Con 2.412 nuevos contagios y 545 muertes por coronavirus en las últimas 24 horas, el Reino Unido quedó cerca de los 250 mil infectados, por lo que se renovaron las críticas al gobierno de Boris Johnson por el plan de reapertura y el manejo de la pandemia. Además, se confirmó que 11.600 mayores de edad murieron en los geriátricos, 32 % del total de fallecimientos por el virus en suelo británico.
El número de víctimas fatales registradas en el último día volvió a encender las alarmas por el contraste con los 170 fallecidos del domingo y los 160 de ayer. Según el ONS, el instituto de estadística británico, estimó que las víctimas fatales son poco más de 39.000 contando hasta el 8 de mayo sólo en Inglaterra y Gales.
El gobierno británico también comenzó a alertar sobre las consecuencias económicas de la pandemia y, en particular, en un sector que puede verse impactado por el Brexit. Las autoridades convocaron a los ciudadanos británicos a colaborar con el sector agrícola para compensar la falta de los inmigrantes que solían realizar esas labores y al mismo tiempo dar respuesta al creciente desempleo. Casi 2,1 millones de personas reclamaron las ayudas por desempleo sólo en abril.
Los adultos mayores puestos en riesgo
El ministro de Salud, Matt Hancock, fue interrogado hoy en el Parlamento tras informarse que más de 11.600 personas murieron en residencias para adultos mayores.
El Partido Laborista acusó al Ejecutivo de haber priorizado las medidas para descongestionar los hospitales en las primeras semanas de la crisis y haber actuado con "lentitud" para evitar contagios y muertes en centros sociales.
Hancock argumentó que si bien las muertes en esos centros pueden llegar a 27% de las totales, "hay que compararlas con la media europea, que está en torno a la mitad". Care England, el órgano que agrupa a los gestores de centros sociales, sostuvo que la crisis se agravó al trasladar pacientes desde hospitales hacia residencias.
"Hemos seguido una política de vaciar hospitales y llenar las residencias; en algunos países, cuando las personas eran sintomáticas, se las sacaba de las residencias para aislarlas", argumentó el director ejecutivo, Martin Green.
Eustice defendió las decisiones de Johnson y si bien aceptó que algunas personas asintomáticas "pudieron haber sido dadas de alta", afirmó que la guía de alta para los hogares de ancianos se "fortaleció" y manifestó que no aceptará que los ministros "hayan tomado un enfoque equivocado".
Una ventana a las consecuencias del Brexit
En medio de la crisis sanitaria, el país también sufre las repercusiones económicas de la pandemia, por lo que el ministro instó a los ciudadanos a unirse a la campaña lanzada por el gobierno y el sector agrícola, "Pick for Britain" (Cosechá para el Reino Unido).
Eustice explicó que "sólo un tercio de los recolectores de frutas y verduras que generalmente vienen al Reino Unido desde Europa vinieron este año", aunque no explicó si eso se debió a la pandemia o al Brexit.
Asimismo, añadió que el gobierno quiere que los británicos, especialmente aquellos con licencia de sus trabajos habituales, tomen estos trabajos y “echen una mano” de cara a la cosecha de frutas y verduras de este verano.
El mensaje estuvo dirigido sobre todo a los cerca de ocho millones de trabajadores que tienen el empleo suspendido temporalmente y se encuentran bajo el plan de protección gubernamental que cubre 80 % de sus sueldos, hasta 2.500 libras.
Casi 2,1 millones de personas reclamaron las ayudas por desempleo sólo en abril, el mismo mes en que las ofertas de empleo cayeron hasta 350.000, un dato que comparado con las 750.000 de marzo da muestra del peor mes de la crisis económica en el último decenio.