“En épocas de crisis económica y humanitaria la música y el arte se ven como golosinas. Pero está bueno pagar por eso en algún momento”, lanza el compositor y cantante Nahuel Briones y pone sobre la mesa la inédita y compleja situación que atraviesan los artistas debido al freno casi total de la actividad cultural. La música en vivo, por ejemplo, una fuente relevante de ingresos para los músicas y músicas. “Acá ponemos un precio a partir de 100 pesos, porque necesitamos la guita para seguir haciendo esto. El día que vaya al supermercado y me digan ‘llevate lo que quieras’, yo no voy a cobrar más nada nunca”, precisa Briones con su habitual tono humorístico. La novedad es que va a realizar por primera vez un concierto vía streaming. Y no ahorra en entusiasmo. Presenta este show como un "streaming histórico”.
Será este jueves a las 22 a través de la plataforma Ticket Hoy , con una buena calidad de imagen y sonido, y una mayor planificación que los Live convencionales de redes sociales. “En general, soy muy pudoroso con mi música, no me gusta mostrar cosas que no me parezcan que están re buenas o que me gusten mucho. Me incomoda hacer un streaming por una red social. Entonces, empecé a pensar una propuesta que se viera y escuchara mejor y fuera una experiencia divertida”, cuenta el músico de Parque Patricios. “Es la primera vez que el público no se va a juntar en un mismo lugar y eso también tiene algo hermoso. Porque va a haber personas de Salta, Necochea o de Ushuaia, todas conectadas a la misma hora, en tiempo real, viendo un concierto que de otro modo no lo podrían vivenciar”, dice este músico que continúa con la tradición de solistas de rock.
Briones, además, acaba de lanzar en Spotify el primer volumen de Íntimo, un disco con versiones acústicas de sus discos solistas (Guerrera / Soldado, de 2017; y El nene minado, de 2018) y El Cruce de los Unders (2015), junto a Orquesta Pera Reflexiva. Ya salieron versiones desnudas y potentes de "Bases y Condiciones" y "Sailor Moon", y este viernes lanzará una segunda parte, con "Futurito" y "Fetiche". “Esa parte nunca la había mostrado grabada. La cuarentena me hizo conectarme con el rol del hacedor de canciones, de persona sola componiendo música”, sostiene. “Estas cuatro canciones tienen la esencia de lo que hago cuando toco en formato solista: una cosa acústica pero mucho más violenta que el disco”. Es que en vivo suele presentarse en formato de banda de pop-rock–desenfrenada, bailable-, pero siempre le da lugar a la canción en solitario. “En el formato solista siento que estoy entregándome todo el tiempo. Lo de la banda va por más por el lado del placer y lo otro por un lado performático”, diferencia.
-¿Cómo venís llevando la cuarentena?
-Estos últimos dos años que pasaron estuve a pleno: grabando, produciendo a otra gente, tocando en vivo, viajando un montón y empecé a flashear por un lado la alegría de hacer todo eso. Pero por otro lado me daba angustia que cada vez que me sentaba a componer no tenía ni siquiera un día entero para hacerlo, entonces me salían cosas de mierda y me ponía mal. Creo que es peor componer cosas chotas que no componer nada. Y sentís que tenés un bloqueo creativo. Entonces, me organicé para tomarme todo enero -sin irme de viaje ni nada- para quedarme encerrado en mi casa y obligarme a hacer una canción por día. Hice como 28 temas, de los cuales la mayoría son malos, obvio, es imposible hacer canciones buenas tan rápido. Pero hay un par que están re buenas. En febrero volví a hacer un montón de cosas y me quedé con la sensación de que necesitaba mucho más tiempo para componer. Y marzo también arrancó con todo, con un montón de shows. Pero estaba deseando mucho poder tener más tiempo y el día que lo expresé, que se lo dije a un amigo, ¡se canceló el planeta!
-¿Aprovechaste para descansar?
-En marzo estuve dos o tres días al pedo en la cama sin hacer nada y me di cuenta de que estaba muy cansado. Apenas arrancó la cuarentena no hice nada, ni siquiera posteé. Pero sí vi un montón de películas, leí un montón y escuché bocha de discos. Y en abril me dio paja esa situación. Entonces, agarré la compu de nuevo y empecé a trabajar los temas que tenía. Siento que el mundo ahora arrancó un poco más y por eso sentí la necesidad de volver a comunicarme. Apenas arrancó la cuarentena pensaba que esto era el fin del mundo. Descubrí que disfruto muchísimo de la vida tranquila del hogar. Estuve componiendo un montón, pasándola bien y re conectando con mi deseo propio de hacer música... ¡Estoy invirtiendo en canciones!
-No es muy común que en este contexto tan complicado e incierto se despierten las ganas creativas en los artistas, sos un caso especial...
-Sí, lo entiendo. Lo que pasa es que yo estaba bloqueado por la hiperactividad antes de la cuarentena. También conecté con la idea del compositor de canciones. Tener suficiente tiempo para escribir y pensar el sonido. Tiene que ver con el amor propio. También me doy cuenta que disfruto un poco del hippismo y que todo se desmorone. Entonces esto no me cae tan mal. También me doy el tiempo de no hacer nada. Si estoy bajón, no siento culpa o presión si no laburo. Antes del coronavirus yo estaba tomando clonazepan y empezó la pandemia y no lo necesité más. Y no entiendo por qué alguna vez lo consumí. Hay algo de funcionar en la sociedad que a mí evidentemente me estresa mucho más que estar en mi casa viendo cómo se llena de hojas la terraza. Y no sabiendo qué plata voy a generar el mes que viene. Yo vivo solo de tocar y de producir y eso genera otros ingresos, como los de Sadaic. Igual tengo meses en los que no gano nada. Pero me puedo adaptar con menos si tengo más tiempo.
-¿Cómo ves la situación general de los músicos y músicas independientes en un contexto en el que se frenaron prácticamente todas sus fuentes de trabajo?
-Yo siento que me pasé de pesimismo y llegué a un lugar que es casi agradable. O sea, después de soportar la angustia profunda que significó para mí el macrismo esto que está pasando es menos angustiante que lo que viví. Aunque sé que es peor en materia económica. Hay un montón de herramientas que hacen que vos puedas generar un poco más de plata. Sadaic, por ejemplo, cuando tenés más o menos un recorrido de trabajo. Yo tuve la suerte de que esto me agarró en un momento en que ya había hecho esa inversión de trabajo y me entró algo de guita. Al igual que otros músicos, hago varias cosas, como producir. Si esto me hubiera pasado hace un año o dos tenía que pedir plata prestada. Hay un montón de herramientas para generar ingresos que no las sabemos usar o que no las experimentamos mucho.
-¿Cómo cuáles?
-Cuando Bandcamp anunció que iba a dar el ciento por ciento para los músicos de los discos digitales vendidos, yo ni sabía que había gente en el mundo que compraba discos. Y hay gente que quiere tener los discos en alta calidad para no escucharlos como el orto en Spotify. Por otro lado, este momento también te muestra que estamos encadenados a internet, en un mundo que es muy complejo porque para ganar plata en internet tenés que poner más plata que la que generás. En una de las canciones nuevas que compuse hablo de internet como si fuera una inmobiliaria. Internet nos vendió una idea de la democratización, de que "todos somos libres y este es el mundo paradisíaco". Pero ahora, por ejemplo, YouTube está censurando y bloqueando un montón de información. Cuando digo que me pasé de pesimismo siento que esa fuerza extraterrestre y con patas metálicas ya nos comió. Lo que tiene el arte es que es inútil.