A punto de cumplirse un año de aquel video en el que Cristina Kirchner anunció la fórmula del Frente de Todos, el presidente Alberto Fernández se ha convertido en un predicador regional de la necesidad de la unidad de las fuerzas populares y progresistas. "Si las fuerzas progresistas no se unen, estamos ayudando mucho a que la derecha conservadora sobreviva y siga manejando las cosas como lo ha hecho hasta ahora", reiteró ayer durante la reunión del Grupo de Puebla de la que participó de manera virtual desde Olivos. Como presidente en ejercicio, a Fernández le tocó el discurso de apertura del encuentro del que participaron ex mandatarios como Lula, Rafael Correa, Pepe Mujica y Evo Morales y, una novedad, el nobel de Economía Joseph Stiglitz, que elogió la propuesta argentina de reestructuración de la deuda.
Ya lo había hecho en el anterior encuentro, el mes pasado, al hablar con la dirigencia progresista chilena. En esta ocasión, el mensaje de Fernández fue para los referentes colombianos organizadores de la teleconferencia, encabezados por el ex presidente y ex secretario general de la Unasur, Ernesto Samper. "Está visto que siempre la derecha conservadora apuesta a nuestra división para poder llegar. Y lo que nosotros no tenemos que darle es esa facilidad, tenemos que impedirlo", recomendó el Presidente.
Comentó que había visto el reportaje que un medio argentino hizo días atrás a Lula, donde dijo que si alguna vez Alberto Fernández y Cristina Kirchner se peleaban lo que tenían que hacer era irse a la casa, esperar que se le pasara y volverse a juntar. "Es exacto lo que dijo Lula. No nos podemos dar el lujo de distanciarnos porque las diferencias las aprovechan los sectores que más daño le hacen a nuestros pueblos", continuó en la misma línea.
Respecto a la pandemia, el Presidente explicó que había dejado al descubierto la desigualdad que produjo el capitalismo financiero concentrando los recursos en pocas manos y condenando a las mayorías a la pobreza. "Y también ha dejado al descubierto que la desigualdad no es buen camino para poder afrontar situaciones críticas como estas. Y ha dejado al descubierto que, en muchos lugares del mundo, la palabra solidaridad quedó de lado", definió Fernández, que estuvo acompañado por el canciller Felipe Solá.
El Presidente volvió a utilizar el ejemplo de Suecia y Noruega para explicar que era falso el dilema de cuarentena versus economía que se buscaba instalar desde algunos sectores. "El caso de los suecos -a quienes comparé con Noruega, que fueron más estrictos y tienen menos muertos- si miramos la economía, ambos países padecen lo mismo: la apertura sueca no dio mejores resultados económicos", remarcó.
Luego de Fernández, expusieron el resto de los participantes entre los que también estaban Dilma Rousseff y José Luis Rodríguez Zapatero. Stiglitz elogió la propuesta argentina para reestructurar la deuda, elaborada por su discípulo, el ministro Martín Guzmán, de la que destacó que contaba con el visto bueno del FMI. "Argentina no puede prometer aquello que no puede cumplir de manera sustentable", afirmó, porque de lo contrario sobrevendrá una nueva crisis en un plazo de unos cinco años, según calculó. ¿No tiene mas sentido ver primero que es lo sustentable y luego negociar desde allí?", agregó. "Ese es el camino para que la Argentina pueda salir adelante, y espero que el país pueda encontrar su camino para lograr la reestructuración de su deuda", culminó el economista, tras elogiar al país, "que lidera un cambio estructural" respecto de la deuda y a la gestión del presidente Fernández, por sus políticas dirigidas a los más vulnerables a la hora de afrontar la pandemia.
Como era de suponer, la crisis económica mundial provocada por el coronavirus fue el tema que predominó en las intervenciones. Por eso, la conclusión del encuentro fue que le pedirán al G-20 -Argentina forma parte- una moratoria de al menos un año para las deudas de los países en vías de desarrollo, que son los que tendrán más dificultades para salir de la recesión. Por otro lado, el Grupo de Puebla adelantó sus planes para avanzar en su consolidación. Crearán un centro de pensamiento que se llamará "Marco Aurelio García", en homenaje al fallecido ex asesor de Lula en temas internacionales. También habrá una bancada parlamentaria integrada en principio por nueve legisladores representantes de los ocho países que participan del grupo. Del lado argentino el integrante será el ex canciller y actual senador Jorge Taiana. La idea es que allí discutan propuestas para presentar en foros internacionales: la de la moratoria para las deudas es un ejemplo de lo que se planean hacer.