Con una misa por el centenario del nacimiento de Juan Pablo II, el papa Francisco reabrió hoy al público la Basílica de San Pedro tras más de dos meses de cierre por la pandemia de coronavirus. La decisión es un símbolo más del retorno a una relativa normalidad en Italia donde el desconfinamiento entró en la "fase 2", con la reapertura de los comercios, los cafés y la reanudación de las misas.
La basílica de San Pedro, cerrada desde el 10 de marzo, fue totalmente desinfectada este fin de semana con trabajos de higienización con soluciones de hipoclorito, buscando de todos modos evitar dañar las obras de arte presentes en la Basílica constuida en el siglo XVI y que alberga, entre otras, a "La Piedad", de Miguel Ángel.
En presencia de numerosos policías con mascarillas, los visitantes hicieron la fila respetando una distancia de dos metros entre uno y otro e ingresaron al templo, luego de que se les tomara la temperatura y la desinfección de sus manos con gel.
Además, se dispuso un nuevo sistema de ingreso y salida de la Basílica, que evita las habituales largas filas sobre la Plaza San Pedro, al tiempo que la guardia Suiza del Vaticano y los voluntarios de la Orden de Malta son los encargados de regular los accesos.
Luego, ante un grupo de unos 30 fieles, el Papa celebró una misa en la capilla dentro de la basílica de San Pedro, donde se conservan los restos mortales del papa Juan Pablo II, precisamente en el centenario de su nacimiento en Polonia, el 18 de mayo de 1920.
"Era un hombre cercano a la gente y recorrió el mundo buscando a su gente", recordó el pontífice a su antecesor número 264, que lideró la Iglesia entre 1978 y su muerte en 2005.
"También era un hombre que quería justicia: justicia social, justicia del pueblo, la justicia que caza las guerras, pero justicia plena y para ello hablaba de la misericordia: porque no hay justicia sin misericordia, van juntas", agregó Jorge Bergoglio, quien proclamó Santo a Juan Pablo II en 2014.
La de este lunes fue además la última de las misas matutinas celebradas por Francisco y transmitidas en directo por los canales de streaming del Vaticano, que comenzaron el 9 de marzo pasado, tras la suspensión de las celebraciones a causa de la pandemia de covid-19.
En el resto de las Iglesias de Italia este lunes iniciaron las misas con público, con capacidad máxima de 200 personas y la prohibición de los coros durante las celebraciones, entre otras medidas de seguridad.