Nora Cortiñas y Elia Espen.

Desde Barrios por la Memoria y la Justicia Almagro coincidieron con el análisis ya que las convocatorias como la “marcha de los barbijos en contra del comunismo esconden estos resabios de apologistas del terrorismo de Estado”, señaló Marisa, del colectivo. La Coordinadora de Barrios por la Memoria rechazó los ataques a través de un comunicado en el que repudiaron “todo intento de volver a los momentos más oscuros de la historia reciente” del país. “Decimos nuevamente nunca más a expresiones de odio hacia el pueblo, hacia quienes todos los días trabajamos para construir un mundo más justo para todxs”, postularon a través de un comunicado.

El repudio también provino de un grupo numeroso de organismos de derechos humanos, sindicatos y agrupaciones sociales y políticas --además de la Línea Fundadora de Madres de Plaza de Mayo, la Liga Argentina por los Derechos Humanos y la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, entre varios otros-- que expresaron solidaridad con las comunidades educativas y los familiares de las víctimas, además de ponerse a disposición para, tras la cuarentena, repintar los murales.


 Para los colectivos, los hechos “demuestran que la intolerancia y el odio siguen presentes en algunos sectores de la Ciudad” y, en ese sentido, advirtieron: “Nunca Más odio, nunca más amedrentamiento a los que lucharon y luchan por un país mejor”.