Desde el Gobierno porteño eludieron las críticas por la muerte de Ramona Medina, una de las referentes de La Poderosa. "Ella tenía una cobertura y no estuvo internada en uno de nuestros efectores. Estuvo en un sanatorio privado. Ingresó con un cuadro de una neumonía grave, que requirió asistencia respiratoria mecánica. Tenía factores de riesgo importantes: obesidad, asma, diabetes e hipertensión. Lamentablemente, el 99 por ciento de las personas que tienen enfermedades banales, con el covid-19 tienen evoluciones mucho más graves", indicó subsecretario de Atención Primaria, Gabriel Battistella, que está cargo de los operativos en barrios vulnerables. Sí admitió que el hecho de que la familia de Ramona estuviera sin agua "complejiza la cuestión". Sobre la situación en las villas, dijo que "el crecimiento, lamentablemente, va a ser exponencial, como en toda la Ciudad. Vamos entrando en la punta de los casos en la pandemia".
--¿Consideran que se tomaron las medidas a tiempo en las villas?
--Cuando empezamos con el operativo Detectar no llegaban a 300 los casos, hoy superan los 900. Si no lo hacíamos, quizás tendríamos menos casos detectados pero mayor contagiosidad en el barrio. Aumentó de la mano de como viene aumentando en toda la Ciudad. De las personas que testeamos, tenemos arriba del 60 por ciento de positivos.
--En el caso particular de Ramona, ¿no cree que se podría haber evitado que estuviera 12 días sin agua ella y su familia?
-Sí, sí, evidentemente forma parte de las medidas básicas para el cuidado es la higiene. Eso complejiza la cuestión. No soy especialista en cuestiones de agua, pero sí, hubo un problema de presión de agua que afectó a varias manzanas de barrio y desde la secretaría que trabaja en la urbanización acercaban el agua a través de cisternas.
--¿El Gobierno porteño se acercó a su familia?
--De todos los contactos estrechos, hay uno solo que quedó en la casa. La esposa, las hijas, el cuñado, la sobrina están internados en efectores privados. Ella era una referente muy importante de una organización social. Estamos en continuo diálogo con ellos. Y con la familia. Y el sobrino, que quedó en la casa, forma parte del seguimiento.
Las organizaciones sociales --incluida La Poderosa-- vienen criticando desde el comienzo de la pandemia al Gobierno porteño por su respuesta tardía en las villas. La semana pasada, el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, anunció un plan de atención especial para villas --en especial la 31 y la 1-11-14-- que incluyó un “plan de detección temprana en los barrios vulnerables de la Ciudad de Buenos Aires”. Desde entonces, uno de cada tres casos nuevos en la Ciudad proviene de un barrio vulnerable. Desde el Gobierno porteño sostienen que, no obstante, la tasa de mortalidad es menor a la general (del 1 por ciento de los infectados contra el 4,6 por ciento en la Ciudad) y que esto puede deberse a que la edad promedio en las villas es más baja que el general de la Ciudad.
"Nosotros tenemos tres centros de salud en el barrio. Si la persona ingresaba con síntomas al centro, le hacíamos un triage a ver si era por dengue o coronavirus (el dengue ya está disminuyendo). Dispusimos unos móviles, con distanciamiento, que los trasladaban a los hospitales, donde se hacía el hisopado. Este circuito se activó desde el inicio de la pandemia", sostuvo Battistella, secretario de Atención Primaria porteño, sobre las críticas por una respuesta lenta del Gobierno porteño.
--¿Piensan otras medidas en villas, a la luz del aumento de casos, o creen que el crecimiento es inevitable?
--El crecimiento, lamentablemente, va a ser exponencial. Lo que hacemos sirve para hacer un aplanamiento. Pero, por ejemplo, las plazas hoy parecían un domingo común y eso no ayuda. Lo van a analizar los especialistas, pero es muy probable que pensemos en una restricción mayor.
--¿Y en las villas, donde ese tipo de aislamiento no es posible?
--Ahí en la 31 pusimos diez puntos de toma de temperatura para poder agilizar la detección de casos. Es una enfermedad compleja en el sentido de la estigmatización. En un barrio vulnerable una persona de un inquilinato puede no decir nada para que no lo echen. O si va a estar 10 días afuera de su casa no sabe si vuelve y no tiene su casa. Es una situación compleja.