La charla exclusiva para soci@s de Página/12, realizada el miércoles a través de una transmisión online, Alfredo Zaiat expuso sobre el impacto de la pandemia del coronavirus en la economía global, se adentró en el caso argentino y se anticipó a las tensiones y disputas que se darán para configurar un "nuevo orden".
Los pasajes más destacados:
* "Vivimos una crisis inédita, excepcional a nivel global, por lo que la crisis que se vive en Argentina no se debe a razones específicas de una administración o de las particularidades de la economía del país"
* "Las caídas verticales de las economías no están vinculadas a cuestiones de cómo cada país encaró la emergencia sanitaria. Tanto si la cuarentena fue estricta o flexible, el impacto económico que observamos es casi idéntico porque estamos viviendo una fase del capitalismo dominado por la globalización neoliberal donde las finanzas globales son lo hegemónico. Esto es importante para poder entender cómo rápidamente se extendió la pandemia y, por consiguiente, la crisis económica."
* Justamente, el rasgo distintivo de esta crisis global es la velocidad de la caída que no se puede entender sin señalar la forma de organización de la actual fase del capitalismo, donde la deslocalización de la producción es clave. Las multinacionales empezaron a buscar en qué mercados podían producir en escala a un costo menor, y al estar esa producción extendida a lo largo del globo, hizo que más rápido se desencadenara un colapso a nivel global.
Algunas de las preguntas que l@s soci@s le hicieron al periodista
—¿El coronavirus provocó la crisis o la crisis es peor por la fragilidad financiera y económica que se arrastra en esta fase del capitalismo dominado por las finanzas globales?
—Mi conclusión provisoria es que este tipo de capitalismo profundizó y aceleró la crisis.
El Estado en esta instancia pasó a ocupar un lugar central y vino a dar respuestas adonde el mercado no la daba. El ejemplo más claro es en el tema de la salud que, frente al estallido y la velocidad del mismo, no pudo dar respuesta, en términos globales, debido al desfinanciamiento en recursos, hubo un retiro del Estado de funciones básicas de atencion a la población.
Hasta ahora se ha repetido el esquema del 2008, es decir, los bancos centrales con emisión masiva tratan de salvar a las corporaciones y a las medianas y pequeñas empresas.
Lo que se necesita es encontrar un nuevo orden económico y no intentar salvar al anterior. Este es el espacio de disputa que se abrió con la crisis global.
Estos rescates multimillonarios pueden construir una situación más dramática o riesgosa que la del 2008 porque, a diferencia de este momento, hubo coordinacion y cooperacion a nivel global. Los líderes del G20, preocupados por la crisis y la recesión, avanzaron en políticas coordinadas para establecer propuestas de mayor regulación del sistema financiero y hasta se habló de ponerle límites a los denominados paraísos fiscales. En esta crisis quedó en envidencia la falta de liderazgo precisamente por la tensión y disputa entre Estados Unidos y China por la hegemonía.
—¿Cómo se sale?
—Hay una corriente que se inclina a pensar que por una suerte de orden natural y la evidencia del fracaso del capitalismo, dominado por las finanzas globales en su fase de globalización neoliberal, surgirá un nuevo orden.
Es momento de pensar y disputar un nuevo orden donde el Estado tenga un lugar central, con más regulación y de mayor intervención y, por consiguiente, de instaurar un nuevo Estado de Bienestar que responda a las demandas actuales, una de las principales a atender será el cambio climático.
¿Cómo impactó en la Argentina?
Argentina se adelantó en materia sanitaria y esa estrategia dio resultados. No podemos olvidar que el gobierno de Alberto Fernández recibió un Estado con sus funciones básicas desarticuladas. El sistema de salud estaba debilitado por una decision deliberada del gobierno de Mauricio Macri de recortar el presupuesto asignado a la salud pública a tal punto que no había Ministerio de Salud.
El doble mérito de anticiparse se mide, en primer lugar, porque hubo menos contagios y, en segundo lugar, porque la estrategia permitió ganar tiempo para recuperar el sistema de salud y preparar la infraestructura e insumos necesarios para atender a la emergencia sanitaria.
En el plano económico, Alberto Fernández no es muy afecto a hablar sobre la herencia que recibió, y ese es un elemento que puede llegar a confundir en la comprension de lo que se está viviendo. El ejemplo más claro es lo que pasa con la deuda, este gobierno recibió un default virtal, porque la deuda era impagable. Sin embargo, la gestión de Fernández mostró voluntad de ordenar el desquicio que dejó Cambiemos con una propuesta sensata a los acreedores.
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