La defensa de Carlos Zannini reclamó la nulidad de la causa por el memorandum de entendimiento con Irán. Según el actual Procurador del Tesoro, quien estuvo preso por este expediente, se cometió una falta grave durante la instrucción en relación al rol de Interpol. En el intento por evitar que el ex Secretario General de la Organización, Ronald Noble, declare como testigo que nunca se levantaron las alertas rojas -–lo que haría caer toda la acusación-- la Justicia lo imputó. Pero los miembros de Interpol tienen inmunidades diplomáticas, por lo que sólo podrían ser investigado por la Corte Suprema y no por un juez de primera instancia. Para Zannini, la “desopilante hipótesis criminal” contituye una grave irregularidad, ya que se alteró la garantía de juez natural, motivo suficiente para que se anule todo lo actuado y la elevación a juicio.
Una maniobra que salió mal
Desde el inicio del expediente, Ronald Noble reclamó a gritos testificar en la causa para demostrar que la Argentina nunca había pedido levantar las alertas rojas que pesaban sobre los iraníes imputados, lo que hubiera hecho caer toda la acusación iniciada por el fiscal Alberto Nisman contra Cristina Kirchner. Sin embargo, el ex funcionario nunca fue convocado por la Justicia. Por el contrario, y como parte de una de las maniobras para evitar su testimonio, se avanzó en la imputación del ex Secretario General de Interpol. Pero, según afirma la defensa de Zannini, se trató de una irregularidad tan alevosa que deberá derivar en la nulidad de todo lo actuado. Es porque Interpol tiene inmunidad diplomática, por lo que sus miembros sólo deben ser juzgados por la Corte Suprema y nunca podrían ser investigados por un juzgado de primera instancia. Según el escrito presentado por el abogado de Zannini, Mariano Fragueiro Frías se alteró la garantía de juez natural. Es decir, si Noble está imputado la causa nunca debió cursar en Comodoro Py. “La Constitución Nacional les confiere (a los funcionarios de Interpol) la competencia originaria para juzgar en única instancia a la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en su art. 117, por lo que todo lo actuado es nulo de nulidad absoluta”, explica el texto.
Para el abogado, la acusación buscó involucrar a Ronald Noble como parte de una “desopilante hipótesis criminal (…) como corolario de su infatigable deseo de que el Secretario General de INTERPOL no declare como testigo en esta causa”. En duros términos, el escrito presentado al juez Martínez de Giorgi señala que “el engaño llega a su fin pues la maniobra les salió francamente muy mal, y ha quedado a la luz que ya lo podemos considerar como un crimen imperfecto”.
De esta manera, se suma un nuevo capítulo al laberinto judicial de la causa iniciada por el fallecido fiscal Nisman contra la entonces Presidenta Cristina Fernández y algunos de sus ex funcionarios. La investigación primero fue desestimada por Daniel Rafecas por inexistencia de delito, lo que incluso fue ratificado por la Cámara Federal. Pero luego, al calor del gobierno de Mauricio Macri, fue reabierta y recayó en el juzgado de Claudio Bonadio. Una primera parte de la pesquisa fue elevada a juicio en marzo de 2018, pero el Juez ya fallecido se reservó un tramo del expediente. Cuando los jueces de la Sala II de la Cámara de apelaciones, Martín Irurzun y Eduardo Farah revisaron los procesamientos, a pedido de una de las querellas de familiares de víctimas del atentado a la AMIA le ordenaron al juzgado de primera instancia que profundice la pesquisa sobre el rol de Interpol en el supuesto encubrimiento de los sospechosos del ataque. El juez Marcelo Martínez De Giorgi, quien quedó a cargo de manera interina del juzgado Nº11 tras la muerte de Bonadio, siguió los lineamientos de sus superiores y avanzó en la implícita imputación a Noble, lo que derivó en este nuevo planteo de Zannini.
La causa se abrió con la denuncia que presentó Nisman cuatro días antes de morir, el 14 de enero de 2015. En aquel entonces, la postura de Noble fue publicada por Raúl Kollmann en PáginaI12: “Lo que dice el fiscal Nisman es falso. Ningún integrante del gobierno argentino trató nunca de que bajáramos los alertas rojos contra los funcionarios iraníes”. Sin embargo, a pesar de sus denodados intentos, Noble nunca pudo decir esto mismo en sede judicial.
Cuando la causa llegó a sus manos, Bonadio no sólo nunca llamó a declarar a Noble, sino que, bajo la carátura de encubrimiento y traición a la patria (esta última calificación fue luego revocada por la Cámara), dictó las prisiones preventivas contra Cristina Kirchner, Héctor Timerman, Luis D'Elía, Fernando Esteche y Carlos Zannini.