Cartas audiovisuales como manera colectiva y personal, a través de las cuales abordar el encierro de estos días y vencer las distancias. De este modo, la Asociación de Realizadores Experimentales Audiovisuales Rosario (AREA-Rosario) conforma un trabajo en proceso, que ya cuenta con tres funciones en vivo en su cuenta de Facebook (@arearosarioe) y espera una cuarta para el sábado 23, a las 21.
Los integrantes de AREA conformaron dúos realizadores, de un intercambio epistolar que asume la forma de un diálogo que interactúa con las cartas surgidas entre todas y todos. La nómina integra los nombres de Damián Monti Falicoff y Berenice Gáldiz Carlstein / Cristian Andrade y Cindi Beltramone / Bruno Gloriani y Lilen Barberis / Julia Orso y Carolina Rímini / Mónica Fessel y Emilio López / Stephany Piedrahita y Maia Ferro / Miler Blasco y Gustavo Galuppo.
“Desde el año pasado, con el grupo decidimos ejercitarnos y organizamos cadáveres exquisitos audiovisuales, a la manera de un juego. De allí surgieron muchas cosas, siempre tratando de hacer algo individual pero como parte de un trabajo colectivo. Cuando llegó la cuarentena, esto surgió un poco espontáneamente y de manera acorde a cómo veníamos trabajando”, señala Cristian Andrade a Rosario/12.
Mónica Fessel: -Nos fuimos generando las reglas de trabajo y a la vez las fuimos desarmando, nos proponemos ideas para crear pero también para romperlas. Así fuimos ensayando diferentes modos. Primero con trabajos individuales que dialogaron, luego en parejas, y cadáveres exquisitos. Con ese mismo espíritu hicimos un video cortito en la primera semana de cuarentena, y ahí surgió la propuesta de hacer un vivo. Hubo mucha adrenalina, porque hasta ese momento se hacía todo el trabajo, lo veíamos nosotros, y después hacíamos un evento de presentación. Pero acá apareció como propuesta hacer un vivo con el material, como una manera de estar juntes en ese momento. Luego de ese primer vivo surgió esta propuesta de hacer cartas y sorteamos las parejas.
Stephany Piedrahita: -Cuando nos convocó Gustavo (Galuppo), una de las premisas en los inicios de AREA fue conocernos entre los que estábamos trabajando el formato ensayo. El experimental es muy individual, se trabaja solo o sola. Necesitábamos de un espacio, de una instancia, donde pudiéramos encontrarnos. Con este ejercicio de poder escribirnos, al estar yo respondiéndole a otra persona y ella a mí, surgen formas distintas, de una producción en conjunto. Además, nosotres no vemos los trabajos de nuestros compañeros y parejas, sino al momento del estreno, que es de lo más chébere, porque queremos ver qué es lo que se están diciendo (risas).
Emilio López: -Lo que me parece interesante es el diálogo que podemos tener con ese otre, cuando en estas circunstancias uno se vuelve bastante introspectivo y también un poco vulnerable. Es muy interesante cómo cada uno va mostrando las problemáticas cotidianas pero siempre desde un tono experimental y epistolar. En este sentido, construimos un tipo de relato colectivo, donde vemos los diferentes puntos de vista, con vinculaciones que no están previstas.
-En lo epistolar aparece lo íntimo, aquí desde la disrupción tecnológica del formato electrónico en lugar del papel.
Piedrahita: -Escucho “íntimo” y me pongo a pensar en la plataforma que escogimos, que es Facebook, que no es para nada íntimo. Pero hay muchas personas que se identifican con nuestras imágenes y comienza a haber un espejo para los espectadores, y no porque les interese nuestra vida íntima, sino porque les pasa lo mismo. Es una situación extraña.
Fessel: -Hay también una tradición en lo experimental, que tiene que ver con las cartas y las correspondencias. Nos propusimos trabajar desde esa línea y explorarla en este contexto. Gustavo (Galuppo) mismo hizo una experiencia de videocartas, y también ellos las subían una vez por semana a Vimeo y las compartían por Facebook. Nos ubicamos en una línea de trabajo que nos mueve ahora, en este contexto.
Lilen Barberis: -Pienso en cómo este modo de correspondencia nos permite conocer los estilos de cada uno, poder ver lo que pensamos y sentimos, cómo filmamos, editamos. Como compañero, a mí me toca a Bruno (Gloriani), uno de los últimos en ingresar al grupo, no lo conocía, y éste es un modo de dialogar. Hay algo que nos atraviesa, algo que nos estamos contando. Es íntimo, si bien es público.
Andrade: -El trabajo colectivo se va formando a medida que se desarrolla y a través de varias miradas. Eso me fascina, porque además de dialogar nos sentimos inspirados por el otro.
López: -Es como si nuestra carta no estuviera solo dedicada a nuestra pareja, sino al conjunto.
-Me permito sugerir que entre cada vivo oficia un “continuará” o puntos suspensivos.
López: -De cualquier tipo de relato clásico uno espera un final, pero para nosotros no hay un final claro, es un diálogo constante. Lo que interesa ahí es el flujo de conversaciones y el modo en que nosotros mismos lo vamos transformando en lo audiovisual y en lo que queremos expresar con cada una de nuestras cartas.
Andrade: -El “continuará” para nosotros también lo es, porque estamos afectados por lo que vimos antes. Todo el tiempo se va armando ese relato, ese guion.
Fessel: -En ese sentido, hay algo de la polifonía que es interesante, en donde estas correspondencias terminan organizándose de una manera polifónica pero también como un trabajo único.
La fecha para el cuarto vivo está prevista para el 23 de mayo a las 21. Piedrahita concluye: “Ahora que estamos haciendo las funciones en vivo somos regrosos, lo comparten y nos ve un montón de gente. Creo que nos tenemos que quedar con las redes (risas).