Buenos Aires celebró la 10ª edición de La Noche de las Librerías, que transformó a la avenida Corrientes en una peatonal. A lo largo del recorrido, dispuesto entre las calles Libertad y Junín, hubo puntos de encuentro y conferencias y debates. A las 18,  abrió el “Living Rodolfo Walsh”, con Búsqueda del Tesoro y, en El Gato Negro, 13 historias de terror y un gato negro, lecturas de Mariana Enriquez y  Horacio Convertini. 

En un año crítico para el sector, el evento fue una excusa para que el público consuma y para que los libreros compensen una realidad que los golpea duro. “La situación crítica del mercado del libro y de las industrias culturales se ha ido profundizando. Estamos en una caída permanente en la cual progresivamente decaen las ventas, al mismo tiempo que aumentan los costos”, aseguró David De Vita, propietario de la librería Adan BuenosAyres, a punto de cerrar en 2016, y que ahora es una cooperativa. La emblemática librería fue una de las participantes del “Gran Librazo Nacional”: las librerías regalaron un libro acompañado por un folleto para dar cuenta de su situación. La protesta tuvo lugar en Córdoba, Rosario, Mendoza y Buenos Aires, y se regaló un total de 30.000 libros, uno por cada desaparecido de la dictadura militar.