La cuarentena dispuesta desde el 20 de marzo trajo algunas costumbres nuevas que con el paso de los días se fueron incorporando a la extraña vida cotidiana, como salir lo menos posible solo a comprar, hacer filas en la calle para entrar a los supermercados, ponerse un barbijo y esperar a los domingos a la noche para escuchar las canciones en el desconcierto de Flopa, que canta desde su casa y transmite en vivo.
A través de su canal de streaming, Flopa encontró un modo de seguir en contacto con el público, al verse todos sus conciertos suspendidos, como todos los actos masivos que implican la conjunción de gente en un mismo espacio. Antes de que el aislamiento social se convierta en norma, la cantante y compositora venía ofreciendo shows completamente a oscuras, como para que la visión no interrumpa la magia que inspira la música. Con la cuarentena se le ocurrió continuar con esa experiencia, pero esta vez desde su casa, ofreciendo shows que sean solo de audio, nada que mirar, todo que escuchar.
“Visto y considerando que todos nuestros planes están freezados de manera indefinida, esta semana haré las pruebas pertinentes para transmitir el acústico a oscuras en vivo desde la negra calma de mi casa, ¿el baño o en el cuarto? La gracia es que ustedes también lo escuchen en la oscuridad total de su hogar”, afirmaba desde su página de Facebook antes del primer show. El concierto tuvo tan buena repercusión que se fueron repitiendo todos los domingos de abril y lo que va de mayo.
Los primeros conciertos a oscuras y en vivo desde su casa estuvieron repletos de sus canciones de siempre, las de sus discos solistas y las que escribió para ese proyecto hermoso que atraviesa el tiempo llamado Flopa Manza Minimal y después Flopa Minimal, con algunos de sus grandes temas como “Vengas conmigo”, con una letra que se resignifica en este contexto: “Cuando por fin crucemos la distancia, que nos une y nos dispara, sabremos más que este callar continuo de lo que dice más que las palabras. Debo seguir porque mi amor se ha ido”.
Cuando empezaron a repetirse los recitales en cuarentena, Flopa empezó a hacer las canciones que le pedían por las redes sociales y después a incorporar versiones de distintos grupos nacionales y extranjeros. Sonó desde “There is a light that never goes out” de The Smiths, hasta “El tiempo está después” de Fernando Cabrera y una infaltable de Virus “Dame una señal.” Tampoco faltaron covers de George Michael, Los Besos y Rafaella Carrá. Luego del show escribió: “Fue muy raro entrar en situación de show en mi propia casa y por momentos mágico”.
“Caminando voy, los que quieran me acompañan, igual no hay nada mejor para hacer hoy”, canta en “Todo lo que ya no sirve”. Las palabras se transforman cuando pasan por el matiz de la realidad y toman un nuevo sentido, insospechado, como un cuento de terror olvidado debajo de las revistas de moda. Como si su música no alcanzara, Flopa también comparte en una lista de Spotify, los temas que suenan antes y después de las canciones en el des-concierto. Allí se pueden encontrar temones de Jarvis Cocker, Suzanne Vega, Wilco, Fionna Apple, Aimee Mann, les artistas que conforman su universo, y que la definen e influyen en su música, como para entender mejor esa cosmovisión que regala cada domingo desde el aislamiento de su hogar.
En el streaming en vivo de cada domingo, la gente que está del otro lado, chatea y le pide canciones, le agradece o simplemente comenta, como para compensar la falta de contacto directo. Una nueva dimensión de la música se está creando, que seguramente no reemplace la calidez de los conciertos en vivo ni el rédito económico que les artistas necesitan para subsistir, pero sirve para acercar la música y sentirse menos solxs en estos momentos de incertidumbre.
Los domingos a las 22 en mixlr.com/flopalestani.