El ministerio de Desarrollo Social llamó a los movimientos populares a una reunión de trabajo para armar mejores respuestas ante el ingreso del coronavirus en las villas y asentamientos. La multiplicación de casos en las villas de Retiro y el Bajo Flores generan preocupación en el gobierno sobre cómo frenar el número de contagios en las zonas del AMBA que tienen condiciones de hacinamiento y falta de agua potable similares a las villas porteñas. Entre las medidas que propondrán a las organizaciones barriales están la instalación de postas sanitarias en los barrios, que repartan artículos de limpieza y alcohol en gel, así como el armado de un protocolo de actuación para aislar rápidamente a las familias que tengan afectados. Son políticas que, para concretarse, necesitarán de las redes de militancia.
El encuentro fue convocado para las 18.00 horas de este lunes. Está previsto que participen los ministros Daniel Arroyo y Ginés González García, acompañados por referentes sociales con cargos en el gobierno como Emilio Pérsico (dirigente del Movimiento Evita y secretario de Economía Social) y Daniel Menéndez (titular de Barrios de Pie y subsecretario de Políticas de Integración). También fue invitado el ministro de Desarrollo Social bonaerense, Andrés Larroque. Del lado de las organizaciones barriales, fueron citadas las que vienen coordinando acciones con el ministerio: la CTEP, Barrios de Pie, la Corriente Clasista y Combativa y el Frente Darío Santillán.
En el ministerio consideran que en las villas porteñas “se actuó tarde y con muchos errores”, según señaló Daniel Menéndez en su doble condición de funcionario e integrante de un movimiento barrial. ¿Qué tienen de distinto los asentamientos del Conurbano? ¿Se podría esperar que cuando el virus ingrese no se repita lo que en la villa 31? Para el referente, sí: se puede disminuir su impacto.
“Hay lugares que van a estar muy complicados si llega el virus, pero la verdad es que hay zonas humildes donde ya tuvimos casos, por ejemplo de enfermeras que se contagiaron haciendo su trabajo y que residen en barrios populares, pero en los que no hubo una propagación como la de Ciudad de Buenos Aires”, apuntó.
La intención es armar una red con los movimientos populares y promotores de la salud que permitan “atemperar las consecuencias” o “acolchonar” el impacto de la Covid-19. Son medidas que harán pie en la red de comedores comunitarios de las organizaciones y los curas villeros.
La convocatoria pone sobre la mesa no sólo la necesidad de que el estado despliegue una red de cuidados en los barrios populares, sino también qué tremendamente difícil --aún en una situación como la creada por la pandemia, donde es tan evidente la necesidad de medidas contra la desigualdad-- les resulta a las organizaciones sociales cambiar las políticas públicas. Incluso siendo parte del gobierno. Y es que buena parte de la red que se está armando contrarreloj son propuestas que los movimientos vienen formulando desde hace años, como el trabajo con agentes de salud.
Las organizaciones barriales vienen siendo claves, desde el inicio de la cuarentena, para asegurarle al Estado la distribución de viandas y bolsones de alimentos en las villas y asentamientos. Como se sabe, han denunciado también las demoras en los envíos o directamente la no llegada de alimentos, una situación relacionada a que en las licitaciones, las grandes empresas no cubren los volúmenes requeridos, como mecanismo de presión para obtener más ganancias. Aún sin que ese problema se haya resuelto, los movimientos barriales sumarán ahora otras tareas vinculadas a la prevención. Seguramente en el encuentro los referentes de los movimientos expresarán sus quejas, pero no evitarán asumir nuevas medidas, ya que de hecho, las están reclamando.
En muchos de los asentamientos ya viene funcionando el programa El Barrio Cuida al Barrio, con promotores y promotoras comunitarias que se encargan de identificar a la población de riesgo para acompañarlas: personas mayores de 60 años o con patologías crónicas como enfermedades respiratorias, cardíacas o renales, con inmunodeficiencias o diabetes. Su trabajo es asistirlas para que no tengan que salir, así como difundir medidas de prevención comunitaria.
El programa está abierto a todos los movimientos, aunque los que vienen implementándolo son las organizaciones de la UTEP. En otras consultadas por Página/12 dijeron que aún no se sumaron porque no les llegaron los recursos para trabajar. Las medidas de prevención tienen poco margen de tiempo para implementarse, porque el virus ya apareció en muchos de los asentamientos del conurbano. Pero si combinan con los operativos de seguimiento casa por casa que la provincia está desplegando, podría hacer la diferencia con la situación de las villas de la Capital Federal.