El ministro de Seguridad Marcelo Sain no quiere que los tres proyectos de reforma policial ingresen a la Legislatura por Senadores, la cámara en la que el peronismo tiene mayoría. Se lo sugirió y pidió al gobernador Omar Perotti. “Es una ley que claramente buscará construir una política pública”, destacó el diputado provincial Leandro Busatto, quien defiende el contenido de los proyectos y tiene diálogo permanente con el criminólogo para preparar el terreno político. El funcionario pretende realizar dos foros y concluir una ronda de consultas con actores de la sociedad civil, para luego entregarle los documentos al rafaelino. Sain confía que desembarquen en junio en la Legislatura.
El gobernador tiene la última palabra, pero Sain prefiere que los proyectos por los cuales se juega el puesto –reconocido abiertamente por él mismo– se deriven a la Cámara de Diputados, la que lideran socialistas y radicales. No le importa que el PJ no haga pata ancha en la Cámara baja, cree fervientemente que el llamado Plan de Modernización Normativa no tiene futuro si empieza a discutirse en Senadores. “Pasa que son autónomos, son todos del partido propio”, le graficó a Rosario/12 uno de los integrantes del Ministerio de Seguridad. En términos políticos, el mensaje es contundente, pero también es otro capítulo en la disputa que mantiene Sain con los justicialistas de la Cámara alta, especialmente con el senador Armando Traferri.
El ministro liderará en mayo dos foros de discusión de la reforma policial, uno en el ámbito de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y otro en la Universidad Nacional del Litoral (UNL). Al mismo tiempo, ya encaró una ronda de charlas con la sociedad civil, gremios y empresarios, según apuntaron fuentes del Ministerio. Sain entiende que así generará una musculatura de apoyo externo al núcleo legislativo que le dará fortaleza, y confía, por otro lado, que tendrá un mayor entendimiento con diputados frentistas que con senadores peronistas. “Queremos conseguir bastante apoyo de la oposición, estamos dispuestos a charlar y recibir muchos cambios con interés”, ampliaron desde la cartera caliente.
Busatto, el jefe del bloque oficialista, ya se reunió en más de una oportunidad por este tema con Sain, y también le sugirió a Perotti que ingrese por Diputados. “Queremos lograr el consenso suficiente, estos proyectos apuntan a tener el control político real de la policía”, defendió el legislador kirchnerista. Cuando Rosario/12 le preguntó sobre la intención de que entre por Diputados, respondió: “Es la Cámara más representativa, en Diputados es menos visible la relación de la policía con dirigentes territoriales. Ojo, no es un delito, no hago una acusación”. Incluso, Busatto rescató que en la Cámara baja se podrá discutir con el anterior ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro, que tiene una mirada “distinta, pero parecida en algunas cosas”.
El contenido de la reforma se encuentra en tres etapas distintas. El proyecto de ley de control policial se encuentra terminado; es más, iba a mandarse antes a la Legislatura, pero la pandemia del coronavirus condicionó los tiempos. En tanto, las iniciativas de Revisión del sistema policial y de Seguridad pública, así se titulan, se culminarán a la brevedad. “Son leyes para que se abra el juego todo lo que se pueda, pretendemos que la etapa previa sea corta y breve, el ámbito de discusión natural es la Legislatura, necesitamos la reforma urgente”, ponderó Busatto.
Otro de los argumentos que pondera Busatto para confiar en que contará con el apoyo del progresismo es que varios de sus referentes avalaron con sus firmas el Acuerdo por la Seguridad Democrática, sellado en 2009, bajo la presidencia de Cristina Fernández, y pilar –según el legislador– del paquete de leyes impulsado por Sain. En ese amplio abanico de apoyos figuraron el ex mandatario socialista Hermes Binner, la ex intendenta de Rosario Mónica Fein, y el ahora embajador designado en España, el radical Ricardo Alfonsín.
Si alcanza la media sanción en Diputados y acumula peso específico en la sociedad civil, Sain confía que los senadores peronistas se verán más que expuestos como para no apoyar la reforma. Pero el que tiene la última palabra siempre es Perotti. Tiempo al tiempo.