Si bien el presidente Alberto Fernández la descartó, la idea de emitir un billete de 5000 pesos dejó algunas esquirlas en el debate sobre la necesidad, oportunidad y expectativa que provoca la aparición de un papel de mayor denominación. Entre los beneficios se destaca un menor costo y velocidad de emisión en momentos en que para el gobierno es la principal fuente de recursos. Pero es precisamente ese contexto adverso el que torna poco oportuno la aparición de un billete que atice las expectativas inflacionarias y de pérdida de valor de la moneda, aunque la mera aparición de un papel --que dejará de tener animalitos para incluir alguna personalidad histórica-- lo convalide. Así lo quiere hacer ver la oposición y por eso desde el Gobierno se fue para atrás con la iniciativa.
La idea había surgido meses atrás entre el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, y de la Casa de Moneda, Rodolfo Gabrielli, con el objetivo de abaratar los costos y los tiempos de emisión que se está llevando a cabo por estos días para mitigar los efectos de la cuarentena en los hogares frente a la pandemia de la covid 19. La cuenta es sencilla, siendo el billete de mil el de mayor denominación, con uno de 5000 se reducen los costos y los tiempos de impresión en un quinto. Nuevamente, una mayor bancarización de la economía permitiría llegar con la expansión monetaria más rápido.
La contracara es el manejo político que se intenta darle a la aparición de un nuevo billete. "Hay quienes 'entre líneas' pretenden adelantarse a algo que van a decir en el futuro, que la emisión de pesos genera inflación y que eso lo van a instalar en el debate con la emisión del billete de 5000 pesos. Es un momento en que algunos sectores pretendieron instalar que iba a haber hiperinflación en Argentina, o un desmadre, y frente al hecho que no se produce, pretenden atar ese mismo debate a la emisión de un billete que, para estos, reconocería un escenario post-pandemia de fuerte inflación. No lo comparto y sólo buscan generar zozobra", opinó Hernán Letcher, titular del CEPA.
El ex banquero central Federico Sturzenegger se había manifestado contrario a la emisión de billetes de mayor denominación con el argumento de que los billetes grandes sólo facilitan las transacciones de la economía informal. Pero en un contexto en el cual es necesario llegar rápido en la asistencia a estos sectores que se mueven en la informalidad, la aparición del billete de 5000 pesos podría colaborar, sin importar las interpretaciones políticas.