El santafesino Santiago Grassi, medallista panamericano en 2015, reconoció este lunes que los nadadores no se entrenan bien durante la cuarentena por la pandemia del coronavirus.
"Nosotros, los nadadores, si no tenemos una pileta, no estamos entrenando bien, por más que estemos corriendo o haciendo mil abdominales por día. Volver a la pileta, después de un mes sin haber tocado el agua, cuesta y sentís que perdiste mucho", afirmó Grassi.
Al margen de esa complicación, que admitió haberlo afectado "psicológicamente", el santafesino asumió: "Pero ahora es tiempo de priorizar la salud y el bienestar".
Grassi, de 23 años, representó a la Argentina en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, compitió en los Juegos de la Juventud de Nanjing 2014 y ganó la medalla de plata en 100 metros mariposa en los Panamericanos de Toronto 2015.
El nadador realiza el aislamiento social, preventivo y obligatorio junto con su novia y un amigo que vive con él en Auburn, Alabama, Estados Unidos, país en el que vive desde 2017 y donde estudia la carrera de Marketing y Sistema de Información Gerencial.
"La rutina es hacer algo absolutamente todos los días. Voy variando todas las cosas que aprendimos y sabemos. Dedico por día a los ejercicios entre treinta minutos y una hora para mantenerme en forma y que no nos me cueste tanto al momento de volver a entrenar", explicó Grassi a Télam, y agregó: "No tengo contacto con los entrenadores simplemente porque sé los ejercicios y tengo una idea general de todo; no creo que sea necesario un plan ahora mismo", detalló.
Los Juegos de Tokio, aplazados este año por la pandemia de coronavirus, se celebrarán del 23 de julio al 8 de agosto de 2021, luego de un acuerdo alcanzado entre el COI y el Comité Organizador Local (COL) que integran autoridades japonesas.
"Que la postergación se haya hecho tan cerca de los Juegos creo que generó que estemos en shock. Pero la mayoría, un gran porcentaje de los deportistas, estaba sin poder entrenar y sin posibilidades de seguir mejorando, aunque sea mantenerse en lo que estaba haciendo. Pero fue una buena decisión del COI. Creo que esto me benefició estando o no clasificado para los Juegos", expresó Grassi.
El nadador relató las consecuencias del parate. "Me afectó psicológicamente. Al principio se cancelaron mis torneos nacionales que tenía con la universidad y eso me generó un malestar grande. Luego no sabía qué iba a pasar con mi futuro. Tenía planeado muchas cosas que ya no sucederán por el tema de la pandemia, como los Juegos Olímpicos. Por suerte estoy rodeado por un grupo de personas que me ayuda y pude salir adelante, pero no fue un momento fácil", graficó Grassi.
"Pero no soy responsable de que no pueda entrenar y trato de concientizarme con las demás personas. Hay mucha gente que está en un momento mucho peor que el mío. Mi temor es no poder entrenar y que dentro de un mes me cueste mucho hacerlo", concluyó el deportista.