El presidente estadounidense Donald Trump renovó sus ataques contra China, en el marco del recrudecimiento de tensiones entre ambos países por el coronavirus. Después de haber cuestionado a Xi Jinping por la gestión de la pandemia, ahora Trump amenazó con "cortar la relación" económica con el país como castigo a Beijing por haber retenido información sobre la covid-19, como sostiene el gobierno estadounidense. Ambos países firmaron a principio de año un acuerdo comercial, que ahora está en tela de juicio por las acusaciones cruzadas.
"Hay muchas cosas que podríamos hacer al respecto, podríamos cortar toda la relación. Ahorraríamos 500 mil millones de dólares", subrayó el mandatario en una entrevista. Trump afirmó que tiene una "muy buena relación con Xi Jinping, aunque aclaró que en este momento “no quiere hablar con él". "Lo dije más de una vez, y lo dije sobre otros países", agregó, al cargar también contra la OTAN, a la que definió como un organismo en el que "los estadounidenses ayudamos a los europeos por nada".
No obstante, la única medida tomada hasta ahora por su administración contra China fue cortar los lazos de inversión entre los fondos federales de jubilación de Estados Unidos y las acciones de Beijing. Del mismo modo, el mandatario analiza imponer requisitos más estrictos a las compañías chinas que cotizan en las bolsas de valores de Estados Unidos. El presidente dijo además que su administración está buscando "con mucha fuerza" exigir a las compañías chinas que sigan los estándares impositivos y de contabilidad vigentes en el país norteamericano.
Hace apenas dos días, Trump le reclamó a una periodista del canal CBS, Weijia Jiang, que vaya a "preguntarle a China" por la situación del coronavirus . La reportera de origen asiático le recriminó que le planteara eso, ante lo que Trump decidió finalmente poner fin de forma abrupta a la conferencia de prensa.
El secretario de Estado, Mike Pompeo, también cargó contra Beijing el jueves. "Mientras Estados Unidos y nuestros aliados y socios están coordinando una respuesta colectiva, la República Popular China sigue silenciando científicos, periodistas, y ciudadanos y disemina desinformación, lo cual exacerba los peligros de esta crisis sanitaria", dijo el jefe de la diplomacia estadounidense, que el miércoles realizó un viaje relámpago para respaldar al gobierno de coalición de Benjamin Netanyahu.
Las divisiones entre Estados Unidos y China se remontan a mucho tiempo antes de la llegada de la pandemia, pero el nuevo coronavirus desembocó en acusaciones cruzadas de alto voltaje. Trump afirmó en repetidas ocasiones que Beijing podría haber detenido el brote pero no lo hizo. "Es el peor ataque que hemos tenido en nuestro país", había dicho al atribuirle responsabilidades a China, frente a lo que el ministerio de Relaciones Exteriores de China no tardó en responder. La cartera pidió a Washington que se ocupe de solucionar sus problemas y "deje de difundir desinformación o engañar a la comunidad internacional".