El Banco Central continúa tomando medidas para evitar la especulación cambiaria. Este viernes decidió limitar el acceso a los préstamos con tasas del 24 por ciento a los exportadores del campo que no estén haciendo la liquidación de la cosecha y la retengan con fines especulativos.

El complejo agroexportador ante el avance de la brecha cambiaria entre el dólar financiero y el comercial comenzó a retener la cosecha de soja y cereales. Se trata de una maniobra repetida por el sector cada vez que se observan presiones cambiarias.

“Las entidades financieras no podrán otorgar las financiaciones previstas de las normas sobre efectivo mínimo ni en la Comunicación A 7006 a personas –humanas o jurídicas– con actividad agrícola que mantengan un acopio de su producción de trigo y/o soja por un valor superior al cinco por ciento de su capacidad de cosecha anual”, detalló el Central. La medida empezará a regir a partir del próximo lunes.

El objetivo es evitar que los empresarios dedicados a la exportación agropecuaria usen el financiamiento barato de tasas del 24 por ciento para pagar sus costos mientras evitan liquidar la soja apostando por una devaluación del oficial.

Estas maniobras del campo generan menor oferta de dólares en el mercado cambiario y obligan a la autoridad monetaria a vender reservas para evitar que la cotización del tipo de cambio mayorista registre volatilidad. En mayo ocurre la liquidación de la cosecha de soja y la idea es que esas divisas colaboren para fortalecer el nivel de reservas del Central.

Los empresarios del campo –al igual que ocurre cada vez que se toman medidas para regular la actividad de este sector- salieron al cruce de la decisión de la autoridad monetaria. El presidente de la Sociedad Rural Argentina, Daniel Pelegrina, afirmó este viernes que la suposición acerca que los productores están reteniendo granos carece de fundamentos.

El referentes aseguró que la decisión del Central es contraproducente. “La comunicación del Banco Central, sumada a la exigencia de los exportadores de pesificar los contratos de manera inmediata, sin duda tiene origen en la situación del mercado cambiario”, indicó.

Agregó que “es un resultado de la necesidad de dólares frescos, pero tiene implícita la suposición de que los productores están reteniendo granos. Se trata de una suposición que carece de fundamentos. Para empezar la cosecha aún no terminó, y por los análisis de nuestro Instituto de Estudios Económicos, el nivel de comercialización este año es normal”.

Los datos del monitor oficial de Siograno contrastan contra las declaraciones del referente de la Sociedad Rural Argentina. En las últimas tres semanas se registraron operaciones de soja por 2.516.548 toneladas, un 46 por ciento por debajo de las 4.677.965 toneladas de igual período de 2019. Coinciden las fechas con el avance de la brecha cambiaria.

En la autoridad monetaria no sólo tomaron esta medida para evitar que el complejo agropecuario especule con los créditos baratos en pesos mientras retacea la liquidación de la cosecha. También se aseguraron que los empresarios del campo puedan depositar los pesos recibidos por la exportación a tasas variables ajustadas en función de la soja. Se trata de una forma de fomentar la venta de la oleaginosa sin correr riesgos por el cambio de los precios.

En el Banco Central junto con la AFIP, la Comisión Nacional de Valores y la Unidad de Información Financiera trabajan en conjunto para intentar contener la inestabilidad cambiaria del dólar financiero. En la última semana el dólar paralelo trepó de 122 a 138 pesos y marcó un incremento de 16 pesos. Gran parte de esta volatilidad se explica por la especulación de los inversores ante la proximidad del 22 de mayo: fecha en que debe cerrarse el canje de deuda.