Santiago Ascacíbar suspira, piensa y cuenta de dos en dos, pero no termina de recordar con exactitud. El ex volante de Estudiantes de La Plata se frena en dos cifras posibles y nace la proporción: de los 3.147.771 de tests de detección de covid-19 que realizó Alemania -según su último recuento oficial-, entre 12 y 14 se le aplicaron al jugador argentino. El oriundo de la localidad bonaerense de Villa Elvira es parte de la cuidada estadística de uno de los países más exitosos del mundo en la lucha contra el coronavirus, en parte debido justamente a su política de testeos generalizados, uno de los puntos que lo ha llevado a registrar un número de muertes significativamente menor que naciones como Italia, España o el Reino Unido.
El futbolista argentino del Hertha Berlín, que reside desde agosto de 2017 en el país que conduce Angela Merkel, vive en propia piel una de las mejores gestiones de la pandemia que ha conocido el mundo: mientras que en el Reino Unido o Francia se contabilizan más de 400 fallecimientos por millón de habitantes, en el país germano la cifra es, por ahora, de 95, evidencia de una salida más que alentadora de la dura ola de coronavirus en Europa.
Tan auspiciosos son los resultados en Alemania que quedará en el recuerdo cariñoso de hinchas de todo el globo: aunque es sabido que Nicaragua y Bielorrusia decidieron continuar sus torneos en plena pandemia, amantes del fútbol de todo el mundo llevan casi dos meses sin ver rodar la pelota en las principales ligas del mundo y será justamente la Bundesliga alemana la que acabe con la abstinencia forzada este sábado, cuando se reanude su competencia.
Ascacíbar, jugador del Hertha Berlín desde enero de este año, deberá acostumbrarse a extrañar a Benicio otra vez: durante las últimas semanas de cuarentena, aprendió a ser padre entre las paredes de su casa, mientras junto a su mujer Karen cuidaban de su primer hijo, que llegó al mundo el 23 de enero. El mediocampista (uno de los cinco argentinos en la Bundesliga 1) dialogó con Página I 12 sobre esta inédita vuelta del fútbol que lo tendrá como protagonista, cuando su equipo visite al Hoffenheim este sábado, desde las 10.30 de Argentina, en un partido que transmitirá en vivo Fox Sports 2.
-¿Cómo fueron estos dos meses?
-Primero, tuvimos que quedarnos encerrados más o menos entre dos y tres semanas. Después, solamente podíamos tener poco contacto con el exterior, como para ir al supermercado o salir a hacer algo rápido. El tiempo se aprovecha diferente cuando estás en casa. A mí no me había tocado estar dos semanas seguidas adentro de mi casa en toda mi vida. Fue la primera vez y uno valora otras cosas.
-¿Qué cosas?
-A mí me tocó estar con mi mujer y mi hijo y aproveché para compartir con ellos, porque un bebé requiere mucha atención y nosotros acá estamos solos. En estas semanas en casa me encontré con esto de ser papá y es una sensación muy linda y, a la vez, te hace darte cuenta de lo importante de dedicarle tiempo.
-En medio de eso, ¿cómo fue la vuelta a los entrenamientos?
-Volvimos a entrenar hace seis o siete semanas, en pequeños grupos. Todo fue cambiando desde ese momento. Cuando los protocolos fueron progresando más, empezamos a entrenarnos en grupos más grandes. Y ahora entrenamos todos juntos, como siempre, hace algo más de una semana.
-¿Cómo creés que va a impactar todo esto en el fútbol, cuando se reanude la Bundesliga este fin de semana?
-Es difícil responder eso. Lo que estamos viviendo es una situación que no me tocó vivir nunca, así que no sé cómo se va a trasladar al fútbol. Cuando uno hace pretemporada, al menos tiene varios partidos para agarrar ritmo, y eso es algo que acá no tuvo ningún equipo. Uno venía jugando hace dos meses, pero desde ahí fue casi como estar de vacaciones, así que es complicado desde ese lado, pero no sé cómo se darán los partidos.
-Después de casi tres años en Alemania, ¿por qué creés que es la primera liga fuerte de Europa en reanudar la competencia?
-Porque tiene una sociedad y una política que trabajan siempre de la misma manera, entonces puede proponerse cosas y lograrlas. Alemania es una de las potencias del mundo. Y con esto también quiere demostrar que es algo que puede hacer.
-¿En qué notaste eso que describís de Alemania como potencia?
-Tienen un orden muy grande, en todos los aspectos. En el trabajo, la vida en sí, en su pensamiento, su cultura... Y creo que eso les sirve en este momento como un plus.
-¿Ese poderío lo viste también en este contexto de pandemia?
-Sí, en un montón de cosas, empezando por los controles. A los futbolistas nos hacen dos por semana, con todo lo que eso implica, en material e infraestructura. Desde eso hasta todos los tipos de máscaras que nos dan y la indumentaria que necesitamos. Lo tienen todo. Y uno está tranquilo para poder hacer lo que uno hace, que es jugar a pelota, con la mayor frescura posible.
-En Argentina, muchos futbolistas remarcan la necesidad de tener garantías de que su salud estará protegida para volver a jugar. ¿A ustedes se les han dado esas garantías?
-Sí, las garantías están. En la semana tenemos que realizarnos dos tests para ver si tenemos o no el virus. Personalmente, eso me da una tranquilidad enorme.
-En el medio de todo lo que se está viviendo, ¿la cabeza se puede enfocar en el fútbol?
-Sí, porque considero que un jugador tiene que ser profesional y dejar los problemas de lado. Estamos viviendo algo complicado, pero yo estoy tranquilo porque acá se hacen las cosas bien.
-En las primeras fechas de esta reanudación, ¿creés que lo mental, dado el contexto, será más importante que las cuestiones netamente futbolísticas?
-Es una pregunta difícil. No sé cómo se va a dar, pero esperemos que termine siendo como siempre y que los jugadores se focalicen en jugar a la pelota.
-El fútbol es un deporte de mucho contacto, ¿te da miedo eso al volver a jugar o no sos de tener paranoias con lo que sucede?
-Esa es una de las cosas que uno tiene que tratar de manejar. A mí no me sucede, no lo vivo así, considero que uno actúa con mucha prevención para hacer bien las cosas. Me deja tranquilo, también, saber que uno tiene todo para solucionar lo que suceda, en el peor de los casos.
-Desde que llegaste a Alemania en 2017, ¿habías jugado algún partido a puertas cerradas?
-No, nunca.
-El 7 de marzo fue tu último partido antes del parate, en el Olímpico de Berlín y ante 58 mil personas. Esta reanudación será sin público, ¿cómo te imaginás los partidos?
-Va a ser diferente, pero nosotros vamos a tener que trabajar pensando en sumar tres puntos. Lo demás queda afuera. El estímulo de la gente siempre ayuda y ahora no va a ser así, pero ya vamos a volver a reencontrarnos.
Santiago Ascacíbar gritó solamente un gol en lo que va de su joven carrera: fue por la segunda división alemana y se lo anotó en noviembre del año pasado al Dynamo Dresden, en la victoria por 3-1 del Stuttgart, equipo con el que llegó a Europa y descendió en la temporada 18/19.
La mención de su tanto, más allá del dato, no es antojadiza. El equipo que recibió hasta ahora el único gol del argentino es, curiosamente, el que encendió el alerta de la vuelta a las canchas: es que el regreso del fútbol en Alemania comprende las dos primeras categorías y el Dynamo Dresden, que milita en la segunda, reportó dos casos positivos de covid-19 hace una semana y se vio obligado a postergar su retorno (iba a jugar este domingo, ante el Hannover) y a dejar en cuarentena a su plantel entero por 15 días. “Alegría y felicidad”, elige Ascacibar, sin embargo, como esas palabras que describen lo que siente en estas horas previas a la reanudación de la Bundesliga.
-¿Y no te da miedo, en este regreso, un caso como el del Dynamo Dresden, que tuvo dos positivos y ya debió postergar su partido?
-No, porque en ese caso al equipo lo excluyen hasta cumplir su cuarentena. Si todos los protocolos funcionan, sólo hay que respetarlos. Y seguir con la vida.