La falta de ingresos laborales y las dificultades para comer son los problemas que más preocupan en los barrios populares del Gran Buenos Aires, según un relevamiento de la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS). La casa de estudios hizo un relevamiento en 20 de los 24 partidos del Conurbano y municipios de la Región Metropolitana como Escobar, Pilar, General Rodríguez, Luján, Zárate, La Plata y San Vicente sobre la situación generada por la pandemia. De manera complementaria, entrevistó a referentes de la salud, de la economía social y dirigentes sindicales. En sus conclusiones, señaló que gran parte de los hogares quedaron con de ingresos laborales cero por la discontinuidad de las changas, a lo que se sumaron las suspensiones del pago de salarios a los trabajadores no registrados. Entre ellos tuvo especial impacto la falta de pago a las trabajadoras en casas particulares.
"Las estrategias de supervivencia de los hogares de los barrios periféricos dependen casi exclusivamente de transferencias del Estado", dice el informe, que puede leerse completo en la pagina web del Instituto del Conurbano, haciendo click acá . Están haciendo de sostén las políticas de transferencias directas de ingresos: jubilaciones, Asignación Universal por Hijo; Tarjeta Alimentaria y el Ingreso Familiar de Emergencia. En segundo lugar, las familias recurren a ollas populares, comedores, viandas o bolsones de mercaderías.
En lo referido al impacto del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), el relevamiento encontró que es considerada una medida valiosa que ha sido cobrada por vecinos “que realmente lo necesitan”. La IFE se usa fundamentalmente para la compra de alimentos.
Sobre la asistencia alimentaria, la mayoría de los encuestados dijo que aumentó significativamente y sigue creciendo, pero que la situación es tan grave que no llega a ser suficiente. Los entrevistados comparan la pandemia con la crisis del 2001, destacando la capacidad del estado de vertebrar respuestas que “hacen que la gente no se muera de hambre esta vez”.