La revolución podía ser transmitida. Y el Apocalipsis también. A fines de 2012, el mundo se encaminaba al abismo cósmico que presagiaba el calendario maya. La Cuenta Larga llegaba al fin y Los Reyes del Falsete pensaban cómo tocar online sus canciones, cómo armar su propio show despedida del mundo. Cuestiones técnicas y operativas hicieron naufragar al proyecto. Y el mundo siguió su órbita. Ocho años después, aislados y con la pandemia de covid-19 en las calles, sí saben cómo montar un recital por streaming. Uno saturado de colores y de nuevos sonidos. Así se presentaron en el Cuarentena Fest, a fines de marzo: cada uno desde su casa y con un set reformulado en clave electrónica. Y esa experiencia mutó en su quinto disco, El Show del Fin del Mundo, Vol. 1, grabado, producido y publicado en cuarentena. Un puñado de canciones mágicas para reinventarse en medio de la crisis.

 

“Achicar las canciones y tocarlas con una guitarra pelada frente a la cámara no tiene nada que ver con nosotros. Tratamos de ser lo más creativos posibles con lo que tenemos, que tampoco es tanta tecnología”, asegura el cantante y guitarrista Nica Corley por videollamada, en una pantalla que comparte con el resto de la banda: su hermano y baterista Tifa Corley y el cantante y guitarrista Juanchy Munchy. “Si podemos meter un croma para darle colores al fondo, usar los sintetizadores para abrir las canciones, si nos podemos maquillar, exponernos un poco al ridículo… ¿por qué no hacerlo?”.

Para Los Reyes del Falsete, el ridículo es una carta que les permite salirse de la zona de confort. “Preferimos siempre hacer algo nuevo que quedarnos pensando si es o no es tan bueno. Es como un peligro que te mantiene vivo. No dejaríamos de hacer algo por miedo al resultado”, dice Tifa. Con ese espíritu fueron avanzando para transformar y deformar canciones que vienen de todos sus discos anteriores.

La fiesta de la reforma

El resultado asemeja al de un paseo lisérgico por un parque de diversiones. Fuera de foco se convierte en un tren fantasma repleto de sombras. El carrusel tintinea en Se lo guardó. La vuelta al mundo muestra, desde la cima, la adultez que ganaron Mi chica e Ida y vuelta (a Plaza). La montaña rusa se dispara en cámara lenta en Un poco. La despedida es entre los autitos chocadores con Menos de lo mismo, canción inédita y movediza que cierra el disco, y de la que acaban de cortar un videoclip.

 

“Algo lindo de grabar separados fue que Juanchy hizo versiones que yo no escuché casi hasta el final. Y así entre todos. Nos sorprendíamos porque eran canciones de Los Reyes pero que de alguna forma no habíamos escuchado”, cuenta Nica. El dato es que Juanchy las trabajó con una tablet y el micrófono de sus auriculares: “Un desafío que se convirtió en una faceta nueva y hermosa”.

Tifa reunió todo el material en la sala de grabación que montó en el living de su casa, y lo masterizó Pablo Barros, ícono indie detrás de las consolas. “Agarramos las bases que tocamos en el Cuarentena Fest y las pichicateamos. Después sumamos los instrumentos. Estuvo muy bueno tener algo de ese clima improvisado, de hacer con lo que tenés”, dice Tifa. “Nunca hubiésemos sacado un disco en dos semanas de otra manera. Tomarse las cosas un poco más a la ligera es también una forma de libertad.”

Ida y vuelta (a la cuarentena)

Alternaron esa fugacidad, que apareció como posibilidad en medio del aislamiento, con el trabajo de casi tres años que les llevó el video de El río –también reversionada en El Show del Fin del Mundo, Vol. 1–, estrenado durante la cuarentena. Se trata de un viaje digital y jurásico con ribetes de La Guerra de las Galaxias, en el que crecen la soledad y la traición.

“No sabíamos si estábamos haciendo una genialidad o una locura, pero no volveríamos a trabajar de esa manera… fue demasiado tiempo”, se ríe Nica. “Para gente como nosotros, que nos digan quedate en tu casa implica hacer más canciones, que las queremos compartir enseguida. Cómo vamos a subsistir los próximos meses, no tengo ni idea, pero la parte positiva es ésa: entramos en un esquema de 'termino el tema y lo subo'”.

 

La idea de Vol. 1 que tiene El Show del Fin del Mundo deja la puerta abierta para una seguidilla de volúmenes con canciones alteradas por los sintetizadores o hasta por el sonido de copas de vidrio, con las que Juanchy empezó a experimentar. El plan para los próximos meses tiene un tono compulsivo: los nuevos volúmenes, el lanzamiento de una batería de singles grabados antes de la pandemia, un futuro disco que están afilando y una fiesta de 15 por los años que cumple la banda, apenas las cosas recuperen cierta normalidad. “Va a ser un recital con velas, video emotivo, vestidos, trajes y mesa dulce”, detalla Tifa.

“Con estas grabaciones en aislamiento volvimos a correr un poco los límites autoimpuestos. Hubo una toma que hicimos que nos hizo llorar, y cuando la pasamos de vuelta nos dimos cuenta de que se escuchaba el perro ladrando. Y la toma quedó. Si nos conmueve, ya fue; que se escuche el perro de fondo”.

#QuedateEnCasa como los hermanos Nica y Tifa Rex, que convirtieron el living en estudio de grabación.
Y como Juanchy Munchy, que hizo su parte con una tablet y unos auris con micrófono. Fotos: Cecilia Salas