La cámara quieta muestra a una chica que hace jueguito en un departamento con un termo bajo el brazo. Justo cuando parece que se trata de otro video de cuarentena, la chica hace una doble vuelta al mundo, la duerme en el aductor y se ceba un mate. Lo que deslumbra es la naturalidad de la escena, como si su protagonista hubiera nacido con la número 5 entre los pies. Ella es Bárbara Roskin y no llegó al mundo con una pelota pero le faltó poquito, porque juega al fútbol desde que tiene memoria. “Soy un caso aislado en mi familia porque a mis viejos no les gusta, solo miran los mundiales y yo desde que tengo dos años pateo la pelota. Me encariñé mucho con el deporte desde muy chiquita, nunca fui una piba convencional”, dice quien antes de convertirse en la mejor freestyler de la Argentina, jugó tres años en la Primera de River, estudió periodismo y se recibió de entrenadora. “Muy abarcativa”, dice sonriendo, y se ceba un mate.

–¿Se puede vivir del freestyle en la Argentina?

–Creo que se puede, hay que meterle mucha garra, como a todo. Yo hago otras cosas pero para vivir de esto, tenés que apuntar a competir y a tener buenos resultados, para eso tenés que entrenar todos los días dos o tres horas.

–Más de una vez dijiste que cuando hacés freestyle vas encontrando otras versiones de vos misma. ¿Cuáles son esas versiones?

–Son muchas: aparece la frustración, los enojos, el carácter, la felicidad, la satisfacción propia, el esfuerzo, la garra... Yo me pongo a practicar un truco y no me sale 15 veces, 20 veces y después, cuando me sale, repaso todo lo que estuve pensando y diciendo mientras no me salía, una se va conociendo así.

–¿Cuál fue el truco más difícil que tuviste que hacer?

–Hay trucos que son muy jodidos… bueno, Lemmens Around The World, o LATW. En freestyle, los trucos tienen el nombre de quien los inventa más, en este caso, la terminación ATW, que es Vuelta al mundo, este es una doble Vuelta al mundo. El tema es que lo importante es que te salga y que después puedas seguir, porque si hacés el truco pero después la pelota se te va, no tiene mucho sentido. La idea es combinar varios trucos en un combo, así se llama.

Bárbara, un truco y la Torre Eiffel de fondo. 

–¿Y cuándo no sale cómo manejás la frustración?

–Está todo en la cabeza, es un deporte muy frustrante y hay que tener muchísima perseverancia porque el truco no sale un millón de veces, pero cuando sale, lo que sentís es muchísimo superior a todo lo que pasaste.

–¿Cuánto tiempo te puede llevar aprender un truco nuevo?

–No hay un tiempo. Con ese estuve tres horitas entre la entrada en calor y todo porque es un truco de dos revoluciones, que requieren una velocidad de piernas mayor, y le tuve que meter. Fueron tres horas absolutamente frustrantes, muy duras.

–¿Es verdad que en River peleabas puesto con Mariana Larroquette?

–Es verdad, qué sufrimiento… Ahora lo hablo con ella y nos matamos de risa, pero imaginate la continuidad que tuve siendo suplente de Mariana. Duré dos años, hasta que me cansé y me fui a hacer futsal.

–Y ahora que el fútbol femenino inició este camino hacia la profesionalización y tiene más visibilidad, ¿te dan ganas de volver?

–Sí, obvio, me muero de ganas. Vengo jugando amateur desde que dejé River y ahora que se profesionalizó o semiprofesionalizó, la idea es volver.

–¿Qué club te gustaría?

–Pensé en un par de clubes. Como vivo en Flores, tengo muy cerca el predio de San Lorenzo… Otra posibilidad es volver a River, pero creo que el tema no es tanto la camiseta sino probar mi nivel, porque las mujeres, a diferencia de los varones, si dejamos de jugar en AFA no volvemos a jugar en cancha de 11, casi todos los torneos son de fútbol 5, 6, 7 o 9. Entonces me dediqué a jugar amateur, siempre en cancha de 5, y la verdad es que no sé cómo estoy para correr una cancha de 11. Así que más que en el club, pienso en si estoy en condiciones. Tengo 26 años, estoy a tiempo, pero las pruebas son exigentes y hay muchas chicas con muy buen nivel probándose, así que hay que ver, no está nada dicho.

Bárbara Roskin se ilusiona con jugar al fútbol de forma profesional.

–Tenés ganas, que es lo más importante.

–Sí, las ganas siempre están, a mí me soltás una pelota y soy feliz.

–¿Y pensás que podrías seguir con el freestyle en paralelo?

–No conozco ningún caso pero yo creo que, si le ponés garra y priorizás bien, se puede. El fútbol está en mis planes para la segunda mitad del año, si es que se reanuda, o el año que viene, y es prioridad. Probaremos.