Para darle un poco de fosforescencia al aislamiento social y obligatorio podemos destacar el lanzamiento Escenas, el nuevo y segundo álbum de Carisma. Y no sólo estrenan álbum, sino que se hacen responsables del sello Amplio Espectro. Escenas hace un sorpresivo e hipnotizante giro que nos lleva de las pistas a otros espacios, propone “heterotopías” no solo auditivas sino de una sensibilidad que es marca de estilo de sus comandantxs Carolina Stegmayer e Ismael Pinkler. Tanto Caro como Isma se iniciaron en el mundo de la música cada cual con sus proyectos solistas antes de crear el dueto musical “Carisma”. En una entrevista íntima hablamos sobre música, género, el ambiente y la electrónica desde el under de Buenos Aires.
¿Cómo nace Carisma?
Ismael Pinkler: Con Caro comenzamos a salir y como a los 7 años, más allá de ser colaboradores de nuestros proyectos, nos fuimos a vivir juntos a un monoambiente y ahí comenzamos a hacer música juntos, la no-interacción era imposible, teníamos una cama, una mesa, los parlantes y las circunstancias nos llevaron a fusionarnos también en lo musical.
Carolina Stegmayer: Yo venía pasando música como “Dj Cheta” en varias fiestas, toqué en la primera Fun Fun. Isma venía tocando como solista y en la fusión con lo mío comenzamos a hacer temas para la pista, fue en el 2011, y el nombre “carisma” nos lo tiró Diosque, que es como un mago de las palabras, combinando nuestros nombres Car-Isma. Y a esto nos lo dijo como dos años antes de pensar en un proyecto juntos: “Si algún día hacen algo, ustedes son Carisma”.
I.P.: Por mi parte también venía tocando como solista como Ismael Pinkler y hacía música más “tranquila”. Pero siempre toqué en fiestas. La primera fue una fiesta de los Dj Pareja en el 2004. También en la Brandon, en “Belleza y felicidad” pero hacía un estilo más Ambient. Siempre en ambientes donde yo me movía y tenía a mis amigos. Me decían que era muy tranquilo y que debía hacer Dj Set. Pero no me gustaba eso del músico que hace Dj Set, entonces terminaba diciendo que no porque decía: “si soy Dj, soy Dj”. Cuando comencé a tocar como Dj con Caro dejé de tocar en vivo como músico, me dejó de interesar tocar en vivo.
¿Qué influencias musicales tienen?
I.P.: Me paralizo con esa pregunta.
C.E.: Es muy amplio, no solamente escuchamos música electrónica. El background musical es muy amplio: Pop, Rock, Clásica.
I.P.: Me cuesta decir “tales artistas”, sino como que hay una forma de escuchar música que tiene que ver con eso, escuchar un montón de música todo el tiempo, repetir las cosas que escuchamos.
C.E.: De fines de los 90 y principios del 2000 escuchamos mucho lo que hacía Flavio Etcheto, Leandro Fresco, Gustavo Lamas. Después Djs que también fueron trasmisores importantes de música que a nosotros nos gusta: Dani Nijensohn, Los Pareja y también de otras escenas. Fue un momento de intercambio de la música electrónica local con la música electrónica alemana que también fue súper transformadora. Todo lo del sello Kompakt, como algo de iniciación en la música, después creció y se amplió el mundo de la música electrónica muchísimo. En ese entonces vinieron al ciclo Post Post de Pablo Schanton que hacía en el Goethe, varios artistas alemanes de música electrónica, DJ y músicos que íbamos a escuchar.
I.P.: Paralelo a eso también escuchábamos mucho pop. Y otra influencia, porque los íbamos a escuchar siempre, eran Marianino y ICH, que tocaban como Jipi Japa y después se cambiaron el nombre y se llamaron Tundra. Había fiestas que tocaban ellos, Dj Pareja, Dani, y lo pop lo escuchábamos por ellos un montón.
¿Y cómo se dá el acercamiento a la movida LGBTI?
I.P.: Hay algo de la escena de Buenos Aires en el contexto de finales de los 90, principios del 2000, que fue cuando comenzamos a salir nosotros, en donde para nuestra visión era gay o gay. Nunca fuimos ni curtimos ninguna movida hétero porque Buenos Aires tenía esa particularidad de cruce con lo arty que eran las movidas en donde nosotros circulábamos, que era la música electrónica vista desde “Belleza y Felicidad”, y esa movida era gay. Nuestros amigos eran gays, siempre fuimos a fiestas gays siendo una pareja “hetero”. Hay mucho para hablar del crecimiento de lo gay o lo queer en Buenos Aires y su expansión, que ahora es múltiple. La primera vez que toqué era un chico hétero de 21 años que tocaba ambient y lo hice en una fiesta gay, no porque lo elegí ni porque en ese momento hubiera un marco teórico sino que todo pasaba por la afinidad, las amistades y la música. Desde ahí hasta acá, compartimos espacios gays o queer desde siempre, no porque nos hayan maltratado en el mundo hétero sino porque no nos tocó a nosotros interactuar.
¿Y qué les pasa a ustedes con ese mundo hétero?
I.P.: En la electrónica me imagino que Argentina debe tener toda una movida re hétero pero nunca la conocimos demasiado. Pero por una cuestión de afinidad y movimiento, también porque nos gustan las cosas más chicas, la intimidad del underground que elegimos nosotros siempre fue gay. A los Dj Pareja nosotros los vamos a ver desde antes de ser novios nosotros, Caro con sus amigos, yo también. Por separado íbamos a esos ambientes: Ave Porco, Morocco, El Dorado, a los 15, 16 años. En esa época el ambiente hétero era muy bored, muy aburrido.
C.E.: El Panteón o K2 eran clubs o fiestas que no sé si decían que eran fiestas lgbti, pero eran los lugares donde te encontrabas con gente alternativa, disidente, parejas de chicos o chicas. No tenían la etiqueta como tenía Amerika pero que igual eran la disidencia. Tiene que ver con una fibra sensible. Ismael y yo conectamos en nuestras sensibilidades, nuestros modos de ser, de divertirnos, los modos de vincularnos. Conectamos con espacios que coincidieron en ese mood y creo que esa fibra sensible hoy llegó donde todo eso antes estaba mucho más endurecido. Las etiquetas estaban más rígidas. Este momento en donde se amplio el mundo LGBTIQ, que para nosotros antes era el underground, nos hacen lo que nosotros no hacíamos como pareja “heterosexual”, como imprimir etiquetas sobre lxs otrxs. No es que no íbamos a Amerika porque es gay. No íbamos a Amerika porque preferíamos la música de la Brandon.
I.P.: Tiene que ver con la afinidad y la intimidad. No me gustan los lugares donde tenés 5 patovicas en la puerta. Tampoco nos interesa llegar a tocar en fiestas súper masivas. A pesar de que ahora los lugares chicos son más concurridos, no dejan de ser chicos y nos sentimos cómodos ahí.
¿Más allá de lo musical y el ambiente, creen que hay algo de lo escénico que hace que mayoritariamente el público que los sigue sea LGBTIQ?
I.P.: Nos proponemos algo desde lo musical, más allá de lo escénico, que es la libertad. “Hacé lo que quieras con tu cuerpo, con tu mente…”. Yo busco eso en la música y pretendo dar eso también. Yo no me siento escénico, en ese sentido Caro es mucho más desenvuelta escénicamente y sin embargo a veces vienen y nos dicen: “Ay chicos ustedes en el escenario…”. El hecho de que sea compartido ya es un montón, tenemos ese beneficio: al estar con otra persona bailando nos da mil pasos para acercarse a otrxs.
C.E.: En la dinámica del “back 2 back” hay un diálogo no solo en lo musical, sino en la energía de estar generando algo en lo que tenés que estar conectado, en principio con uno y eso ya prende la percepción para conectar con todxs lxs otrxs para bailar tu música. A veces se piensa que porque vengo también del mundo del teatro o lo escénico lo mío es una performance. Mi responsabilidad principal ahí es divertirme y divertirnos, ahí no es una perfo donde me pongo yo en primer plano para mostrarme, sino realmente trato de estar en un tono de diversión que sea el de la fiesta. Y ahí si se me chorrea el whiscola cuando tomo, no me importa, porque eso es divertirme para mí, y eso es lo que enciende en la pista.
¿Cómo nace el nuevo álbum, Escenas? Encontré mucha relación con los proyectos de esa época que veníamos hablando: Ocio, Rocken, Plan V, Etcheto. Este es un disco particular, tiene otro viaje ¿no?
I.P.: Queríamos exactamente eso, hicimos un millón de temas y después fuimos buscando entrar en eso sin perder lo que somos. Queríamos que sea otro viaje, placentero y que no sea complicado. Dijimos: “no vamos a mostrar lo más bolichero, pero queremos que el disco tenga que ver con el placer y la escucha y bailar también”.
¿Por qué el nombre Escenas?
C.E.: Dimos vueltas con muchos nombres, y nos tocó además elegir el nombre del Sello y del disco al mismo tiempo. El sello se llama Amplio Espectro. Trabajamos en el proceso con Diego de los DJ Pareja. Todos los temas están pensados como una unidad. Queríamos un balance: que pudieras ponerlo de fondo en una cena y que no interrumpa y, a su vez, si lo ponés más al palo y bajás la luz, que pudiera llevarte a otro lugar. Cada tema te lleva a un lugar distinto: éste es esa situación, este otro es un paisaje y así.
I.P.: Es como un disco trip hop, buscamos las texturas de los sonidos que sin ser pistero sea densa o intensa.