Uno de los principales interrogantes en el ámbito cultural es cuándo retornarán los conciertos en vivo, con público presente en un mismo tiempo y lugar. Si bien no hay certezas sobre el regreso de la música en vivo, están empezando a surgir diferentes propuestas y protocolos sanitarios para la reactivación del sector. ¿Cómo pretender la realización de un recital en vivo si aún no están permitidas las reuniones sociales recreativas? ¿Cómo esperar, por ejemplo, la presentación de una banda cuyos integrantes no se pueden juntar hace más de dos meses a ensayar? Así y todo, algunas cosas están empezando a moverse.
Shows sin público y por streaming
En esa línea vienen trabajando de manera firme varios colectivos culturales y asociaciones. Un caso es el de la Asociación Civil de Managers Musicales Argentinos (Acmma), que diseñó un protocolo para habilitar el trabajo en estudios de grabación, salas de ensayo y "abrir la posibilidad de hacer transmisiones profesionales” -con buena calidad de imagen y sonido- vía streaming, para que luego puedan ser monetizados por los artistas. Por lo pronto, se trata de actividades sin la presencia de público y con grupos reducidos de trabajo. La propuesta fue presentada la semana pasada a los ministerios de Cultura de la Ciudad y la Nación y al de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica de la provincia de Buenos Aires.
“Esto surge por la necesidad que tenemos de seguir trabajando en las producciones pendientes y también para intentar readaptarnos a lo que nos toca vivir por la pandemia”, explica Guillermo González, integrante de Acmma y manager de La Vela Puerca, y dice que es una posibilidad, por ejemplo, de ir a un estudio a grabar nuevo material. “Y de intentar a través del streaming generar una herramienta muy pequeña que nos permita reactivar la cadena de valor. Por eso también planteamos la posibilidad de grabar un show en una sala." Esta última opción sería con la presencia de técnicos de sonido, además de los músicos.
El protocolo que propone Acmma se ajusta al marco legal vigente sobre las medidas preventivas tendientes a “garantizar la salud de las personas y el control de la propagación del virus”. Busca “asegurar la continuidad de las actividades musicales garantizando la prevención en todas sus fases”. Entre las rigurosas medidas preventivas individuales, se encuentran la correcta higiene de manos, la distancia mínima de un metro entre las personas, evitar tocarse ojos y manos, ventilar y limpiar los ambientes, desinfectar instrumentos y equipos de trabajo, entre otros.
También se recomienda evitar el transporte público para llegar al espacio físico (sala, estudio) y se sugiere realizar estas actividades en horarios nocturnos o de poca circulación de personas en la vía pública. También “se comprobará la ausencia de sintomatología y realizará un control de temperatura previo al ingreso a la sala o estudio”. Y en cada espacio “se proveerá de barbijo diariamente a cada empleado o en su defecto tapabocas y máscara facial además de guantes de látex o nitrilo”.
“Nos movemos en un rubro donde existen las habilitaciones y protocolos para cumplir, entonces no es algo ajeno para nosotros. Pero sí nos parece que tenemos que tomarlo con la seriedad del caso. Esto no permite que un grupo de amigos se junte a ensayar, es una medida profesional”, resalta González sobre este protocolo que fue diseñado por trabajadores del sector junto con un equipo de ingenieros en seguridad e higiene. La propuesta fue entregada la semana pasada al ministro de Cultura porteño, Enrique Avogadro, y su equipo ya está trabajando. “Estamos viendo los detalles para que pueda ser tenido en cuenta en el próximo decreto. Sería la reactivación de una actividad productiva”, se entusiasma González.
"Una pandemia es lo peor para nuestra industria"
Para Martín Alfiz, productor e integrante de la comisión directiva de la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales (Aadet), la “preocupación de una actividad totalmente parada es la misma para todas las cámaras”, por eso están trabajando en conjunto este tipo de medidas. “Ahora estamos abocados al protocolo de apertura de teatros o salas para shows y obras. Hay dos protocolos avanzados para streaming que vamos a apoyar; el de Acmma y el que presentó el Sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina (SICA)”, sostiene Alfiz. “Estamos trabajando fuerte para estar listos a la hora que se pueda empezar a abrir, quizás en provincias del interior o ciudades que no han tenido el virus en la sociedad”, cuenta.
“Hay cosas que llegaron para quedarse, como el distanciamiento social. Estamos estudiando cómo van a ser las colas para entrar al teatro o cómo se van a ubicar adentro; también si se habilitarán primero espectáculos al aire libre o en espacios cerrados”, adelanta Alfiz sobre cómo sería regresar a los espectáculos con público. “En el corto plazo, veo muy difícil los conciertos con público. Una pandemia es lo peor que le podía suceder a nuestra industria. Si en una sala ponés menos del 60 por ciento de su capacidad probablemente pierdas dinero”, analiza, por su lado, González. “Tenemos que ser muy responsables con este tipo de propuestas, porque tienen que ser rentables y a la vez no pueden generar nuevos contagios porque se nos vendría todo en contra y la industria demoraría más en normalizarse”, precisa Alfiz. “Cualquier cosa que empiece a hacer girar la rueda va a ser mejor para el futuro”, cierra el productor.
Tres líneas de protocolos
En la Ciudad de Buenos Aires hay otra propuesta para reanudar las actividades musicales que surge de la Cámara de Clubes de Música en Vivo (Clumvi). En su caso, diseñaron tres líneas de protocolos para ensayos, clases, grabaciones individuales o grupos muy reducidos; producciones de conciertos u obras en streaming de hasta 15 personas; y producciones de conciertos u obras de streaming o grabaciones de más de 15 personas. “En este protocolo nos referimos a funcionar sin público asistente, posibilitando la actividad de bandas en salas de los espacios, como grabación de shows o ensayos, a fin de ser exhibidos en streaming en vivo o a posteriori, y una etapa dos, con público en sala”, detallan en el documento.
Nacho Perotti, presidente de Clumvi, cuenta que desde los diferentes entes gubernamentales les solicitaron a las cámaras que trabajaran en el diseño de protocolos. “Entendemos que hay diferencias entre una clase de música en un centro cultural y una grabación de un concierto de un artista, por eso detallamos protocolos para cada caso”, detalla Perotti. La propuesta ya está en manos de Luis “Chino” Sanjurjo, director nacional de Industrias Culturales. “Dictar clases es una forma de reactivar la parte económica de los músicos”, dice el gestor de Plasma. “Un club o centro cultural podría empezar a albergar a grupos pequeños de alumnos y profesores para clases particulares, porque es algo que hoy un consorcio de un edificio no permite", completa.
La idea, enfatiza, es que se movilicen pocas personas en todos los casos. “Muchos músicos están queriendo producir material pero no tienen las herramientas en su casa”, ejemplifica sobre la propuesta de habilitación de estudios de grabación. “Estos protocolos ya pueden ser usados en otras parte del país, afuera de AMBA, y empezar a pensar quizás en shows con públicos reducidos.”
Santa Fe a la vanguardia
El Ministerio de Cultura santafesino impulsó y aprobó la semana pasada un protocolo para habilitar la grabación de shows y su difusión vía streaming y el funcionamiento de estudios de grabación y salas de ensayo, sin público por el momento. El objetivo de la propuesta es "continuar con las producciones suspendidas, producir contenidos para streaming y generar entretenimiento a la población", indica el proyecto. "En todos los casos se deberá cumplir con los parámetros epidemiológicos y sanitarios que se vienen implementando de acuerdo con la normativa nacional y provincial dictada en el marco de la pandemia”, resalta el texto. En todos los protocolos, con algunos matices, se repiten las mismas recomendaciones preventivas, como distanciamiento social, no contacto físico y equipos de trabajo reducidos.
“El músico es el primero que se bajó del escenario y el último en volver a trabajar”, dice Ricardo Olivera, presidente de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, uno de los impulsores de la iniciativa que ya fue aprobada por la Provincia y pronto se implementaría. “Detrás de cada grupo de música tenés veinte familias, porque tenés al chofer de la trafic, al sonidista, al técnico, al plomo, a los músicos. Entonces se nos ocurrió esta alternativa, que tiene que ver con tener un espacio físico permanente con cámaras, luces y sonido para que los artistas tengan la posibilidad de grabar el show para transmitir y poder vender entradas”, especifica. El proyecto fue aprobado por unanimidad.
Las cuestiones técnicas se definirán en los próximos días, adelanta Olivera. “Los músicos son trabajadores como cualquier otro y la están pasando mal. Entonces, es importante reincorporarlos a la actividad económica”, dice el legislador santafesino del Partido Justicialista. Las locaciones donde se desarrollarán los conciertos, que serán organizados por el Ministerio de Cultura de Santa Fe, están por definirse pero se barajan dos, en principio: el centro cultural oficial santafesino y la sala Lavardén, en Rosario. Y también están pensando en salas de Rafaela, Venado Tuerto y otras ciudades santafesinas, siempre en espacios cerrados y sin público.