"Hablo mucho con Macri", dijo Horacio Rodríguez Larreta durante una entrevista radial buscando enfriar la interna con el ala dura del PRO, que tiene como referente al expresidente quien quedó relegado a un no lugar ahora que el jefe de Gobierno viene ganando protagonismo. A tal punto llegan las diferencias con Larreta y con María Eugenia Vidal que se suspendieron las reuniones de la mesa chica que convocaba Macri. Tampoco el expresidente pudo hablar ante sus diputados. Mientras hace silencio, sus seguidores lo acusan a Larreta de ser "colaboracionista" con el Gobierno nacional.
Pese a que se viene posicionando para terminar reemplazando a Macri como líder del espacio, Larreta viene haciendo esfuerzos para no chocar con el ala dura que respalda al ex presidente y busca que se candidatee a diputado por la Ciudad el año que viene. Hace dos martes, Larreta tuvo un almuerzo en sus oficinas con la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, que ejecuta la línea opositora que viene marcando Macri. En ese encuentro, no se pudieron poner de acuerdo. Larreta insistió con que no era momento para hacer política partidaria e incluso le mostró encuestas con una abrumadora mayoría de la población que pedía que los distintos partidos trabajaran juntos. Pero Bullrich siguió planteando que había que diferenciarse.
En una entrevista en radio Continental, Rodríguez Larreta volvió a intentar disimular las diferencias. Indicó que tiene buen diálogo con el ex presidente, aunque lo incluyó entre otras figuras del espacio: "Sí, sí, hablo con él. Me llama. Me pregunta cómo estoy. Vengo hablando con él. Con todos, con todos los del partido, con todos los de Juntos por el Cambio tengo diálogo bastante frecuente", dijo.
--Patricia Bullrich dijo que están enamorados de la cuarentena. ¿Es así? -le preguntaron.
--No, ¿cómo vamos a estar enamorados de la cuarentena? La cuarentena es un incordio para la gente. Es un problema. Te altera la vida de todos los días. Los chicos no van a la escuela. Hay gente que no puede trabajar.
Lo cierto es que más allá de las conversaciones que Larreta sostiene con Macri, lo que suspendieron fueron las reuniones de la mesa de conducción del PRO, que inicialmente iban a ser todas las semanas con Macri a la cabeza. Esto reiteraba el esquema de poder de cuando Macri fue presidente o jefe de Gobierno. El hecho de que se interrumpieran hace un mes marca que ese liderazgo está en crisis, aunque el ex mandatario no dio la batalla por perdida y puede volver a la carga en cualquier momento. Tras la última reunión, el 12 de abril, donde se reiteraron las posiciones más dialoguistas y más opositoras, tanto Larreta como Vidal mostraron su agotamiento con ese esquema de reuniones y quedó suspendido hasta nuevo aviso.
La división no solo cruza distintas miradas de cómo pararse ante el gobierno de Alberto Fernández en plena pandemia, sino una grieta mayor: la que separa a los que tienen responsabilidades de gestión de quienes critican desde el llano. Quienes están al frente de Ejecutivos (lo que no incluye solo a Larreta, sino a los intendentes como Jorge Macri, que habían planteado una posición similar), se cansaron de reuniones donde ellos detallaban qué estaban haciendo y el otro sector, el más duro, opinaba sobre cómo deberían hacer las cosas.
A esta situación se sumó un dato más: hubo un ciclo de charlas de bloque de diputados del PRO del que participaron Larreta, Vidal y Emilio Monzó, quien fue expulsado de la mesa chica por pretender que Cambiemos se abriera a sumar peronistas. Ese ciclo de charlas virtuales estaba previsto que lo cerrara Macri. Pero finalmente no ocurrió. Su participación también se postergó sin fecha. El organizador de esos encuentros, el jefe de bloque Cristian Ritondo, expresó la necesidad de una autocrítica tras la derrota de 2019 y que hay que "abrir el partido".
Es probable que la puja entre Larreta y Macri continue a lo largo este año sin que nadie quiera admitirla. Y es posible que se profundice hacia 2021 si el expresidente finalmente decide volver a postularse en las elecciones de medio término. Sin posibilidad de reelección, Larreta apuesta a ser el candidato a presidente del espacio en 2023 y a que nadie le haga sombra. Para sus seguidores el tiempo de Macri ya pasó. "El problema es que está con síndrome de abstinencia", indicó a este diario uno de los alfiles del jefe de Gobierno. Tarde o temprano, la disputa por el liderazgo del PRO se tendrá que resolver. Como en Highlander, para la candidatura a presidente solo puede quedar uno.