Para quienes se animan a superar la barrera idiomática y conocer otros cines además del nacional y el hollywoodense, una gran opción es ver hacia oriente, ya que el cine asiático cuenta con grandes obras que no son tan difundidas por estos lares. Obviando al multipremiado y reconocido film Parásitos, y a su director, Bong Joon-ho, quien ha tomado gran notoriedad en el último tiempo, en esta oportunidad recomendaremos otra película también surcoreana. Se trata de Burning, de Lee Chang-Dong, un thriller con una gran carga dramática que está basado en un cuento del escritor japones Haruki Murakami.
La historia tiene como protagonista a Jongsu, un joven aspirante a escritor que debe ganarse el dinero como repartidor y al mismo tiempo cuidar la humilde granja de su conflictivo padre. Su aburrida y rutinaria vida dará un giro cuando se reencuentra con Haemi, una chica que vivía en su vecindario cuando eran pequeños y a la que no había vuelto a ver. Después de tener una primera cita, ella le pide que cuide a su gato durante un viaje a África. A su regreso, Haemi no volverá sola: en su viaje conoce a Ben, un joven misterioso y adinerado que interferirá en la relación entre la chica y Jongsu, generando un particular triángulo afectivo que terminará en tragedia.
El director despliega su talento para narrar con expresivas puestas en escena y también a través de la utilización del fuera de campo, de lo que no se ve ni se muestra pero que el espectador puede intuir. Las piezas del rompecabezas se van exponiendo sutilmente a lo largo del film para poder comprender el desenlace del relato.
Burning, de Lee Chang-Dong, disponible en Netflix.