El índice de precios al consumidor arrojó en abril un alza del 1,5 por ciento frente a marzo. Se trató de un mes absolutamente atípico, en primer lugar porque sólo funcionó una porción menor de la oferta regular de bienes y servicios, a raíz de las medidas de restricción sanitaria. Adicionalmente, el gobierno desplegó férreos controles de precios de bienes de consumo masivo e intervino para evitar subas en servicios. En ese contexto, el dato de inflación de abril se ubica por debajo de la dinámica registrada en los últimos meses y es el más bajo desde noviembre de 2017. La desaceleración inflacionaria se explica por la reducción del 4,1 por ciento en el rubro comunicación, a raíz de la retracción en los precios de los planes prepagos de telefonía celular y telefonía fija. También cayó el rubro educación, por la reducción de las cuotas de colegios privados. A pesar de los controles, el rubro alimentos y bebidas continuó creciendo por encima de la media, con un incremento del 3,2 por ciento, empujado por frutas, verduras y hortalizas. En el primer cuatrimestre, la inflación se ubicó en 9,4 por ciento y la comparación interanual arroja un 45,6 por ciento.
La crisis del coronavirus motivó la aplicación de un paquete de medidas inusual en muchos sentidos, con el pago de salarios del sector privado por parte el Estado como rasgo más saliente. En materia de precios, se aplicó un control con una lista de precios máximos vinculados a los valores del 6 de marzo. Adicionalmente, se retrajeron o pospusieron aumentos en servicios. Por otro lado, hubo sectores productores de bienes y especialmente de servicios que contuvieron subas de precios e incluso aplicaron bajas para enfrentar el desplome de la demanda. La medición en los rubros que el gobierno no definió como “esenciales” quedó muy limitada por la escasa oferta.
Alimentos y bebidas volvió a quedar por encima del promedio, con un alza del 3,2 por ciento, a pesar de los controles. En cuatro meses, este rubro tiene una suba del 15,2 por ciento y del 52,2 en los últimos doce meses. Las principales subas se dieron en frutas, verduras y hortalizas, como naranja (57,2 por ciento), cebolla (31,6), batata (17,2) y papa (11,6). También hubo aumentos considerables en carnes, como fue el caso del kilo de paleta (8,9 por ciento), cuadril (6,1), carne picada común (5,8), y en el filet de merluza (9,5 por ciento). Otro producto que lideró las subas fue el queso cremoso (9,2) y huevos de gallina (7,5). En cambio, hubo productos en donde el congelamiento de precios fue mucho más efectivo y no se registraron alzas, como por ejemplo en pan de mesa, hamburguesas congeladas, aceite de girasol, queso sardo, vino, yerba y detergente líquido. Hubo bajas del 1 por ciento en leche en sachet, manteca, yogur y dulce de leche.
En el rubro de comunicación se observó una baja de precios del 4,1 por ciento en abril frente a marzo, aunque en los últimos doce meses acumula un alza del 48,6 por ciento, por encima de la media de la economía. La caída de precios del mes pasado se explica por la marcha atrás de los incrementos aplicados por Movistar, Claro y Personal, a instancias de una decisión del gobierno de congelar tarifas a valores previos a la última suba. Otro sector en donde los precios bajaron fue educación, con una merma del 1,5 por ciento “producto de la reducción observada en cuotas de distintos niveles educativos, aunque sigue siendo la división de mayor incremento acumulado en el año”, consideró el Indec. Equipamiento y mantenimiento del hogar tuvo un alza del 1,2 por ciento, similar a la dinámica del rubro de salud.
Los sectores de prendas de vestir y calzado y restaurantes y hoteles no fueron medidos “debido a que permanecieron en su mayoría cerrados durante abril”, aclaró el Indec. En cambio, el organismo les otorgó una suba igual al promedio calculado para toda la economía, del 1,5 por ciento a nivel nacional. En tanto, transporte tuvo un alza del 1,3 por ciento y recreación y cultura, del 2,3 por ciento, aunque el informe aclara que la oferta disponible fue mucho más baja que lo usual.