Con la misma saña con que condiciona muchos aspectos de la vida, la emergencia de la covid-19 liquida también los rituales de la muerte. Sin saludo final, los muertos de la pandemia corren el riesgo de quedarse en el simple dato estadístico, como apenas una cifra para la suma en los umbrales del olvido. Desde ese espacio vacío, el realizador Jorge Ponce Betti comenzó a pensar alguna forma para el duelo, alguna posibilidad de despedida posible que habilite la memoria de los que se fueron. Así comenzó a gestarse Personas, no números, una serie de micro documentales que busca rescatar las historias de vida de cada ser humano que está detrás de un número, entre los muertos por la pandemia. El primero comenzará a difundirse a partir de hoy miércoles a las 21 en el canal de YouTube del proyecto
y está dedicado al saxofonista Marcelo Peralta.
“Yo me dedico sobre todo a la publicidad, pero el estremecimiento que provoca esta situación me movilizó, como le pasó a tantas personas”, explica Ponce Betti a Página/12. “Lo que terminó de disparar esta idea fue una entrevista a Lucila Gómez Márquez, la novia Gustavo “Checha” Mallo. Me tocó el modo en que ella continuamente hacía hincapié de que a Gustavo se lo recordara como Gustavo y no como el primer argentino que murió en Milán durante la pandemia, como si fuese sólo un número. Eso me quedó dando vueltas y le comenté la idea a Andrés Brenner, un documentalista con quien continuamente comparto trabajo. Él es un tipo con una mirada muy sensible. Enseguida encontramos el modo de orientar la producción y comenzamos a investigar y a conectarnos con familiares para darle forma a la idea”, cuenta el realizador.
Si me necesitan, no me llamen, se llama el documental dedicado a “Checha” Mallo, argentino y gestor de un bar en Milán, será el segundo de la serie. El tercer trabajo abordará, bajo el título Un gran corazón, la historia del cardiólogo chaqueño Francisco “Paco” Marín. “La idea es subir un micro documental cada dos semanas y mientras tanto mantener el interés por el canal con pequeñas pastillas, avances de cada historia, antes del documental en sí. Cada historia tiene su proceso de elaboración y puede durar entre ocho y diez minutos, pero la duración no es una regla. Tomamos el tiempo que necesita la historia para consumar lo que queremos hacer, que es mostrar la persona que está detrás del número”, dice Ponce Betti. “Tampoco pretendemos seguir un orden cronológico. No nos resulta posible, tampoco importante. Producimos a medida que vamos reuniendo materiales, testimonios. Ahora que se está difundiendo la intención del proyecto nos resulta más fácil, pero al principio encontrábamos, lógicamente, cierta desconfianza”, agrega Ponce Betti.
La charla con los testimonios realizada a través de las plataformas para videoconferencia define la estética de las ventanitas –toda una marca de esta época– que caracteriza estos documentales pensados y realizados en cuarentena. “Tuvimos que servirnos de lo que nos permite esta época de limitaciones y si bien técnicamente potenciamos los recursos de la videollamada y mejoramos la imagen, en general utilizamos las plataformas comunes, con un trabajo de postproducción en el que combinamos las charlas con fotos y videos que las familias nos van aportando”, explica el director. Ponce Betti, que junto a Brenner es además productor de la serie, cuenta también con la colaboración de Anahí Sinatra en la dirección.
Un alma liberada se llama el homenaje a Marcelo Peralta, el saxofonista argentino que estaba radicado en Madrid, donde murió los 59 años que se podrá ver desde hoy miércoles a las 21. El recuerdo que hiciera de él Herbie Hancock el pasado 30 de abril, Día internacional del Jazz, es el comienzo de documental que articula su rescate también con la palabra de familiares, amigos y colegas, entre su música y sus imágenes.
Están Litto Nebbia, que fue el productor de uno de los discos del saxofonista, además del guitarrista Guillermo Bazzola, el saxofonista Andrés Herrera y el contrabajista Baldo Martínez. “Cuando conversábamos con sus amigos y colegas, nos empezamos a dar cuenta de que estábamos cumpliendo una función más profunda que un homenaje, un recuerdo. Se estaba dando una forma de catarsis muy profunda en todos los que participábamos de esto”, comenta Ponce Betti. “En realidad se daba una doble catarsis. Para los cercanos a las víctimas, por poder cumplir la despedida postergada. Para nosotros, por poder hacer nuestro laburo en estas circunstancias, que si bien no es rentable ni mucho menos, nos permite responder a la realidad desde nuestro lugar”, agrega.
El documental sobre Peralta disparó además la idea de recordarlo en Jazzvedra, el festival de jazz del barrio del Polaco Goyeneche, que también alterado por los ritmos de la cuarentena este año propondrá esta edición online. “Felipe Alarcón, artífice de ese encuentro, es creativo publicitario y suele trabajar con nosotros”, cuenta Ponce Betti. “Él vive en Saavedra, es fanático del jazz y conversando surgió la idea de conjugar los proyectos y hacer el festival por nuestro canal. Así que el 29 de mayo, desde las 21, se transmitirá el homenaje a Marcelo Peralta, con la participación de los músicos que intervinieron en el documental: Bazzola y Baldo Martínez desde España y Litto Nebbia y Andrés Herrera desde acá”.