"Colaboremos para que los ciudadanos de Rosario puedan olvidar este momento de crisis, malestar, tensión, miedos, preocupaciones... tan solo por dos horas". En tiempos de coronavirus, la frase podría formar parte de una buena pieza de redacción publicitaria, si no fuera porque está incluida al final de la carta que los propietarios de los moteles rosarinos le enviaron al gobernador Omar Perotti, pidiéndole que habilite la actividad. Desde la Cámara que los agrupa señalaron que cumplen con las normas de higiene y seguridad, mucho antes de la actual pandemia, y a pesar de haber presentado los protocolos de trabajo ante los organismos provinciales correspondientes no tuvieron respuestas. "Nos sentimos discriminados, y con el `problema´ que las personas siguen teniendo sexo en los lugares mas insólitos", argumentaron a la hora de pedir la reapertura de los establecimientos. "El impacto económico que nos está provocando la cuarentena se agravará, en caso de mantenerse la estricta normativa, conduciendo a la quiebra inevitable", advirtieron.

En la carta dirigida al gobernador --después de haber planteado el pedido al intendente Pablo Javkin a fines del mes pasado, y de mantener reuniones con titulares de bloques del Concejo Municipal--, la Cámara de Alojamientos y Afines del Litoral, que agrupa a unos 30 establecimientos en Rosario y su zona de influencia, con 300 empleos directos y otros tantos indirectos, consideró que la actividad no representa una situación de riesgo en lo que respecta a la circulación del virus. "La composición y desarrollo del funcionamiento de nuestros negocios, reúne características propias que permiten la reapertura inmediata", afirmaron.

Entre otros puntos, los moteleros de Rosario explicaron que su clientela se compone casi exclusivamente del mercado interno, no del turismo. Los establecimientos tienen una cantidad de habitaciones muy baja, 15 en promedio, y no existen áreas de uso común. Como la reglamentación no permite el ingreso de de más de dos personas por habitación, no hay posibilidad de aglutinamiento a alta densidad de personas por m2, tampoco existe el contacto físico entre clientes y empleados, y con la implementación de turnos los clientes pueden justificar la circulación hasta los moteles.

"Al brindar alojamiento por hora y habitaciones amuebladas, también tendríamos que ser la primera opción para los viajantes, que son muchísimos y están legitimados por pertenecer a una actividad esencial. Le estaríamos dando una mano a los trabajadores que están arriesgando sus vidas en las rutas por esto del contagio", sostuvo Fernando Solari, representante de la cámara de moteleros. "Llevamos 60 días cerrados, teniendo toda la estructura correspondiente para brindar ese tipo de servicio que podemos ofrecer para colaborar con los viajantes", agregó.

A pesar de cumplir con varios de los requisitos para solicitar la reapertura de la actividad, Solari dijo que al ser pocos los establecimientos les resulta difícil visibilizar el reclamo: "Estamos hablando con todos, que no piensen que sólo somos sexo y que va a haber contagios, queremos darnos a conocer para que vean cómo funcionamos, con las medidas más estrictas de sanidad e higiene".

Por otra parte, y para sumar mayor preocupación, desde la cámara plantearon que los hoteles de pasajeros están trabajando como moteles, cuando no están habilitados a cobrar por hora.  "No es hablar mal de otro rubro, pero son cosas que están sucediendo", concluyó Solari.