Una periodista y fotógrafa de National Geographic narró en las redes sociales su experiencia de viaje en medio de la pandemia por el coronavirus, pero en una ciudad que de a poco está levantando las medidas de aislamiento. Laurel Chor contó cómo fue viajar desde París hasta Hong Kong en un vuelo de pasajeros, con tests, ocho horas de espera y 14 días de cuarentena. Su historia permite adelantarse a la nueva modalidad en los desplazamientos que se implementará cuando comiencen a flexibilizarse las cuarentenas en todo el mundo.

Después de estar dos meses en París, Chor tomó un vuelo hacia Hong Kong, con escala en Londres, para volver a la casa. Su experiencia, narrada en un extenso hilo de Twitter, es diametralmente distinta a la que se vivía en los aeropuertos antes de la llegada de la Covid-19

Según contó, durante el vuelo los trabajadores de la empresa aérea estaban protegidos con barbijos y guantes en el vuelos hacia Inglaterra, no así en su viaje a China. Al bajar del avión, sin embargo, comenzó todo el proceso de registro del gobierno chino. “Llené una orden con datos para la cuarentena, una declaración jurada sobre mi salud. También, me hicieron descargar una aplicación, recibí una pulsera de rastreo y me registraron. Alguien chequeó que mi celular funcionara”, relató. 

Hong Kong implementó desde el primer momento del brote medidas estrictas, que combinó con una intensa vigilancia electrónica. A pesar de su proximidad con Wuhan, la ciudad contabilizó unos mil casos y sólo cuatro muertes desde el comienzo de la pandemia.

Tras ese primer trámite, un funcionario le comunicó a la periodista que hasta el próximo 28 de mayo por la mañana estaria en cuarentena (durante 14 días) y le entregó un termómetro. “Después, pasé por Inmigración y fui a buscar mis valijas normalmente”, contó la periodista. Un hombre con máscaras transparentes la ayudó a subir a los micros dispuestos para sus traslado todos sus bolsos.

En ese momento le dieron también colgantes de color naranja para identificarla como persona no testeada. Tanto la prueba como la espera se realizó en Asia World Expo, una de las dos principales instalaciones para convenciones y exposiciones en Hong Kong. “Un trabajador de salud nos numeró, nos dio los tests y nos explicó cómo se realizaban”, contó Chor. Luego, se tuvo que sentar a ver un “detallado video de ayuda” para más información sobre los auto-tests. La fotógrafa grabó todo este proceso, en el que se ve como Chor se autoexaminó en uno de los biombos dispuestos para el estudio, que respetaba una considerable distancia entre uno y otro.

“Finalmente, nos llevaron a otro gran salón con sillas y mesas numeradas, que respetaban la distancia social”, contó la periodista. Según detalló, los pasajeros estaban diferenciados por cada vuelo, en filas. Para la espera, le entregaron un sandwich y una botella de agua.

Seis horas después del test, seguía esperando los resultados. “Di negativo. ¡Soy libre de irme! Tengo que recoger una muestra nuevamente el 25 de mayo y me dieron una carpeta con un paquete de prueba + otra información”, festejó siete horas después del test.