Víctor Buso, el astrónomo aficionado que desde su casa en barrio Hospitales fotografió el nacimiento de una supernova, un descubrimiento extraordinario que lo llevó a contar su historia en medios de todo el planeta, está a punto de sumar otro gran hallazgo. Junto al también aficionado y profesor de matemáticas, Claudio Martínez, habrían tomado las primeras fotos de la partición del núcleo de un cometa, el C/2020 F8 SWAN, un descubrimiento que de ser confirmado, algo que resulta complicado porque los grandes observatorios del mundo están cerrados por la cuarentena, permitirá contar con más información para futuras investigaciones. "La importancia de esto es que cuando el núcleo se parte de ahí sale la materia originaria de lo que fue la formación del sistema solar", destacó Buso, quien ante la consulta de Rosario/12 explicó los detalles del posible descubrimiento.
Buso está esperando la confirmación internacional para concretar otro hito; en este caso, por la secuencia de fotografías tomadas al cometa el pasado 8 de mayo desde el observatorio que montó en la terraza de su casa con el dinero que obtuvo por la venta de un terreno.
El paso del C/2020 F8 SWAN fue descubierto el pasado 15 de marzo en Australia y, según relata Buso, tenía perspectiva de verse a simple vista a la mañana en el hemisferio sur los primeros días de mayo. La noche del miércoles, de hecho, fue su máximo acercamiento a la tierra por lo que había chances de ser observado, pero fue el astrónomo aficionado rosarino quien pasó varias madrugadas tomándole fotos con el telescopio montado en su casa ubicada en Entre Ríos al 2900, y pudo captar lo que sería la ruptura de su núcleo.
Los cometas son cuerpos celestes que forman parte del sistema solar y están conformados por polvo cósmico, gases y partículas de hielo. "El SWAN tiene una cola más larga que la Cruz del Sur. Pero no me enfoco tanto en sacarle la cola si no que trato de estudiar cuando se acerca a la tierra, que se da por la posición de los astros, pero el centro de la órbita del cometa es el sol. Por eso vengo fotografiando su núcleo con bastante potencia porque es donde se origina todo, me gusta estudiarlos. Venía brillando bien, el tema es que yo trabajo de día y no tengo tiempo de procesar las imágenes. Y fue entonces que me llamó Martínez para ofrecerse a procesarlas", explicó Buso sobre la participación del profesor de matemáticas de CABA quien procesó la secuencia de fotos que llevaron al posible descubrimiento.
En la primera tanda de fotografías, Martínez le cuenta haber detectado en las imágenes captadas por Buso un movimiento de gases alrededor del núcleo en forma de espiral. "Al otro día probé con un filtro de cometas, que nunca había usado, y que nos permite ver cosas diferentes en esa parte del cometa, como el cianógeno y el oxígeno", contó el astrónomo rosarino. Cuando procesaron esa segunda tanda de imágenes algo les llamó la atención porque no podían distinguir bien el núcleo.
"Estaba viendo cómo cambia de brillo el cometa en una curva de luz, vos lo ves y es una piedrita de hielo que está a 100 millones de kilómetros, pero hace determinadas cosas que te dan claves de lo que está pasando. Ahí me di cuenta que era factible que se hubiera roto. En general, a un cometa cuando le pasa algo brilla demasiado, no es normal. Por eso le pedí a Víctor, a quien conozco desde hace mucho tiempo, y tiene un telescopio grande, que le empezara a sacar fotos", explicó a este diario Martínez, quien da cursos de astronomía y desde hace 10 años se dedica al astroturismo.
"Mientras tanto el cometa se pincha, pierde brillo. Pensamos que el movimiento en espiral que tuvo podía tener alguna consecuencia, por eso saqué otras fotografías con filtro azul fotométrico y otro infrarrojo, con una resolución de 2 mil kilómetros, para poder atravesar esos gases. Se las mando y me dice: `Víctor, se ven dos pedazos del núcleo, muy nítido´. Fue una sorpresa enorme", agregó Buso, propietario de la cerrajería Halley, un oficio heredado de su padre.
Según Martínez, observar la rotura del núcleo de un cometa es "interesante porque cuando le pasa esto, estás sacando hielo muy del fondo y muy viejo. La composición química normal de un cometa nuestro es agua común, hielo seco, o sea dióxido de carbono congelado, metano congelado y algunas rocas. Si le hacés un análisis podés tener mucha información de cómo era el sistema solar primitivo, porque los planetas se formaron de piedras como éstas".
El paso siguiente para confirmar si el cometa se había partido era notificarlo. Y a pesar de todos los contactos que Buso recolectó por el descubrimiento de la supernova, se encontró con que el 99 por ciento de los observatorios del mundo, en Chile, Rusia y Sudáfrica, estaban cerrados por la cuarentena. También llamó al Telescopio Espacial, pero los turnos ya están reservados con varios meses de anticipación, cuestan miles de dólares y, por lo que dicen los especialistas, no puede apuntar tan cerca del sol. Lo cierto es que los descubridores necesitan contar con telescopios más grandes para tener la confirmación internacional.
"Ahora se va a comenzar a ver en el Hemisferio Norte, habrá que esperar que pase cerca del sol, y es posible que pueda ser tomado por una astronave llamada Soho, que tiene una cámara de gran campo y permanentemente está fotografiando al sol y las cosas que pasan alrededor", cuenta el astrónomo aficionado, quien en 1986 pudo sacarle fotos al cometa Halley, que orbita alrededor del sol cada 75 años, desde el Observatorio Astronómico del Colegio Cristo Rey.
Buso también aprovecha para pasar el aviso sobre el paso a fines de este mes de otro cometa, el ATLAS, que está llegando al Hemisferio Sur, tiene características similares y podrá observarse de mañana. "El Telescopio Espacial ya le sacó unas fotos bárbaras, pero está como en seis u ocho pedazos, ya viene pinchado", dice riéndose. Además, anticipa que otro objeto celeste denominado LEMMON, se podrá ver también a fines de mayo y a simple vista, pero en este caso a la tarde.