A doble o nada, el Gobierno, lejos de ceder en el conflicto con los docentes, vuelve a endurecer su posición: ayer fue el presidente Mauricio Macri, en persona, quien tomó cartas en el asunto y se puso en la primera línea de fuego, con una publicación en las redes sociales en la que comparó la situación actual de la educación en la Argentina a la del Japón de posguerra, reconstruyéndose después de la Segunda Guerra Mundial. “Para que un país pueda levantarse, la escuela nunca debe parar”, escribió el mandatario, acompañando una foto en la que se puede observar a un grupo de alumnos recibiendo clases de su maestro al aire libre en el medio de una devastada ciudad de Hiroshima, destruida por la bomba atómica meses antes.
Este posteo de Macri en las redes llegó en vísperas de la semana más caliente del ya extenso conflicto con los docentes y horas después de que la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, pidiera iniciar los trámites para retirarle la personería gremial a los sindicatos que prosiguen con las protestas en la provincia (ver aparte), otra señal de que la estrategia oficial ante los docentes no es negociar una solución sino extremar su postura y apostar al desgaste ante la opinión pública. Los principales dirigentes de los gremios educativos, consultados por PáginaI12, reaccionaron ante este nuevo escenario denunciando que el Gobierno desvía así la discusión y evita dar cuenta de los incumplimientos a las leyes de educación nacional y de financiamiento educativo.
“Macri busca enfrentar a los docentes con la sociedad”, opinó el titular de la CTA, Hugo Yasky, en diálogo con este diario. “Quiere generar un clima de confrontación en el que pretenden estigmatizar a los docentes, poniéndolos bajo el dedo acusador en una lucha de pobres contra pobres en la que supuestamente los daños tienen que ver con los que tenemos al lado y no con los que tenemos arriba”. El secretario general de Suteba, Roberto Baradel, en tanto, agregó que el Gobierno “busca generar una fuerte crisis” para imponer reformas contra la educación pública y a la vez “quebrar” a los docentes para dar un ejemplo a otros sindicatos combativos. Sergio Romero, de UDA, por su parte, señaló que “hay una incertidumbre tremenda en la sociedad” a causa de la “crisis sin rumbo” que causó el Gobierno.
Hiroshima mi amor
Un puñado de niños escuchando a su maestro al aire libre en medio de una ciudad en ruinas se ve en la imagen que publicó un periódico online afín a la agenda del gobierno y que despertó la curiosidad del Presidente. “En la foto se ve que los chicos continuaron estudiando en una escuela sin paredes, sentados en pupitres rotos, cajones de carbón y mandarinas rodeados de su ciudad pulverizada. Dos meses después de la bomba, de pie, al frente de todos ellos volvió a estar el maestro. Dando clases como todos los días, como si nada hubiese cambiado, aunque los chicos no tuvieran ni libros ni cuadernos y muchos de ellos, tampoco padres –escribió Macri–. Por dos años Hiroshima estuvo en ruinas, sin escuelas, pero durante ese tiempo sus alumnos nunca dejaron de asistir a clases y los maestros nunca dejaron de estar al frente de ellos”.
La reacción fue inmediata: “Está bien que Macri empiece a tomar dimensión de los estragos que está produciendo en el tejido social su política de ajuste y destrucción de los derechos de los sectores populares. Lo malo es que la solución que propone es que los trabajadores renunciemos al derecho a un salario digno”, opinó Yasky, que también se permitió una ironía al respecto: “Por este camino, dentro de poco, seguramente, el Presidente nos va a recordar que los maestros en Grecia eran esclavos para terminar de convencernos de que sigamos ese buen ejemplo y no pidamos que nos paguen por nuestro trabajo”.
Para Baradel, el Gobierno “está yendo a la guerra contra los docentes” y por eso utiliza metáforas bélicas. “Estoy convencido de que el Gobierno quiere utilizar al conflicto docente como Thatcher hizo con los mineros en Inglaterra o Reagan con los controladores aéreos en Estados Unidos”, sostuvo el secretario general de Suteba, que fue amenazado de muerte varias veces desde que comenzó el conflicto. “Macri quiere quebrarnos para tener vía libre para privatizar y para imponer la flexibilización laboral de todos los trabajadores del país”, completó.
Romero manifestó su “preocupación” por el “desentendimiento que tiene este gobierno con la educación argentina” y las leyes que lo comprometen como garante último de este tema. “Se desentienden de la educación tirándole a las provincias la responsabilidad de hacer lo que puedan, y poco pueden hacer las provincias. Generan más conflicto en lugar de buscar soluciones. Desde hace meses no se sabe dónde está el ministro Bullrich, que es el responsable del tema. Hay una incertidumbre tremenda en la sociedad porque lo que se ve no es un conflicto puntual sino una crisis sin rumbo.”