"Lo que hemos declarado claramente es que la deuda no es sostenible. Y es de interés para todos que Argentina avance hacia la sostenibilidad de la deuda”, fue la contundente respuesta que dio este martes la directora gerenta del Fondo Monetario, Kristalina Georgieva, en un seminario del Financial Times. La titular del organismo ratificó su apoyo al accionar del Gobierno en el proceso de reestructuración de la deuda con acreedores externos. Si bien remarcó que el organismo está impedido de tomar posición en la negociación, reiteró que está "interesado en apoyar a Argentina en su doble crisis, la del coronavirus y la sustentabilidad de la deuda". Alberto Fernández, a su vez, insistió este martes en que el Gobierno "ha hecho una oferta y del otro lado hay silencio". "Seguimos negociando, pero que los acreedores hagan una contraoferta y después vemos", agregó.
"Veo en Argentina un gobierno que quiere hacer lo correcto por su propia gente y por su papel en la región y la economía mundial", afirmó, en tanto, la economista búlgara. No es la primera vez que el Fondo expresa su respaldo a la postura argentina respecto a la situación de default virtual que dejó el gobierno de Cambiemos y del cual el organismo multilateral fue corresponsable.
Sin embargo, los fondos de inversión con tenencias de bonos argentinos desacreditan mediáticamente las manifestaciones de apoyo que recibe la Argentina, que incluye dentro del país al oficialismo y la oposición, la industria, la banca nacional y la comunidad académica. En el exterior el apoyo provino de organismos multilaterales, gobiernos de otros países, el Papa Francisco y reconocidos acádemicos y Premios Nobel.
Una oferta seria
El Gobierno obtuvo fuertes respaldos sobre la solvencia de la propuesta para refinanciar los pasivos que dejó el macrismo, pero la negociación es dura contra bonistas que no están dispuestos a ganar un poco menos. La oferta de Guzmán tiene un nivel casi nulo de quita de capital y la mejora está enfocada en el período de gracia de tres años, un lapso que le daría un respiro a la economía para reponerse de la crisis, y una baja en la tasa de interés acorde a otros mercados.
“Ciertamente estamos muy interesados en apoyar a Argentina en su lucha contra la doble crisis; la crisis del coronavirus y el problema de la sostenibilidad de la deuda, eso es claramente bastante grave”, afirmó Georgieva en videoconferencia. La posición de la titular del Fondo se conoce al dia siguiente que el Ministerio de Economía notificó la extensión del plazo para ingresar al canje hasta el 22 de mayo.
Hasta el momento no hubo una contraoferta formal por parte de los acreedores, con excepción de la presentada por Blackrock, uno de los mega-fondos con mayor tenencia de deuda argentina, a principios de la negociación. La propuesta argentina mantiene los mismos criterios que los expresados por el Fondo en un documento en el que diagnosticaba una economía sobre endeudada e insostenible. En una nota técnica del staff del FMI, se estimana previo a la pandemia que Argentina tendría que reducir sus pagos de deuda externa en un rango de 55 a 85 mil millones de dólares durante los próximos diez años para recuperar el sendero sostenible de sus pasivos.
“Es una tradición de larga data que el FMI no sea parte de ninguna discusión al respecto, es entre Argentina y sus acreedores. Lo que hemos declarado es que la deuda no es sostenible”, precisó Georgieva.
La situación de Fondo
“En cuanto al programa que el Fondo tiene con Argentina, todavía lo tenemos en realidad, aún no se ha cancelado; en ese momento, cuando se tomó la decisión, era impulsar las perspectivas de crecimiento en Argentina”, precisó la directora gerente respecto del préstamo de 44.000 millones de dólares que desembolsó en el último año de mandato macrista y que terminó alimentando la fuga de capitales.
“El FMI evalúa las perspectivas, teniendo en cuenta claramente que hay riesgos involucrados, pero es nuestro trabajo como prestamista de último recurso darles la oportunidad a las economías de tener éxito”, afirmó Georgierva, que puertas adentro hace un mea culpa.
“Es nuestro deber para con la membresía responder a las solicitudes que trabajan con ese reconocimiento de que nosotros, como prestamista de último recurso, estamos en una posición más riesgosa. Ahora estamos esperando. Y lo que veo en Argentina es en realidad un gobierno que quiere hacer lo correcto por su propia gente”, concluyó Georgieva.